Los cortos nominados al Goya demuestran el gran nivel de la animación española
- Hablamos con los directores de Blue & Malone: Casos imposibles, Homeless Home, Metamorphosis y Vuela
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Llevábamos ya unos años con varios largometrajes de animación destacados en los Premios Goya, una tendencia que culminó en 2020 con la competición de dos películas premiadas en todo el mundo: Klaus (nominada al Oscar y ganadora del Bafta) y Buñuel en el laberinto de las tortugas (mejor película europea de animación y Goya a la mejor cinta animada), sin olvidar al tercer nominado, Elcano y Magallanes, la primera vuelta al mundo.
Pero este año sólo hay una película a competición, que ya tiene la estatuilla asegurada: La gallina Turuleca, de Víctor Monigote y Eduardo Gondell. Destacar que la cinta Josep, que ganó el galardón a la mejor película de animación en los Premios del Cine Europeo, no está nominada porque es una coproducción franco-hispano-belga, pero la mayor parte de la producción es francesa por lo que optará a los César.
Por eso este año hemos querido dar más presencia a los nominados en la categoría de mejor cortometraje de animación. Un reportaje que hemos trabajado junto con nuestros compañeros de Días de Cine, que han elaborado el fantástico video que abre esta noticia.
Los nominados son: Blue & Malone: Casos imposibles, Homeless Home, Metamorphosis y Vuela. Cuatro cortos excepcionales que han dado la vuelta al mundo y que representan varias técnicas de animación muy distintas, desde el Stop Motion al 3D, pasando por la animación tradicional.
‘Homeless Home’, de Alberto Vázquez
Homeless Home, de Alberto Vázquez, parte como favorito por varias razones: Ha ganado el premio del Jurado en el Festival de Annecy (el más importante de animación); lo que le valió para calificarse para los Oscar (aunque finalmente no haya sido preseleccionado). Además, en 2017, Vázquez logró el hito de conseguir los dos Goyas de animación: mejor película (Psiconautas, los niños olvidados) y mejor cortometraje (Decorado). A los que habría que sumar un tercero por el corto Birdboy (codirigido por Pedro Rivero, al igual que Psiconautas). Por lo que este podría ser su cuarto Goya.
El corto es una coproducción de la compañía vasca Uniko y la francesa Autour de Minuit, que cuenta un triángulo amoroso entre una bruja, un orco y un ogro, que sirve de excusa para abordar el tema de la vuelta a la tierra de origen de muchas personas debido a la crisis económica. “Yo trabajo siempre con temática sociales dentro de mundos de fantasía -asegura Aberto-. Es decir, utilizo los cuentos, las fábulas o la fantasía medieval, para tratar temáticas y problemas actuales”.
En cuanto al origen de Homeless Home, Alberto asegura que: “Surge de la idea de la España vaciada, de esos pueblos de los que la gente joven se ha ido y quedan en decadencia. Y cómo esa decadencia económica también lleva una decadencia social. Pero con esto de la pandemia y la crisis económica mucha de esa gente joven tiene que regresar a esos pueblos”.
“Esa es la idea, que he englobado dentro de la fantasía medieval. Por eso los personajes son brujas, demonios, orcos… pero sus preocupaciones son actuales. Y el mensaje que lanza es esa frase del corto: “Nadie puede escapar de sus raíces aunque estas estén completamente podridas”. Todos somos de un sitio y nunca nos podemos desarraigar del todo, siempre acabarás volviendo”.
Por eso el corto es profundamente gallego. “Yo soy gallego, trabajo y vivo aquí, y me es imposible escapar del tipo de paisaje, de las tradiciones… incluso en el corto metemos música de pandereta y otros muchísimos elementos que recuerdan a una Galicia oscura y tenebrista” –añade Alberto-.
Sobre cómo se puede llegar a ser animador, Alberto asegura que: “Hay algunas escuelas privadas y ahora, en la Universidad, están las carreras de animación, videojuegos… es un fenómeno muy reciente. También hay muchos animadores que vienen de carreras paralelas, tipo Bellas Artes, que pueden haber hecho un master de animación. Pero todavía queda mucho para que la formación llegue a toda España. En Homeless Home hay de todo, desde autodidactas como nuestro director de animación, Khris Cembe, yo soy de Bellas Artes, y hay gente que ha estudiado en escuelas de animación o que ha hecho el master de animación de la Facultad de Bellas Artes de Valencia”.
