Netanyahu se declara inocente de los cargos por corrupción
- Al primer ministro Israelí se le acusa de cohecho, fraude y abuso de confianza en el juicio reanudado este lunes
- Es la primera vez que en Israel un jefe de Gobierno en activo afronta un proceso penal
El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyhau, seis semanas antes de que intente revalidar la jefatura de Gobierno en las elecciones israelíes, ha vuelto este lunes al Tribunal de Distrito de Jerusalén, para declararse inocente de los cargos por cohecho, fraude y abuso de confianza.
Netanyahu ha estado presente menos de una hora en la sala donde continúa la vista en la que un panel de jueces determinará si la siguiente fase de evidencias comenzará antes o después de las elecciones del 23 de marzo.
El coronavirus ha obligado a aplazar el inicio del juicio, de marzo a mayo, y la actual vista, prevista para enero. Además, la defensa ha intentado en múltiples ocasiones dilatar el proceso judicial que, en el mejor de los escenarios, durará un año, pero la mayoría anticipa que se alargará durante varios.
La defensa ha vuelto a pedir un aplazamiento de meses. Pero Netanyahu es ya el primer jefe de Gobierno israelí que está siendo juzgado en activo y concurrirá a unas elecciones con la imagen de un candidato sentado en el banquillo de los acusados.
Protestas ante la corte
Poco antes de las 7.00 horas, Netanyahu ha llegado al Tribunal de Distrito de Jerusalén, entre amplias medidas de seguridad y decenas de manifestantes que lo calificaron de "ministro del crimen". "No nos rendiremos hasta que dimita", han gritado.
En esta ocasión, no ha habido simpatizantes, después de que este domingo el primer ministro les pidiera no asistir por las limitaciones de reunión de la pandemia. "Sé que quieren darme fuerza por los casos inventados y falsos en mi contra" pero "no vengáis", dijo el mandatario, que ha acusado a medios de comunicación, fiscales y Policía de "caza de brujas".
Los cánticos contra Netanyahu de los manifestantes se han escuchado dentro de la sala. "Estamos aquí para que sepa que hizo algo mal y tiene que recibir lo que merece", ha declarado a Efe el israelí Nir Barak, quien teme que el proceso judicial se vuelva a retrasar, como la actual vista que fue aplazada en enero por el confinamiento de la pandemia.
Netanyahu vuelve a sentarse en el banquillo
Netanyahu ha acudido por segunda vez al Tribunal de Distrito, desde que comenzara el juicio en mayo y en la siguiente fase del proceso deberá personarse tres veces por semana.
Los abogados de Netanyahu consideran que el actual proceso viola la Ley Básica, con rango constitucional, ya que no hay un permiso escrito del fiscal general del Estado, Avichai Mandelblit, necesario para abrir una investigación al primer ministro. Mandelblit respondió recientemente que autorizó la investigación pero no por escrito.
Netahyahu se enfrenta a penas de cárcel por fraude y abuso de confianza en tres casos separados de corrupción conocidos como 1.000, 2.000 y 4.000, y este último, el más grave, incluye también el delito de cohecho. Por ello puede ser condenado hasta con diez años de prisión. Los de fraude y abuso de confianza están penados con hasta tres años de cárcel.
El empresario del portal de noticias Walla y del gigante de telefonía israelí Bezeq, Shaul Elovitch, además de su mujer, así como el editor de Yedioth Ahronoth, Arnon Mozes, también han acudido a la audiencia como procesados en los casos que implican a Netanyahu.
El matrimonio Elovitch es investigado en el Caso 4.000, en el que se acusa a Netanyahu de hacer favores a la compañía Bezeq a cambio de una cobertura favorable sobre él en Walla. En el Caso 2.000 se juzga un intento de pacto de Netahyahu con Mozes para lograr una cobertura más positiva en Yedioth Ahronoth a cambio de limitar la distribución de su rival, el gratuito y oficialista "Israel Hayom". En el tercero, el Caso 1.000, Netanyahu es sospechoso de aceptar lujosos regalos de millonarios para él y su familia a cambio de favores.
En plena campaña electoral
Netanyahu concurrió a las pasadas elecciones de marzo cuando el Fiscal General del Estado ya había formalizado los cargos, sin que esto evitara un nuevo triunfo electoral, aunque su imagen se ha ido resintiendo.
Cuando las encuestan de intención de voto muestran una ligera caída de su partido, el Likud, y el ascenso de rivales, Netanyahu ha centrado su campaña electoral en la vacunación contra el coronavirus, que espera alcance pronto a la mayoría de la población y le permita reactivar la economía para marzo, coincidiendo con los comicios.
El Tribunal decidirá ahora el inicio de la siguiente fase: si la foto de Netanyahu sentado en el banquillo se repetirá semanalmente en plena campaña electoral o será después de los comicios del 23 de marzo, los cuartos en menos de dos años, que pretende ganar con la baza de una vacunación masiva contra la COVID-19.