Ana Penyas retrata el impacto de la especulación inmobiliaria y el turismo de masas en el Levante español
- Todo bajo el sol es su esperado segundo trabajo tras conseguir el Premio Nacional de Cómic
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En 2018 Ana Penyas (Valencia, 1987) publicó una pequeña novela gráfica, Estamos todas bien (Salamandra Graphic), en la que contaba la historia de sus abuelas. Un cómic lleno de autenticidad y con un bellísimo tratamiento plástico con el que consiguió todos los grandes premios del año (Nacional de Cómic, Artista Revelación en el Salón del Cómic de Barcelona y el de Novela Gráfica FNAC-Salamandra Graphic) Ahora se atreve con su segundo libro, Todo bajo el sol (Salamandra Graphic), en el que relata cómo la brutal especulación inmobiliaria y el turismo de masas han afectado al Levante español y a sus habitantes.
Y decimos “se atreve” porque Ana confiesa que no ha sido fácil sacar este cómic después del inesperado éxito del primero: “Ese éxito me abrumó bastante porque se juntó con un momento de mi vida en el que ya había muchos cambios personales. Pero también viví cosas maravillosas. Aunque me agobió un poco la parte de exposición mediática a la que los dibujantes no estamos acostumbrados, porque no está en el guion, como si te dedicaras a la música. Por eso lo de buscar una nueva historia lo viví con cierta angustia. Pero al final, como tu trabajo es dibujar, sola en una mesa, acabas aterrizando”.
Esa nueva historia es este Todo bajo el sol, en el que refleja 50 años de especulación inmobiliaria en el Levante. “Cuando buscaba tema, en 2018, el tema del turismo estaba muy presente en las noticias por la ‘turismofobia’, el Airbnb, los cruceros en Barcelona… y me apetecía trabajar sobre ello, porque también tengo amigos vinculados a movimientos sociales que defienden los barrios”.
“La idea parte de ahí –añade- pero, investigando, no me quería quedar en el presente porque caduca, como ha pasado después con la pandemia, así que decidí hacer una cosa reflexiva sobre el turismo y al irme hacia atrás empezaron a surgir otros muchos temas vinculados al turismo: el ladrillo, el boom inmobiliario, el desarraigo, la destrucción del territorio…”
Y es que Ana piensa que es un error que nuestra economía dependa del turismo. “Es una cosa que ya se comentaba incluso antes de la pandemia porque el impacto de ese turismo en nuestras ciudades era excesivo. Antes parecía que solo afectaba a la costa, pero con el tema del turismo en las ciudades la gente empezó a verlo en sus barrios”.
“El detonante que nos ha demostrado este error de depender del turismo ha sido la pandemia, pero podía haber sido también una subida del petróleo. Sin olvidar que el turismo que se estaba buscando en España era, en su mayoría, turismo ‘low cost’. Apostarlo todo al turismo es apostar por algo frágil” -asegura Ana-.
Dedicado “a quienes se quedaron como extraños en su propia tierra”
Entre esos temas que trata el cómic destaca el impacto de la especulación inmobiliaria en el Levante y sus habitantes. Por eso Ana comienza el libro con esta dedicatoria: “A quienes tuvieron que abandonar su lugar y a quienes se quedaron como extraños en su propia tierra”.
“Les ha cambiado la vida de tal forma que no reconocen el lugar de donde vienen y en el que se han convertido en extraños –asegura la autora-. Uno de los paisajes más comunes en la costa mediterránea es una casa antigua rodeada de bloques de pisos. Porque esa persona no ha querido vender y se ve rodeada del ladrillo”.
“En el libro intento reflejar -añade- el amplio abanico de experiencias de esos habitantes. Desde los que vendieron y se fueron hasta a los que les han expropiado, o los que vendieron y luego se arrepintieron”.
En el cómic uno de los personajes llega a decir: “quieren dejarnos sin alma”. “Esa frase está rescatada de un documental –asegura Ana-. Y es que a alguna de esta gente le cambiaron por completo el modo de vida. Tenían su casa, su vecindario, su huerta… y de repente te vas a un piso. Te arrancan de todo".
En cuanto al título del cómic, Ana confiesa que: “Todo bajo el sol viene de un slogan turístico del Estado de los años 80, que también se tradujo al inglés, “Everithing under the sun”, y al que luego añadieron el nuevo (new) para forma el lema Todo nuevo bajo el sol. Era la típica campaña con imágenes de turismo de la época, en la que jugaban con la idea de la España moderna que se vendía en los 80”.
Imágenes poderosas
Una de las cosas más especiales de Ana Penyas es que consigue imágenes poderosas con elementos de lo más cotidiano, como la portada, en la que un agricultor recoge cebollas bajo la amenazante sombra de las torres de apartamentos. “No es una metáfora, visualmente es así. Mis padres tienen una casa en L'Horta, donde acaba la ciudad y comienza la huerta y la imagen es esa: gente que trabaja en el campo con los edificios justo detrás o con una carretera que se está construyendo justo al lado. Es el pan de cada día”.
Otra imagen poderosa es con la que abre cada capítulo y en la que podemos ver cómo los edificios de apartamentos se van multiplicando y adueñando de las playas, conforme pasan las décadas. “Es una imagen que explicaba lo que quería contar y que tenía mucha potencia visual. Yo no he visto la primera imagen, la del 69, porque nací en el 87. Pero me servía para entender cómo había cambiado la zona con esa especulación inmobiliaria”.
