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La ONU denuncia los cortes de Internet en Birmania, ya que socavan "los principios democráticos fundamentales"

  • El tráfico de internet en Birmania cayó hasta el 14 % de lo habitual y no volvió a la normalidad hasta ocho horas después
  • El Gobierno militar vuelve a cortar la red por segunda noche consecutiva este lunes

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Un manifestante muestra un cartel con Aung San Suu Kyi frente al Banco Central de Rangún.
Un manifestante muestra un cartel con Aung San Suu Kyi frente al Banco Central de Rangún.

La junta militar que ha tomado el poder en Birmania ha cortado durante la noche del lunes al martes internet, lo que supone la segunda jornada consecutiva de cortes. El país vive un ambiente de tensión después de que el Ejército haya desplegado tropas en las calles para tratar de aplacar el movimiento de protesta contra el golpe de Estado perpetrado hace dos semanas por los uniformados.

Según el observatorio NetBlocks, el tráfico de internet en Birmania (Myanmar) cayó hasta el 15 % de lo habitual desde la 1.00 horas de este martes (18.30 GMT del lunes), en el cuarto bloqueo -segundo consecutivo- de las comunicaciones desde el golpe militar del pasado 1 de febrero.

La junta militar también ha bloqueado redes sociales como Facebook y Twitter días después para evitar la organización de movilizaciones, a la vez que ha reformado las leyes para restar derechos fundamentales y permitir detenciones arbitrarias. Las medidas llegan tras una semana de protestas masivas y cuando la población compartía en las redes sociales una avalancha de vídeos de manifestaciones y redadas policiales.

La ONU ha condenado los cortes de Internet en Birmania que socavan "los principios democráticos fundamentales" y perjudican "a sectores clave, incluidos los bancos", ha afirmado este lunes el portavoz adjunto de la Organización, Farhan Haq. La enviada de la ONU para Birmania, Christine Schraner Burgener, ha advertido que estos cortes "exacerbarán las tensiones nacionales".

Europa y EE.UU. condenan la violencia militar

La represión en las calles y el despliegue de tanques en varias zonas de Rangún llevó a que un grupo de embajadas, incluidas la de la Unión Europea, Estados Unidos, el Reino Unido, España y otra decena de países, publicaran un comunicado en la noche del domingo en el que condenan de forma "inequívoca" la detención de líderes políticos, activistas y funcionarios y el acoso a periodistas.

"Llamamos a las fuerzas de seguridad a abstenerse de usar la violencia contra los manifestantes y civiles, que están protestando contra el derrocamiento de un Gobierno legítimo", reza el comunicado. "Apoyamos al pueblo de Birmania en su búsqueda de la democracia, libertad, paz y prosperidad. El mundo está mirando", advirtieron.

La junta militar, encabezada por el jefe de las Fuerzas Armadas, Min Aung Hlaing, justificó la toma de poder por un supuesto fraude electoral en los comicios del pasado noviembre en los que arrasó la LND de Aung San Suu Kyi, como ya hizo en 2015.

Décima jornada de protestas civiles

Con el Ejército desplegado en las calles del país y tras una larga noche sin Internet, los birmanos volvieron a desafiar este lunes la creciente represión de los militares y salieron un día más a protestar, mientras la líder electa, Suu Kyi, continúa en arresto domiciliario.

En un ambiente cada vez más tenso, la policía y soldados dispararon indiscriminadamente con escopetas de aire comprimido para disolver una manifestación en Mandalay, la segunda ciudad del país, según confirmaron a Efe dos testigos, sin que de momento haya cifras de heridos.

Tras la décima jornada de protestas, se espera para esta madrugada un nuevo corte de internet de ocho horas por segundo día consecutivo, según informaron algunos proveedores a sus clientes.

En Rangún, grupos de manifestantes mostraron su rechazo a la junta militar con pancartas que rezaban "acabad con la dictadura" al paso de los tanques y camiones militares que desde la víspera recorren la mayor ciudad del país.

En la sede del Banco Central, el Ejército desplegó a primera hora de la mañana varios vehículos armados y a más de un centenar de efectivos como un claro mensaje de amenaza a los empleados que han decidido protestar contra el levantamiento militar que acabó con el Gobierno electo de Aung San Suu Kyi.

Una de las bazas más efectivas del movimiento de desobediencia civil contra el golpe están siendo las huelgas iniciadas por los trabajadores del sector de la Sanidad y que están siguiendo muchos funcionarios, lo que está paralizando la Administración.

La presencia militar también se notó hoy en los alrededores de la sede de la Liga Nacional para la Democracia (LND), el partido liderado por Suu Kyi, donde se congregaron manifestantes para pedir la liberación de la nobel de la Paz.

Dos semanas arrestada

La popular líder, de 75 años, lleva en arresto domiciliario en su residencia oficial de la capital, Naypidó, desde que el pasado 1 de febrero los militares se levantaran contra el Gobierno electo y detuvieran a parte de sus miembros. Suu Kyi permanecerá detenida hasta al menos el miércoles, cuando podría comparecer ante un juez, según confirmó a Efe el abogado Khin Maung Zaw.

La hasta ahora consejera de Estado, que ya pasó 15 años de arresto domiciliario durante anteriores gobiernos de juntas militares, ha sido acusada de importación ilegal de un dispositivo telefónico y se enfrenta a una pena de hasta tres años de cárcel.

El abogado de Suu Kyi, que aseguró que todavía no ha podido reunirse con su clienta, apuntó que se espera que la sesión del miércoles se celebre por videoconferencia, aunque el juez dijo que todo dependerá de la decisión de la policía.