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Coronavirus

Los ladridos de su perra lo salvaron de morir

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Los ladridos de su perro lo salvaron de morir

Amadeo, un madrileño de 72 años, volvió del hospital tras estar ingresado un tiempo a causa de la Covid.  Pero días después dejó de responder al teléfono. Su perra, Nala, en cambio, no paraba de ladrar.

La ausencia de Amadeo y los ladridos de Nala, rápidamente alertaron a los vecinos. Fue un amigo del septuagenario el encargado de coger el teléfono para llamar a la Policía. A los agentes les dijo que estaba preocupado y que lo echaba de menos. Según ha contado la jefa de la unidad policial en ‘La Hora de la 1’, “los agentes recibieron tres datos: su nombre de pila, su número de teléfono móvil y su dirección”. Con eso se pusieron a trabajar y, en cuestión de minutos, se desplazaron al domicilio.

Al llegar a casa de Amadeo, se seguían escuchando los ladridos de Nala y todo apuntaba a que con ella estaba su dueño en el interior de la vivienda. Efectivamente. Con la ayuda de los bomberos, la policía logra entrar y se encontraron al vecino seminconsciente.

Ya con Amadeo en el hospital ingresado de nuevo y recuperándose favorablemente, Nala necesita un hogar temporal. Es por ello que Sergio, otro vecino, ahora hace las veces de hospedador provisional. Tanto él como el resto de los habitantes del barrio -con los que Amadeo suele coincidir mientras saca a Nala a pasear- han querido mandarle un mensaje: “tienes que estar tranquilo porque Nala está en buenas manos”. Ahora lo importante, dicen, “es que te recuperes pronto y puedas volver”. A su regreso, claro, estará también Nala. Una perra que ha logrado salvar con sus ladridos a su compañero de piso.