Test anales para detectar el coronavirus: ¿cómo son, cuál es su eficacia y en qué casos son utilizados?
La detección del coronavirus se ha convertido en uno de los principales pilares a la hora de combatir la pandemia. Los tests serológicos, los de antígenos o las PCR son algunas de las pruebas de las que se había hablado hasta ahora. Sin embargo, ahora se ha dado a conocer un nuevo método: las pruebas anales.
Hace unos días, la noticia de que la creciente presión por controlar los rebrotes ha llevado a China a incluir las pruebas anales entre las condiciones para las personas que lleguen desde el extranjero a las ciudades Pekín y Qingdao ha provocado la reacción tanto en medios como en redes sociales. Según el diario estatal Global Times, tanto la capital del país como la de la provincia oriental de Shandong están exigiendo este método como parte de los requisitos de cuarentena.
Es por ello que ahora muchos se preguntan si este tipo de test realmente es necesario teniendo en cuenta que los métodos más comunes han demostrado ser efectivos, si va a llegar a España o si se tratará de una prueba habitual.
¿En qué consisten estos tests?
Se trata de una prueba similar a la PCR, siendo la única diferencia la zona de donde se toman las muestras. Mientras el test nasal las recoge de la faringe, la prueba anal consiste en la introducción de un hisopo de algodón en el recto, tras lo cual se rota y se retira para ser procesado, explica el doctor Rafael Cantón, portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), a RTVE.es.
Según han indicado las autoridades chinas, el test apenas dura 10 segundos. Pese a lo que pueda parecer, "no necesariamente es incómoda", según Cantón, que señala que no es agradable, pero como tampoco lo son los otros tipos de pruebas de detección.
¿Cuál es su eficacia? ¿Es mejor?
Citado por Global Times, el director del Centro Clínico de Salud Pública de la Universidad de Fudan (Shanghái), Lu Hongzhou, aseguró que las pruebas anales son "más estables y precisas" que las de nariz y garganta, en las que es más probable tomar muestras inutilizables o dar resultados erróneos.
Pero, si bien los expertos citados por los medios locales chinos indican que estos tests serían más precisos que los usados hasta el momento, el doctor Cantón señala que la sensibilidad es parecida a las nasofaríngeas. No obstante, una de las principales diferencias sería el mantenimiento de la positividad, ya que en las muestras rectales es más largo, algo que puede ser tanto una ventaja como un inconveniente.
"En un escenario de baja prevalencia, el detectar positivos -independientemente de que sea el virus viable o no- amplía la capacidad de detectar otros individuos que ya han sido positivos y han podido ser asintomáticos. Es decir, permitiría investigar posibles contactos en la cadena de contagios", señala.
Esta podría haber sido la estrategia adoptada en China, tomando en cuenta la información vertida por los medios locales. Pero Cantón recuerda: "Hay que interpretar las pruebas bien porque pueden ser positivas durante más tiempo sin necesidad de que existan virus viables".
¿Es algo nuevo? ¿Llegará a España?
Pese a lo que pueda parecer, esta alterativa no es novedosa. Desde el comienzo de la pandemia, se estudió las diferentes y posibles localizaciones en las que aplicar los tests para así establecer la estrategia de detección, y "se vio que podía ser adecuada", explica Cantón.
Algo que también señalan a RTVE.es fuentes del Servizo Galego de Saúde (Sergas), tras las últimas noticias que indicaban que este método había comenzado a usarse en Galicia: "Se aplica desde el principio de la pandemia, sin que exista ningún cambio de procedimiento reciente". "En Galicia mayoritariamente la toma de la muestra es por vía nasofaríngea, pero la anal es una modalidad que ya se ha implementado para casos específicos", añaden.
De hecho, las pruebas anales ya habían sido empleadas en Shanghái a principios de 2020 como uno de los estándares para autorizar las altas a pacientes de COVID-19 hospitalizados, aunque tras un tiempo se dejaron de utilizar.
Cantón asegura que en España esta es una prueba de detección ordinaria, pero poco frecuente, ya que solo se aplica en situaciones concretas. "También se usa para otros estudios, como el de parásitos intestinales, o para el control de las bacterias multirresistentes que colonizan a pacientes cuando están ingresados", recuerda el portavoz del SEIMC.
¿En qué casos se recomiendan utilizarlos?
Tanto Sergas como la SEIMC han indicado que se realizan test por vía rectal a personas hospitalizadas graves "con alto compromiso de las vías aéreas o que tengan, por ejemplo, ventilación mecánica" y en los que se intentan evitar la difusión del coronavirus, así como en recién nacidos o en pacientes con "poca colaboración" o en "situación de agitación".
Por el momento, en China se aplican de manera excepcional en grupos concretos de personas que consideran de alto riesgo de contagio, ya que no son factibles para pruebas masivas.
Pero, según el diario estatal Global Times, en las últimas semanas, ante los peores rebrotes registrados desde mediados del 2020, algunas ciudades -como Pekín y Qingdao- han rescatado ese método para comprobar casos sospechosos y para los controles rutinarios a trabajadores de cadenas de frío, sector que la capital china tiene en el punto de mira como uno de los posibles responsables de la última ola de contagios.