Revés judicial a Uber en Reino Unido: sus conductores serán trabajadores y no autónomos
- La sentencia del Tribunal Supremo pone fin a un proceso iniciado en 2016 y da la razón a los trabajadores
- Los sindicatos la consideran "una victoria histórica" que puede cuestionar el modelo de pago por servicio
La empresa de transporte Uber ha perdido la batalla legal que comenzó en 2016 y deberá clasificar a sus conductores como "trabajadores" propios y no como autónomos, según ha dictaminado el Tribunal Supremo del Reino Unido.
El fallo de los jueces concluye que los trabajadores de la compañía deben tener acceso a todos los "derechos básicos", así como a "vacaciones pagadas", por lo que Uber se enfrenta una gran factura por compensación de hasta 12.000 libras (13.834 euros) para cada uno de sus chóferes.
Uber recurrió al Supremo tras haber perdido litigios en tres instancias inferiores, después de que en 2016 un tribunal laboral resolviese que los conductores de la compañía prestan sus servicios como trabajadores y no como contratistas externos.
La sentencia les reconoce como trabajadores (workers, en inglés), pero no como empleados (employees), que en la legislación británica gozan de unas ventajas laborales superiores. El Supremo concede así a los conductores el estatus de trabajador de Uber, y niega que sean autónomos (self-employed) como la compañía alegaba.
"Una victoria histórica"
El veredicto ha sido muy celebrado por los defensores de los derechos de los trabajadores, como el sindicato GMB, que afirmó en un comunicado que ha sido una "victoria histórica", y apeló a Uber a "dejar de perder tiempo y dinero persiguiendo causas legales perdidas" y apoyar a los trabajadores que "apuntalan su imperio".
Esta decisión también podría afectar seriamente al modelo de negocio de la economía de los llamados gig (trabajos precarios), donde a los trabajadores se les paga únicamente tras cada servicio prestado, y que está en auge en los últimos años, también en otros sectores como el de los repartidores.
Los conductores Yassen Aslam y James Farrar, quienes comenzaron el proceso en 2016, fueron sometidos a un test en el Supremo para comprobar que sus condiciones laborales sí se encontraban dentro de la definición de "trabajador" del código laboral.
"Ser conductor de Uber puede ser estresante. Ellos te pueden prohibir conducir para ellos en un instante y no hay proceso de apelación", expresó en un comunicado Mark Cairns, trabajador de Uber en Londres desde hace 5 años, que se mostró "encantado" por haber salido victorioso tras un largo proceso judicial.
Uber respeta la decisión
"Respetamos la decisión del Tribunal, centrada en un reducido número de conductores que utilizaron la aplicación Uber en 2016. Desde entonces, hemos realizado cambios significativos en nuestro negocio, guiados por la opinión de los conductores. Entre ellos, darles aún más control sobre sus ingresos y ofrecerles más protección, como un seguro gratuito en caso de enfermedad o lesión", ha afirmado Jamie Heywood, responsable de Uber para Europa del Norte y del Este.
"Estamos decididos a hacer más y vamos a hacer una consulta entre todos nuestros chóferes activos en el Reino Unido para comprender qué cambios quieren", ha señalado el ejecutivo.
La empresa, que deberá definir mejor sus intenciones en las próximas semanas, ha matizado que la decisión no supone que "automáticamente todos los conductores sean reclasificados como trabajadores" de Uber.
La plataforma además apunta que los derechos que se reconocen son los de "trabajadores", una categoría laboral menor que la de "empleados", según la legislación británica.