El jefe del Ejército de Birmania justifica el "inevitable" golpe de estado por el "fraude electoral" de noviembre
- Es la primera declaración que realiza tras cometer el golpe de Estado
- Al sucederse las manifestaciones en contra, el ejército ha limitado reuniones e impuesto un toque de queda con la Ley Marcial
El jefe del Ejército de Birmania, Min Aung Hlaing, ha justificado este lunes el golpe de Estado que dio el pasado 1 de febrero por el fraude electoral que, según ellos, fue cometido supuestamente en los comicios del pasado noviembre. Ese fraude ha hecho "inevitable" que diese el golpe de Estado.
En la primera declaración tras el golpe de estado, Min Aung Hlaing ha emitido un mensaje en la televisión pública del país MRTV. El general golpista ha asegurado que, aunque "los anteriores comicios de 2010 y 2015 fueron justos y libres", los del año pasado "estuvieron repletos de irregularidades" y ha afirmado que una prueba de ello ha sido la alta participación registrada a pesar de la pandemia por lo que están "investigando a las autoridades responsables de estos fraudes".
El discurso ha llegado en medio de la condena internacional y protestas masivas en todo el país contra el levantamiento militar. Tras una tercera jornada de manifestaciones y una huelga general que ha paralizado Birmania las autoridades impusieron este lunes la ley marcial en varias ciudades que implica limitar las reuniones sociales a un máximo de 5 personas, discursos públicos y un toque de queda.
Estados Unidos ha condenado este lunes la prohibición de las manifestaciones en Birmania. "Estamos del lado del pueblo birmano y apoyamos su derecho a reunirse pacíficamente y, en particular, a manifestarse pacíficamente a favor del gobierno elegido democráticamente", ha dicho el portavoz de la diplomacia estadounidense Ned Price.
En su intervención, el militar de 64 años, que ha cifrado en más de 200 las denuncias de fraude, ha prometido manejar la pandemia de la covid y restaurar el crecimiento económico. "Mientras salvamos el país durante un tiempo, no cambiaremos ninguna política exterior, administrativa o económica. Seguiremos como antes", ha apuntado.
Continúa la discriminación étnica
El veterano militar se ha referido además a la situación de la minoría musulmana rohinyá, sin mencionarlos, y ha dicho que estaba trabajado con las autoridades de Bangladesh para que fueran repatriados "lo antes posible". "Continuaremos los preparativos desde nuestra posición sobre los desplazados en Bangladesh de acuerdo con los acuerdos bilaterales", ha dicho en relación con la minoría étnica que no es reconocida por Birmania y lleva sometida desde hace décadas a todo tipo de discriminaciones.
Tras un operativo de reprensión militar lanzado en agosto de 2017, en el nororiental estado de Rakáin, más de 725.000 rohinyas huyeron a la vecina Bangladesh. Los militares, que gobernaron el país con puño de hierro de 1962 a 2011, diseñaron una "democracia disciplinada" hace una década sin haber renunciado del todo al poder, ya que pesar de celebrarse elecciones democráticas, el Ejército contaba con el 25 % de los escaños del Parlamento y los influyentes ministerios del Interior, Fronteras y Defensa.
El ejército birmano se ha hecho con el poder la semana pasada tras arrestar a parte del Gobierno electo, entre los que se incluye la líder y premio nobel de la paz Aung San Suu Kyi, cuyo partido, la Liga Nacional para la Democracia (LND), que había arrasado en los comicios de noviembre y conseguido revalidar su mandato con un 83% de los escaños.