'La Sra. Lowry e hijo', un estupendo duelo interpretativo entre Vanessa Redgrave y Timothy Spall
- La película narra la complicada relación del famoso pintor británico L.S. Lowry con su madre
- Se estrena en cines este viernes, 12 de febrero
Laurence Stephen Lowry (1887-1976), más conocido como "L.S. Lowry", fue un pintor británico muy popular gracias a sus cuadros en los que representaba escenas cotidianas de la vida en los distritos industriales del Noroeste de Inglaterra a mediados del siglo XX. Y ahora es el protagonista de la película La Sra. Lowry e hijo, que narra la dificil relación que el pintor tuvo con su madre enferma, justo antes de hacerse famoso. Y en la que destacan las interpretaciones de los veteranos Vanessa Redgrave y Timothy Spall. Se estrena en cines este 12 de febrero.
La película está ambientada en Pendlebury, donde el pintor vivió y trabajó durante más de 40 años (también en Salford y sus alrededores) y nos cuenta su día a día en esa época, que básicamente consistía en trabajar como cobrador de alquileres de gente muy humilde (que la mitad de las veces no podía pagar). Luego regresaba a casa para cuidar de su madre inválida (pero con muy mala hostia) y acudía a clase de arte por la noche (hasta altas horas de la madrugada).
Y se centra en esa complicada relación del artista con su madre. Una madre (Vanessa Redgrave) que en tiempos mejores vivía en Londres, donde era muy feliz y tenía mucha vida social, hasta que la crisis económica les obligó a trasladarse a ese suburbio, donde los exiguos ingresos de su esposo como cobrador de alquileres (trabajo que heredaría después su hijo), solo les daban para ir tirando.
Esos sueños rotos y la soledad (debido a su invalidez y altanería se pasa todo el día encerrada en casa sin ver a nadie más que a Lawrence) la han convertido en una anciana amargada, cruel y egoísta que echa la culpa a su marido fallecido y a su hijo de no haberle ofrecido una vida mejor. Eso incluye un total desprecio por cualquier cosa que haga su hijo, incluídos sus cuadros, que considera infantiles y sin ningún valor.
Lo curioso es que su hijo pinta para ella, porque lo que más desea es su aprobación (que nunca conseguirá porque en realidad viven en mundos paralelos. Pero no creáis que no se quieren, es que ella es demasiado egoísta para preocuparse de otra cosa que no sean esos sueños rotos, pero en el fondo adora a su hijo (aunque considere que la ha decepcionado).
Dos grandes actores
Como decimos, lo mejor de la película es ese duelo interpretativo de los dos protagonistas. A pesar de tener un personaje que podría ser odioso, la veterana Vanessa Redgrave (84 años) consigue que esa vieja cascarrabias destile humanidad e incluso la comprendamos. hasta el punto de que termina cayéndonos simpática (aunque no la querríamos como madre).
Y hace una estupenda pareja con el genial Timothy Spall (al que tuvimos el placer de entrevistar hace poco por el estreno de Nieva en Benidorm, de Isabel Coixet). Que interpreta a un hombre cuya única ambición es conseguir la bendición de su madre y que es feliz con cualquier cosa. Sin olvidar que ve la belleza en cualquier sitio, como en esos suburbios en los que transcurre la película e incluso las fábricas que retrató en sus cuadros.
Dos formas completamente popuestas de ver la vida (la que solo ve las cosas negativas frente al que encuentra belleza en cualquier parte) que enfrentan dialécticamente a estos personajes que, al final no luchan entre ellos sino contra sus propios miedos, fantasmas e inseguridades. Lo que pasa es que, como solemos hacer en estos casos, lo pagamos con quien más nos quiere.
Sería absurdo repasar las carreras de estos dos grandes interpretes pero sí nos gustaría comentar que Timothy Spall, de 63 años, consiguió una de sus mejores interpretaciones en la piel de otro gran pintor J. M. W. Turner (1775–1851), en la película Turner (Mike Leigh, 2014) que, entre otros galardones, le valió los galardones a Mejor Actor en el festival de Cannes y en los Premios del Cine Europeo.
¿Una película muy teatral?
Una película cuyo mayor problema quiza sea que es demasiado teatral. Algo normal si tenemos en cuenta que está dirigida por el debutante Adrian Noble que es director de teatro y director artístico. Y también fue, entre 1990 y 2003 Director Ejecutivo de la Royal Shakespeare Company. Entre sus producciones en la RSC se encuentran Enrique IV, Hamlet (con Kenneth Branagh), Macbeth (con Jonathan Pryce) y El Rey Lear (con Michael Gambon). De 2010 a 2013 fue Director Artístico del Old Globe Shakespeare Festival de San Diego y actualmente es Doctor Honoris Causa en cuatro universidades británicas y profesor adjunto de varias universidades.
Adrian ha adaptado un texto de Martyn Hesford (Kenneth Williams: Fantabulosa!)
Pero a pesar de esa hándicap teatral, la película consigue mantener nuestro interés gracias a esas estupendas interpretaciones de sus protagonistas. Y a esa mezcla de drama y comedia que consiguen.
Uno de los pintores más populares de Gran Bretaña
Al final L.S. Lowry no pudo conseguir la tan deseada aprobación de su madre, ya que falleció meses antes de la exposición con la que empezaría a hacerse famoso. Y durante toda su vida rechazó los premios y distinciones que le otorgaron (incluyendo el título de caballero en 1968), hasta conseguir el récord de la persona que ha rechazado más honores británicos. El comentó que lo hacía "porque ya no tenían sentido sin su madre".
Actualmente L.S. Lowry está considerado una de las figuras artísticas más importantes del Reino Unido de mediados del siglo XX, y sus obras están valoradas en varios millones de libras. Lowry realizó cerca de 1.000 pinturas y más de 8.000 dibujos. Algunos de ellos se encuentran en la Tate Gallery de Londres y en el MOMA de Nueva York.
La Sra. Lowry e hijo es una original aproximación a la biografía de un pintor, que se aleja de los habituales biopics grandilocuentes de artistas torturados o incomprendidos para destilar humanidad. Se estrena en cines este viernes, 12 de febrero.