La represión de las protestas en Birmania por parte de la Junta Militar deja dos muertos más
- Ha sido la jornada de mayor violencia desde el golpe de estado del 1 de febrero
- La junta golpista sigue aumentando la presión sobre el movimiento a favor de la democracia
Al menos dos personas han muerto este sábado por disparos de la Policía en Mandalay, en el centro del país y segunda ciudad de Birmania, durante una protesta contra la Junta Militar que tomó el poder en un golpe de Estado el pasado 1 de febrero.
Con estas, asciende a tres el número de víctimas mortales por la represión desde la asonada. Según indicaron testigos, el primer fallecido fue alcanzado en la cabeza y su cuerpo yacía en el suelo, inerte. Se trata de un joven que apoyaba a los trabajadores de astilleros en huelga.
Varios cientos de policías intervinieron el astillero para forzar a los trabajadores a volver al trabajo.Tanto la muerte del joven como la del segundo fallecido fueron certificadas por servicios médicos que confirmaron el uso de munición real.
Entre los muertos, un menor
Según varias agencias que citan a testigos y servicios de emergencias, ese segundo fallecido sería un menor que recibió un disparo en la cabeza. Las mismas fuentes agregaron que "la mitad de las víctimas fueron atacadas con munición real". "Es como una zona de guerra", dijeron.
El despliegue de policías en la zona del astillero generó temores de detenciones entre los empleados movilizados contra el golpe. Los manifestantes golpearon cacerolas en un intento por evitar arrestos y cuando algunos arrojaron proyectiles a la policía, ésta disparó.
Los manifestantes afirman que la Policía reprimió también con balas de goma, bombas de gas lacrimógeno y tornillos lanzados con tirachinas. Entre las víctimas hay también una treintena de heridos el sábado en Mandalay.
Un país conmocionado
El país había amanecido conmocionado por la confirmación ayer del fallecimiento de Mya Thwe Thwe Khine, la joven de 20 años participante en el movimiento de desobediencia civil que murió de un disparo de munición real de la Policía, según los informes de varios grupos defensores de los derechos humanos.
Cerca de la famosa Pagoda Shwedagon en el centro de Rangún, se ha colocado una corona funeraria en homenaje a Mya Thwate Thwate Khaing y su funeral está programado para el domingo. "Tú eres nuestra mártir", escribió un manifestante, colocando una rosa blanca al pie de su retrato.
La junta en el poder desde el golpe sigue aumentando la represión sobre el movimiento a favor de la democracia. Aun así, miles de manifestantes, incluidos representantes de diversas minorías étnicas con su vestimenta tradicional, han tomado el sábado nuevamente las calles de Rangún, la capital económica del país.
En riesgo la transición democrática
Casi tres semanas después del golpe de Estado que derrocó al gobierno civil de Aung San Suu Kyi y puso fin a una frágil transición democrática de diez años, el concierto de protestas internacionales y el anuncio de nuevas sanciones no influyen en los generales.
Los arrestos continúan con casi 550 personas detenidas en menos de tres semanas. Entre ellos, líderes políticos, trabajadores en huelga, monjes, activistas, según una ONG que brinda asistencia a los presos políticos. Hasta ahora, solo unos 40 han sido liberados.
Las manifestaciones han reunido en las últimas dos semanas a cientos de miles de birmanos en todo el país que exigen el regreso del gobierno civil, la liberación de los detenidos y la abolición de la Constitución muy favorable a los militares.
Birmania, un problema en la agenda internacional
Los ministros de Relaciones Exteriores de la Unión Europea se reunirán el lunes para discutir posibles medidas contra los militares birmanos cuyo golpe y la reacción de protesta en su contra siguen ocupando un lugar central en la agenda internacional.
"Sancionar a ciertos líderes militares es simbólicamente importante, pero no tendrá un impacto significativo", advirtió la ONG Birmania Campaign UK. "Es poco probable que tengan activos para congelar en la Unión Europea, y una prohibición de visas equivale a nada más que una prohibición de vacaciones", agregó.
Hasta la fecha, Estados Unidos, que ha condenado "toda violencia contra el pueblo de Birmania", solo ha anunciado sanciones selectivas contra ciertos generales, igual que el Reino Unido, la antigua potencia colonial, y Canadá.
Pekín y Moscú, aliados tradicionales del Ejército birmano en las Naciones Unidas, consideran la crisis como "un asunto interno" en el país.