En otra escena vemos a empresarios extranjeros cebándose con gambas mientras deciden el destino de la zona. “Esa especulación inmobiliaria se inició en el franquismo, con la colaboración de Europa, y la culpa es del sistema capitalista, encarnado en las personas que tiene poder: alcaldes, promotores, políticos, Unión Europea… incluso una parte de la gente de a pie. Aunque haya habido otros muchos que han sido víctimas”.
En su recreación de programas e imágenes de archivo tampoco faltan el 1,2,3, responda otra vez y sus famosos apartamentos en Torrevieja, Alicante. “Es una cosa que ya pertenece al imaginario popular –afirma Ana-. Era una aspiración colectiva de la época. Si no para qué construían tantos pisos”.
Pero visualmente el cómic está ambientado en Cullera. “Quería un sitio de costa –asegura Ana-. Hice fotos de la zona, visité el archivo de Cullera y me pareció un buen lugar, pero también podía haber situado la historia en Tabernes, Denia… “
¿Un cómic autobiográfico?
A pesar de ser un tema universal, el cómic tiene mucho de autobiográfico y de las vacaciones en el Levante de cuando Ana Penyas era una niña. “La familia protagonista no tiene mucho que ver con la mía pero sí el territorio en el que transcurre la historia, porque mi abuela Maruja tenía un apartamento en Alcocéber y yo pasaba allí los veranos. Hay personajes que tienen que ver con gente que conozco, cosas que he leído. Los hijos si tiene más que ver conmigo, con amigos míos o con mis primos, pero los padres de la familia y los abuelos son completamente inventados”.
Una familia a la que vemos crecer y multiplicarse durante estos más de 50 años. “Quería que hubiera una mujer mayor que viniera de un pueblo de interior, que digo que es de Tarazona de la Mancha, aunque en realidad mi abuela fuera de Quintanar del rey. Peo esa abuela y la mía no tienen nada que ver. Es un personaje que me sirve para meter el tema del Inserso, del choque generacional.. .”.
“Cada personaje -continúa- me sirve para introducir un tema, como el hijo que se va en la ruta, los que trabajan en la obra... Las dos hermanas sí serían los personajes más parecidos a mí porque yo también hice prácticas en Holanda. Y los padres son los más inventados porque, como digo, no tienen nada que ver con los míos”.
“Mis padres son profesores -continúa- y he viajado por toda España. Y esa transformación por el turismo es esperpéntica en la costa mediterránea, pero en otros sitios es similar, como puede ser Mallorca”.
”Los turistas nos preocupamos muy poco de nuestros lugares de vacaciones”
El cómic comienza con la recreación de una secuencia de la película Soy curiosa (Amarillo) (Vilgot Sjóman, 1967) en la auténticos turistas de la época, que veraneaban en España , aseguraban pasar olímpicamente de la situación en el país, porque ellos sólo querían disfrutar de las vacaciones.
“Yo misma me he podido ver en una situación similar al viajar a países más pobres -confiesa Ana- Las vacaciones están pensadas para que nos olvidemos de nuestros problemas y por eso no nos importan tampoco los de los demás. Afortunadamente esa mentalidad está cambiando”.
En cuanto a la documentación, Ana asegura que: “He visto un montón de documentales y películas, desde El turismo es un gran invento a documentales sobre el Inserso de TVE. Sobre casas vacías, sobre Benidorm, la Ruta del Bakalao… o el documental Tot inclòs, que explica muy bien la situación en Palma de Mallorca. Y mis amigos me han ayudado mucho. Incluso uno tengo uno, Hernán, que justo este jueves presenta una tesis doctoral sobre los cambios de un barrio del centro de Valencia, que me ha ayudado mucho con los temas técnicos”.
“El cómic tenía que ser en color para reflejar la luz del Levante”
Para contar esta historia Ana Penyas usa diversas técnicas como el collage y la transferencia, pero el mayor cambio visual que presenta este cómic respecto a Estamos todas bien es el color. “Al estar ambientado en el Levante tenía que ser un cómic a color. Con un color luminoso que me permitiera reflejar el sol, el mar, la huerta, la carretera… El Levante está saturado de colores y casi siempre hace buen tiempo. No podía ser un cómic en blanco y negro”.
“También quería reflejar los carteles, la tele de cada época… todo lo que nos situara en el paisaje de cada momento de estos cincuenta años de historia. Los tipos de casas, las gruas... Al final es casi como un terrario, como me dice mi pareja, en el que cada viñeta tiene muchísima información visual. Al final pensaba que no iba a acabar nunca. Pero es un paisaje saturado y no quería dejar nada fuera”.
Sus proyectos
Tras confirmarse con este cómic como una de las voces más interesantes de las viñetas actuales Ana confiesa que: “Después de la promoción de Todo bajo el sol quiero parar un poco. Aunque tengo otro proyecto expositivo, del que no puedo hablar. Pero quiero salirme un poco del formato libro. Voy a buscar otras vías de trabajar”.
“Aunque los temas que me interesan siguen siendo los mismos: memoria, ciudad, feminismo… y todo eso junto” –concluye Ana-.