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Biden se abre a negociar su plan de estímulo económico contra la pandemia

  • Los demócratas aprueban una legislación para poder sacar adelante el plan sin el voto de los republicanos
  • El presidente de EE.UU. quiere mantener el reparto de cheques de 1.400 dólares, pero negociará quién los puede recibir

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Joe Biden, este miércoles en un
Joe Biden, este miércoles en un

El ambicioso plan de estímulo económico presentado por Joe Biden para hacer frente a la crisis del coronavirus está más cerca de salir adelante. El presidente estadounidense había prometido antes de ser elegido unas ayudas de 1,9 billones de dólares, una cifra que republicanos y algunos demócratas habían criticado por ser demasiado alta, pero que ahora se ha abierto a negociar.

Este martes, Biden se mostró dispuesto a hacer concesiones en este plan para que pudiera ser aprobado. Aunque se mantiene firme en su idea de entregar a los estadounidenses un pago único de 1.400 dólares (1.163 euros) con el objetivo de inyectar liquidez en la economía, el mandatario estadounidense ha abierto la puerta a cambiar los requisitos sobre quién recibirá esa asistencia, lo que podría disminuir el número de beneficiados.

Los demócratas han visto con buenos ojos la voluntad de negociar y han aprobado en la Cámara de Representantes, controlada por su partido, un plan presupuestario que permitiría aprobar definitivamente el estímulo billonario sin el apoyo de los republicanos, más reticentes ante las ayudas.

Biden presenta un plan de estímulo de 1,9 billones de dólares para reflotar la economía y frenar el impacto de la pandemia

Biden ha prometido trabajar junto a los conservadores, pero a la vez está presionando a ambas cámaras para aprobar la inyección económica antes de marzo. El plan presupuestario aprobado este miércoles tiene que recibir además el visto bueno del Senado.

Bajo la actual propuesta demócrata, cada estadounidense que gana menos de 75.000 dólares al año recibiría esos cheques, algo que la oposición republicana considera un despilfarro porque, a su juicio, se aprovecharía de la ayuda gente que no la necesita.

Biden se resiste a romper la promesa de los 1.400 dólares

"No podemos echarnos para atrás en esos 1.400 dólares en cheques directos que habíamos propuesto porque la gente los necesita", dijo Biden con los miembros demócratas del Congreso durante una llamada telefónica cuyo contenido fue filtrado a los medios de comunicación.

El presidente, sin embargo, consideró que la ayuda sí que puede estar "mejor dirigida" para beneficiar a quienes más la necesitan. "Pero, -insistió- no voy a empezar mi Administración rompiendo una promesa que le he hecho al pueblo estadounidense".

Más tarde, la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, precisó que Biden se niega a rebajar la cantidad de 1.400 dólares, pero sí está abierto a "tener conversaciones" sobre quién debe recibir esa asistencia.

La contraoferta republicana: 1.000 dólares

Frente a ello, un grupo de 10 senadores moderados del Partido Republicano, liderados por Susan Collins, propuso esta semana a Biden un plan de estímulo de 618.000 millones de dólares, lo que supone casi un tercio de los 1,9 billones de dólares que reclaman los demócratas del Congreso.

Ese plan incluye unos pagos directos de 1.000 dólares (830 euros), en vez de 1.400 dólares, y considera que los beneficiarios deberían ser aquellos con una renta anual inferior a los 50.000 dólares.

Biden ha considerado que esa propuesta de 618.000 millones de dólares es insuficiente, pero ha dejado claro que quiere trabajar con los republicanos para que el paquete de estímulo tenga el apoyo de los dos partidos, en un intento por dejar atrás la polarización de los últimos años.

En declaraciones a la prensa en la Casa Blanca, Biden aseguró este miércoles estar convencido de que el paquete de rescate se aprobará con "algunos" votos republicanos.

Los demócratas quieren acelerar el proceso

Sin embargo, los demócratas, con mayoría en ambas cámaras del Congreso, quieren aprobar el plan de rescate cuanto antes. Muchos de ellos temen que se repita la parálisis que se apoderó del Partido Demócrata en 2009, cuando el entonces presidente Barack Obama gastó demasiado tiempo en intentar llegar a un acuerdo con los republicanos para, al final, tener que actuar solo con el apoyo de su partido para salvar la economía.

Por eso, mientras Biden intenta tender puentes, los demócratas del Senado iniciaron el martes el proceso para comenzar a debatir su propuesta de alivio, con o sin en apoyo de los republicanos. El líder de la mayoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, y 10 de sus correligionarios se reunieron este miércoles con Biden durante hora y media para abordar el asunto.

A la salida de la reunión, Schumer dijo a la prensa que está dispuesto a "trabajar con los amigos republicanos cuando se pueda". "Queremos que sea bipartidista, pero debemos ser fuertes. No podemos perder el tiempo, no podemos demorarnos, no podemos diluir lo que proponemos, porque los problemas que tiene esta nación y las oportunidades que, a cambio, debemos brindarles son muy grandes", argumentó.

A pesar de las palabras de Schumer, los demócratas tienen una mayoría muy estrecha en el Senado y, para aprobar su propuesta, no pueden arriesgarse a perder ningún voto dentro de su partido. Eso significa que el liderazgo demócrata tendrá que hacer malabarismos para mantener unidos a senadores de su bancada con ideologías muy diferentes, desde el izquierdista Bernie Sanders hasta el moderado Joe Manchin, quien aún no ha expresado su apoyo a la propuesta de Biden.

Crisis histórica

Mientras las negociaciones se suceden, la Oficina de Presupuesto del Congreso publicó un informe con una imagen gris: se espera que a mediados de año la economía vuelva a los niveles anteriores a la pandemia, pero habrá que esperar años hasta que se recuperen los empleos perdidos en esta crisis.

Después de que el virus se expandiera en marzo por EE.UU., la tasa de desempleo llegó hasta el 14,7 % en abril, una cifra no vista en más de hace 50 años. Desde entonces, la tasa de desempleo se ha ido reduciendo, pero EE.UU. aún tiene 10 millones de empleos menos que al principio de la pandemia.

EE.UU. lidera las estadísticas de la COVID-19 con más de 26,5 millones de casos y 449.000 fallecidos, según datos de la Universidad Johns Hopkins.