En cuanto a sus proyectos, Alberto nos comenta que: “Llevo dos años trabajando en mi segundo largometraje, Unicorn wars, que esperamos estrenar en 2022. Es una película fantástica que narra una guerra ancestral entre ositos y unicornios que habitan en un bosque mágico. Es una reinterpretación de algunas películas bélicas que me han marcado como Apocalipse Now, Platoon... pero ambientado en un mundo mágico y fantástico”.
Y aunque ya tenga tres Goyas, Alberto destaca la importancia de conseguir otro: “Ganar el Goya es muy importante porque es una forma de dar a conocer tu trabajo, un altavoz para conseguir llegar al gran público, que es lo que todos deseamos. Es un gran escaparate”.
'Metamorphosis', de Carla Pereira y Juan Fran Jacinto
Nos encanta el stop-motion; y Metamorphosis, de Carla Pereira y Juan Fran Jacinto (Colectivo Engranaje), es una joya de esta técnica. Un corto que es una coproducción valenciano-francesa (Bígaro Films-Autour de Minuit) que ha dado la vuelta al mundo y que ganó el premio al mejor cortometraje de animación en el último Festival de Málaga.
Está basado en un pequeño cuento de Pablo Lukas y cuenta la historia de un hombre de mediana edad, que todavía vive con su madre, que pierde definitivamente el contacto con la realidad una noche, y urde un plan para liberarse de los fantasmas que le atormentan. “Nos gustó mucho el cuento porque era muy rotundo y tenía un final estupendo -confiesa Carla-. Y tenía esa maravillosa mezcla de macabro y confuso”.
“Además era un relato muy abierto a introducir elementos que nos diesen la oportunidad de desarrollar nosotros la atmósfera” –añade Juan Fran-.
Destacar el diseño de personajes y decorados. “Yo siempre he diseñado personajes como muy deformes –confiesa Carla-. Es como si su inadaptación a nivel social se plasmara también en su físico”.
“Yo soy todo lo contrario a la hora de diseñar los decorados –asegura Juan Fran-. Y ese contraste nos parece muy interesante porque esos escenarios corrientes pueden normalizar a personajes que no lo son. Es el contraste entre lo bizarro y lo realista, lo macabro y lo tierno”.
“Nos gustan los cortos que arriesgan, experimentan y buscan otras narrativas -asegura Carla-.Aunque tiene que haber de todo porque hay muchos nichos de mercado”.
Aunque nacida en Argentina, Carla Pereira ha dado la vuelta al mundo con su trabajo e incluso participó en una de las mejores películas animadas de los últimos años: Isla de perros (Wes Anderson, 2018). “Cuando trabajas para otras producciones te tienes que adaptar a lo que quiere el director –asegura Carla-.Y para mí fue muy intimidante porque estaba rodeada de gente con muchísimo talento y me sentía muy pequeñita. Fue duro. Prefiero trabajar en mis propios proyectos”.
En cuanto a la posibilidad de hacer un largometraje ambos opinan que: “No queremos hacerlo porque toca. Lo haremos cuando tengamos una buena historia, porque lo que más nos gusta es comunicar. Parece que hay algunos productores interesados en producirnos una película pero lo haremos cuando estemos preparados y teniendo muy clara la historia que queremos contar”.
De momento ambos trabajan en una película portuguesa-francesa-española de animación que tiene una pinta estupenda, Os demonios do meu avó, dirigida por el portugués Nuno Beato.
Blue & Malone: Casos imposibles, de Abraham López Guerrero
Blue & Malone: Casos imposibles es la segunda aventura de estos simpáticos personajes de Abraham López Guerrero, tras Blue & Malone: Casos imaginarios (2013), y la segunda vez que son finalistas al Goya.
Casi una superproducción que mezcla imagen real y animación 3Dproducida por ESDIP Animation Studio, The Impossible Journey PC, Wise Blue Studios y Salon Indien Films, que nos cuenta la historia de Berta (Aura Garrido), una joven periodista que visita el viejo teatro en el que trabajaba su abuela la noche antes de que lo derriben, pero no está del todo abandonado. Mortando Malone y Big Blue Cat, sus antiguos amigos imaginarios, le ayudarán a recuperar sus ganas de soñar.
