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Coronavirus

Turismo de vacunas, una estrategia poco ética para inmunizarse contra la COVID solo apta para ricos

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¿Es ético viajar al extranjero para vacunarse contra la COVID-19?

Abu Dabi, la capital de los Emiratos Árabes Unidos (EAU), es uno de los paraísos del llamado turismo sanitario y ahora, en tiempos de pandemia del coronavirus, al igual que otros emiratos árabes, busca posicionarse en un nuevo nicho del mercado de viajes: el turismo de vacunas.

De hecho, algunas agencias de viajes y entidades del sector del lujo ofertan este servicio a sus clientes mayores de 65 años, por ser el grupo de más riesgo y prioritario en las vacunaciones.

Son paquetes vacacionales solo aptos para gente con alto poder adquisitivo, ya que suelen rondar los 40.000 euros para un viaje de tres semanas, tiempo suficiente para recibir las dos dosis de la vacuna que garantizan la inmunidad contra el coronavirus.

El estado de Florida (Estados Unidos) es otro de los destinos que ha registrado un aumento en la llegada de turistas adinerados de Latinoamérica y Canadá para vacunarse. Las autoridades sanitarias no exigen prueba de residencia para recibir la vacuna, lo cual ha facilitado estos desplazamientos.

Famosos mexicanos viajan a EE.UU. como turistas para vacunarse de la COVID-19

Pero también se producen estos desplazamiento desde otros estados de EE.UU. Así, se calcula que han sido centenares de miles de viajeros de otras partes del país los que se han podido beneficiar de esta estratagema.

Mientras, el alcalde de Miami, Francis Xavier Suarez, ha manifestado que es "irrespetuoso porque tenemos personas de nuestra comunidad que viven aquí y están muriendo, ellos deben ser prioritarios".

El turismo sanitario mueve 100.000 millones de euros anuales

Esta práctica pone en jaque el codigo ético del turismo aprobado por la Organización Mundial del Turismo (OMT), organismo vinculado a la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

"Nos parece que es algo absolutamentemente ilógico, intolerable, que de hecho no debería permitirse. Los criterios de ética tienen que estar siempre presentes", ha dicho Carlos Rus, presidente de Aspe (Alianza de la Sanidad Privada Española) y miembro de la Mesa de Turismo.

El turismo sanitario mueve más de 100.000 millones de euros anuales, cantidad a la que hay que añadir los costes no sanitarios. "Traslados, suelen venir acompañados, suelen ser largas estancias, al final es un paciente que gasta en torno a cinco vez más que un turista normal", ha subrayado Rus.

El turismo de vacunas ha hecho saltar las alarmas pero la puerta ya está abierta.