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OBJETIVO IGUALDAD

Amor romántico: "Hay varios mitos del amor que pueden contribuir a la violencia de género"

  • La mayoría de adolescentes y jóvenes siguen creyendo en mitos como la media naranja, según un estudio de la Universitat de les Illes Balears
  • Hombres y mujeres suelen idealizar por igual estos mitos que reafirman roles de género estereotipados y pueden enmascarar relaciones violentas
  • Preestreno este jueves a las 20h en la web de RTVE y en el YouTube RTVE Noticias y el Canal 24 Horas a las 00.45

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Objetivo Igualdad - Programa 3: Amor romántico

El amor de película, la pasión arrebatada que todo lo puede, el sentimiento profundo que justifica cualquier sacrificio, la existencia en el mundo de un ser único que nos complementará totalmente... Todos son mitos asociados a lo que se ha llamado "amor romántico". Aunque de modo atípico por la pandemia, se acaba de celebrar la festividad de San Valentín, la fiesta de los enamorados por antonomasia y el programa Objetivo Igualdad ha buceado en cuáles son esos mitos y si son tan inocentes y maravillosos como parecen en los cuentos y las canciones.

Un ideal que sigue presente en adolescentes y jóvenes

"El amor romántico es una construcción muy amplia y podríamos organizarlo en cuatro ejes. Uno que tiene que ver con la omnipotencia del amor, otro es el relativo a la predestinación del amor, un tercero se vincula con la exclusividad y la posesividad y la entrega y la importancia que tiene en la vida de las personas", enumera Marta Giménez, psicóloga del centro "Área Humana". Cada vez es más fuerte el moviendo que rechaza estos mitos e incluso reivindica el que se ha llamado "Día de San Solterín", pero los clichés siguen teniendo mucha fuerza.

Mitos como la media naranja, el amor lo puede todo o que los celos son manifestación de amor son muy comunes, tanto en hombres como mujeres, incluso en los más jóvenes: "En los chicos vemos el mito de la complementariedad, la media naranja, el mito de solo hay un amor en la vida y en las chicas de la misma manera. Te dicen, yo media naranja no, naranja entera, pero a la hora de la verdad, siguen esperando encontrar su pareja ideal", afirma Eva María de la Peña, psicóloga y formadora de "Booooo Creatividad de Género", que trabaja en las aulas para prevenir posibles consecuencias negativas de estos mitos desde los primeros noviazgos.

Chicos y chicas te dicen que no creen en la media naranja, pero a la hora de la verdad sí lo hacen

La Universitat de les Illes Balears ha realizado un estudio entre jóvenes entre 16 y 25 años que confirma la sensación de Eva María. Entre sus conclusiones, encontramos que el 65% de jóvenes cree en la pasión eterna y el 41% confía en que existe la media naranja. No obstante, uno de los mitos más peligrosos, el que identifica los celos como prueba de amor, es rechazado por un 72% de los jóvenes.

Refuerzo de los roles de género tradicionales

Para Giménez uno de los efectos negativos de base de este ideario es que refuerza las ideas coherentes con la feminidad y la masculinidad tradicionales, de la mujer dependiente y sacrificada que espera ser salvada y del hombre de acción que toma las decisiones: "Para las mujeres tiene un sentido organizador de la vida, para hacer realidad los proyectos considerados importantes... tener hijos, tener una familia. En los hombres, también significa conseguir un estatus, conseguir una mujer que te quiera, que te dé hijos, que además se valora diferencialmente según cómo sea esa mujer".

De las mentiras del amor romántico a la riqueza de los amores verdaderos

Especialmente grave es que estereotipos y actitudes asociadas a ese llamado "amor verdadero" pueden a contribuir a sostener o enmascarar la violencia de género: "Por ejemplo, que por amor se deber una sacrificar, tolerar ambivalentemente tratos injustos, vejatorios. Y la idea de los celos como una manifestación del amor está basada también en esta vivencia de lo pasional, del fuego, de lo incontrolable. Y legitima la vivencia de posesividad y exclusividad", explica esta psicóloga.

La identificación de los celos con el amor verdadero legitima la posesividad con la pareja

Eva de la Peña confirma este lado oscuro del amor romántico: "Estos asesinos o estos maltratadores o estos chicos que abusan dicen que quieren a sus parejas más que nada en el mundo. Se podría decir: 'no me quieras tanto, quiéreme bien'. Incluso hay chicas que han pasado por situaciones de control obsesivo o de maltrato por parte de su novio y cuando ya han conseguido salir, se lamentan por haber perdido el amor".

En "Booooo Creatividad y Género" han desarrollado juegos y apps móviles que enseñan en los talleres que imparten en institutos. El objetivo es que chicos y chicas aprendan a distinguir las señales de alarma de que se están introduciendo en una relación tóxica o están sufriendo violencia de género. Es lo que Eva llama "apptivismo feminista": "La aplicación "¿Lo ves?" contra la miopía en el amor que hemos desarrollado juega con esa gracia de decir que hay un machismo que no vemos a la primera. Incluye elementos como los 'machistómetros', para romper tanto las fake news machistas y los 'mitógrafos' para detectar los mitos del amor romántico".

Cuando la vida real resulta frustrante

Sin llegar tan lejos, los sueños que transmite este ideal pueden resultar frustrantes si no se alcanzan. Muchas personas son capaces de aceptar relaciones con las que no se encuentran plenamente satisfechas simplemente por el ansia de tener pareja: "Articula mucho, mucho, las expectativas personales y sociales de las personas. Consecuencia de esto es la idea de que si no lo conseguimos pensamos que algo estamos haciendo mal", afirma Giménez. Puede sufrir la autoestima y relaciones que podrían ir bien se van al traste por no cumplir con unas expectativas demasiado altas o cuando la pasión inicial se acaba.

Según los expertos, el amor verdadero en realidad es el que equilibra a las dos partes de la pareja y se basa en la libertad y el respeto mutuo. Como resume Giménez: "Que sumen, que nos enriquezcan y no que nos conviertan en ceros. Uno más uno puede sumar dos y mucho más, pero en ocasiones se convierte en cero, cuando no, en menos uno".