Hemos hablado con Abraham López Guerrero (director y guionista) y con Manuel Carbajo (productor y director de producción 3D). Abraham destaca lo mucho que los personajes han cambiado en estos ocho años: “Como dicen ahora es casi un ‘Reboot’, porque los hemos rediseñado completamente. Además, el anterior corto fue una cosa muy familiar y llegamos hasta donde pudimos, pero ahora hemos contado con mucho más talento y hemos hecho lo que queríamos hacer. Estamos 100% satisfechos. Estos son Blue y Malone”
“Hemos estado trabajando durante más de tres años y hasta 140 personas a la vez en este corto -asegura Manuel-. Ese es uno de los valores que tiene, la mezcla de profesionales con décadas de trayectoria en la animación internacional, junto a alumnos a los que hemos visto crecer y desarrollarse como profesionales. Y la internacionalización del proyecto, con gente trabajando telemáticamente desde toda Europa e incluso desde el otro lado del charco”.
Un corto que es un homenaje a nuestra infancia. “Es una oda al niño que llevamos dentro –asegura Abraham-, a no convertirnos en seres cínicos que pasamos por la vida dejándonos llevar por el consumismo, el mundo adulto o la auto-exigencia profesional. Es una historia que nos dice que hay que seguir siendo ingenuos y guardar al niño que llevamos dentro, porque tiene un valor incalculable”.
“Este corto me ha costado años de estar lejos de mis hijas –confiesa Abraham-. La mayor tiene 6 años y yo he estado casi cuatro haciendo el corto. Y el otro día lo ví con ella en pantalla grande y pensaba: “Hago un corto para reivindicar el valor de la infancia y, en realidad, le he quitado mogollón de tiempo a mi hija. Que cosa más curiosa. Pero acabamos de montar el Delorean de Playmobil y vamos a recuperar todo el tiempo perdido” (ríe)
Manuel nos comenta cómo se rueda un corto que mezcla animación e imagen real: “El rodaje, en ese maravilloso teatro de Colmenar de Oreja, fue complicado, aunque lo llevamos muy bien planificado y eso lo hizo todo más fácil, también para Aura, que afortunadamente ya tenía experiencia en rodar cosas con efectos especiales. Una amiga fallera construyó unos muñecos de tamaño real de Blue y Malone. Bueno de Blue solo la cabeza porque mide más de 3 metros. Y eso la ayudo a situarse porque ensayábamos con esos muñecos, aunque luego los retirásemos a la hora de rodar”.
“Fue fundamental que llegáramos con un plan de rodaje estudiado al milímetro, que nos hizo Sebastián Orcelai, un profesor de ESDIP –asegura Abraham. Habíamos escaneado el teatro y llevábamos unas previsiones de todos los planos en 3D, incluso con la cámara colocada en su sitio. De forma que el director de fotografía y el equipo de imagen real ya veía el plano, incluso con una iluminación previa”.
“Recuerdo un momento del rodaje –añade Abraham- en el que le dije a Aura: “ahora viene el gato, te toca… y en un momento se le encienden las orejas y brillan en fuego, y luego el te empuja y tienes que ir hacia allá, y estás en una nave espacial… a la pobre la explotaba la cabeza (ríe). Pues al final hizo la toma a la primera y quedó perfecta. Y ella me miraba como diciendo “yo he hecho lo que he podido”.
Hace ya ocho años, Abraham nos comentaba que quería hacer un largometraje de Blue & Malone, algo que, según Manuel, sigue en sus planes: “Ahora mismo continuamos trabajando en el proyecto de ese posible largo y, además, tenemos planes para hacer una serie de televisión. Y es que Abraham no crea un corto, crea directamente universos expandibles y maleables” (ríe).
“Sí, -añade Abraham- queremos hacer ese largometraje, que sería como una precuela de la serie en la que contaríamos cómo se conocieron Blue y Malone. Actualmente Fabrice Ziolkowski (el guionista de El secreto del libro de Kells) está trabajando en el guion y sería una historia preciosa sobre hacerse mayor. Y cada episodio de la serie contaría cómo un niño, de cualquier parte del mundo, llama a Blue y Malone para que le ayuden a resolver algún caso. Y hablaríamos de las pequeñas cosas de los chavales, sin necesidad de salar el mundo en cada episodio, como los Vengadores. Es más casi salvar la tarde”.
Pero antes, Abraham tendrá que acabar su trabajo como director de animación en Dragonkeeper, una milonaria coproducción hispano-china de 20 millones, que dirige Salvador Simó (Buñuel en el laberinto de las tortugas) y que tiene una pinta increíble. “Es un peliculón con acción, monstruos, dragones, muchísima emoción… y Salva está haciendo un trabajo alucinante. ¡Va a ser una película espectacular!” –concluye Abraham-.
