Cuando los códices de Da Vinci llegaron al Madrid del Siglo de Oro
- La Academia de Bellas Artes inaugura una muestra sobre la ciencia y la técnica en la ciudad a finales del XVI
Por azares de la historia, buena parte de lo escrito por Leonardo Da Vinci terminó en Madrid. Sus cuadernos pasaron a su discípulo Francesco Melzi, más tarde fueron comprados Pompeo Leoni, escultor de Felipe II, que los trajo a España, aunque lamentablemente solo se conservan los conocidos como Códice Madrid I y II, ahora en la Biblioteca Nacional.
¿Azar? Quizá no tanto, viene a decir la muestra ‘El ingenio al servicio del poder: Los códices de Leonardo da Vinci en la corte de los Austrias, inaugurada la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, cuyo objetivo es rememorar que Madrid, además de núcleo político imperial, era además el centro del conocimiento científico y técnico.
El recorrido incide en que los mejores artistas y técnicos venían para realizar ambiciosos proyectos de arquitectura hidráulica o ingeniería civil. También llegaron los más importantes tratados de esas materias y, entre ellos, gran parte de la obra manuscrita de Leonardo da Vinci.
“El hilo conductor de esta exposición es una historia que es poco conocida y que merece la pena descubrir; cómo a finales del siglo finales XVI llegó a Madrid casi todo lo que escribió Leonardo Da Vinci”, ha explicado Magoga Piñas, una de las comisaras de la exposición.
“Pompeo Leoni trajo los códices a Madrid, y aunque se desconoce el número exacto pudieron ser cerca de veinte. Cuando murió, sus herederos los dispersaron, pero casi toda la documentación sobre maquinaria que hemos visto a lo largo de la historia creada por da Vinci, estuvo algún día aquí”, detalla la comisaria sobre los códices, resaltando la importancia de conservar dos de los originales, los “códices Madrid I-II”, en la Biblioteca Nacional de Madrid.
La élite de los ingenieros de la época en Madrid
La exposición, según detalle Piña, responde a la pregunta de por qué los códices llegaron a la capital; “los códices llegaron a Madrid porque era el centro de la tecnología de Europa”, remarca.
Allí, pudieron leerlos ingenieros de renombre, dando lugar a “indicios que proponen que muchas obras pudieron inspirarse en su contenido”, explica, añadiendo que la exposición “puede ayudar a otros investigadores” a continuar indagando.
Con la presencia de estos manuscritos de Leonardo da Vinci en el Madrid de los grandes ingenieros, la muestra propone un recorrido por la tecnología de esta parte de la historia, cuyo contenido se divide en seis bloques, que contienen desde libros teóricos a proyectos hidráulicos o el proyecto de la obra del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial.
“Es una exposición multidisciplinar que cuenta una historia”, desgrana Piñas sobre el contenido, del que destacan piezas como “Los veintiún libros de los ingenios y las máquinas” -publicación técnica con sistemas de medida e ingenios hidráulicos de la época-, instrumentos científicos empleados durante estos siglos, o dos esculturas atribuidas a Pompeo Leoni.
Esta muestra de objetos compuesta “exclusivamente por contenido original” se complementa con un montaje digital, que recrea en 3D copias realizadas desde el XVI al XVIII, como el estudio de la lucha de un león con un dragón, reputada obra de da Vinci perteneciente a los tomos de la colección Valparaíso y que “podría ser la copia más antigua que se conserva del original perdido”.
Con piezas reunidas gracias a la colaboración de más de veinte instituciones entre las que destacan el Museo del Prado, el Museo Arqueológico Nacional, la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando o la Biblioteca de Turín, entre otros, la exposición invita a realizar este “recorrido en el tiempo” conociendo los hallazgos tecnológicos de la época.