‘Vuela’, de Carlos Gómez-Mira
Aunque no lo parezca, por la animación en 3D, Vuela es el corto más modesto de los nominados y está producido por Thinkwild Studios, una pequeña empresa madrileña de contenidos digitales fundada, en 2009, por los emprendedores madrileños, Carlos Gómez-Mira (director) y Rossana Giacomelli (guionista). Y han logrado esta nominación a los Goya con su primera producción animada de ficción, una historia de superación y amistad realizada con un reducido equipo que completan el animador y modelador Borja Gómez Orellana, y la directora de arte Paula Checa.
Vuela es la historia de un pájaro que tiene un ala atrofiada que le impide migrar. Abandonado por su bandada, se hunde desesperado. Todo cambia el día que aparece Pío-Pío, un pollito indefenso le devuelve las ganas de vivir.
“Queríamos hacer un corto –asegura Carlos- para demostrarnos a nosotros mismos que podíamos dar el salto de los videos corporativos a la ficción; y que podían ser productos de calidad y atrayentes para el gran público. Y la idea surge de otro proyecto con el que queríamos ayudar a ONGs ”.
“Preparamos un video para promocionar ese proyecto en el que pusimos un pájaro con un ala rota y que representaba a gente en peligro de exclusión social –añade Carlos-. Una figura bastante poética de lo que queríamos contar. Pero enseguida nos dimos cuenta de que la historia del propio pájaro tomaba un camino diferente y decidimos contarla de una forma más libre. Y desarrollamos esta historia sobre como ayudando a los demás nos ayudamos a nosotros mismos y somos capaces de encontrar un nuevo sentido a nuestras vidas”.
“Queríamos mostrar que cualquier persona, aunque tenga ganas de abandonar porque las circunstancias socio-económicas, físicas o de exclusión social le hayan llevado a un punto muy bajo de su vida, puede remontar al tener que ocuparse de una persona aún más vulnerable, más indefensa que él. Era un mensaje que nos parece muy bonito, porque siempre va a haber alguien que necesite nuestra ayuda, nuestro amor, nuestras enseñanzas o nuestra inspiración. Siempre habrá alguien al que podamos ayudar o enseñar”.
Carlos confiesa que el diseño de Pío-Pío, con esa cáscara de huevo en la cabeza, es: “Un homenaje a Calimero. Y en cuanto al protagonista, cogimos como referencia al pájaro bigotudo, porque tiene esa especie de antifaz negro que lo hace muy expresivo, ya que podíamos usarlo como si fueran unas cejas. No queríamos humanizarlo demasiado y ese truco nos ha permitido dar mucha expresividad al protagonista, porque en el fondo es un corto de miradas en el que pían, pero la fuerza dramática está en esas miradas de los pájaros”.
Respecto a que sólo haya una película de animación nominada este año, Carlos cree que: “Debe ser por la dificultad de buscar financiación que hace que muchos proyectos se conviertan en coproducciones y, por lo tanto, no pueden ser nominadas al Goya. Es una pena que la gente salga fuera a buscar esa financiación porque en España hay una cantidad de talento brutal. Solo hay que ver los cortometrajes de animación nominados o los que estaban preseleccionados, y entre los que había auténticas maravillas. No es por falta de talento, que en España hay a raudales, solo nos falta un poco más de ayuda económica”.
Por eso Carlos resalta la importancia de haber logrado esta nominación a los Goya. “A nosotros la nominación nos ha puesto en el mapa. Antes no nos conocía tanta gente y la publicidad nos viene genial. De hecho, a la hora de salir la nominación nos llamó Movistar + para preguntarnos que quiénes éramos, porque habían participado en los otros tres cortos nominados, y si habíamos hecho el corto nosotros solos. Y la verdad es que hemos tenido una pequeña ayuda de la Comunidad de Madrid, que quiero agradecer, pero nada más. Pero espero que esta nominación nos abra puertas a la hora de buscar financiación para otros proyectos”.
Carlos también nos comenta que: “En los últimos años parece que está aumentando el uso de la animación en la publicidad. Se están haciendo cosas muy potentes y muy bonitas, también en videos corporativos. La publicidad puede ser un estupendo campo de experimentación para luego llevarlo a un corto o incluso a un largometraje”.
En cuanto a sus proyectos, además de varias campañas publicitarias, Carlos nos avanza que: Estamos trabajando en una serie infantil centrada en la cocina, que se llama Carmen y la cuchara de palo. Un personaje que, a través de probar comidas de diferentes culturas, va a conocer la diversidad del mundo. Y el mensaje que queremos dar es que todos somos diferentes y hay que abrazar esa diferencia porque es buena y algo único. Y también tenemos un par de cortometrajes que estamos viendo por cual nos decantamos, porque realizar Vuela ha sido agotador”.