Los etarras Garitagoitia y Errazquin niegan su participación en el asesinato del empresario Ignacio Uría en 2008
- Errazkin reconoce que pasaba información a ETA
- La Fiscalía pide 49 años y dos meses de prisión por delitos de detención ilegal, robo de vehículo, asesinato terrorista y daños
Los miembros de ETA Iurgi Garitagoitia Salegui y Ugaitz Errazquin Tellería han negado este lunes ante la Sección Primera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional haber participado en el asesinato del empresario Ignacio Uría, ocurrido el 3 de diciembre de 2008 en Azpeitia (Guipúzcoa).
En la primera sesión de la vista oral en la Audiencia Nacional, que se extenderá hasta el jueves, el tribunal ha escuchado a los dos etarras y a una serie de agentes de la Ertzaintza que participaron en atestados relacionados con la investigación de dicho asesinato.
Según el escrito de acusación provisional de la Fiscalía de la Audiencia Nacional, Garitagoitia y Errazquin -el primero 'liberado' y el segundo 'legal'- integraron junto a Joanes Larretxea, Manex Castro y Beinat Aguinagalde el comando 'Ezuste', un talde que estuvo activo desde agosto de 2008 y hasta marzo de 2009, cuando fue desarticulado.
Dado que una de las acciones del talde fue el atentado en Azpeitia (Guipúzcoa) con el que acabaron con la vida de Uría, propietario y miembro del Consejo de Administración de una de las adjudicatarias para la construcción del tren de alta velocidad (la conocida como Y vasca), en esta vista se trata de dilucidar si efectivamente ambos acusados tuvieron parte en los hechos. Por los mismos ya han sido condenados Aginagalde y Larretxea.
La Fiscalía pide para ellos 49 años y dos meses de prisión por delitos de detención ilegal, robo de vehículo, asesinato terrorista y daños.
Según Fiscalía, los acusados el 3 de diciembre de 2008 a las 10.00 horas se dirigieron al propietario de otro coche, un Alfa Romeo, que estaba preparándose para iniciar una excursión por el monte, y a quien hicieron salir de su interior bajo amenazas y encañonándole con un arma de fuego. Una vez fuera, le obligaron a introducirse en la parte trasera de su propio vehículo.
Tras este secuestro, Garitagoitia se habría quedado en otro coche (un Volvo granate) junto a Manex Castro vigilando al propietario del Alfa Romeo, mientras que Errazquin se habría ido junto a Aguinagalde y Larretxea a realizar la acción que acabó con el asesinato de Uría frente a un restaurante de Azpeitia.
Errazquin reconoce que pasaba información a ETA
Errazquin ha asegurado que conocía a Joanes Larretxea, Manex Castro y Beinat Aguinagalde -integrantes del comando Ezuste de ETA y ya condenados por estos hechos- y que ejercía de "puente" para pasar información entre el primero y los otros dos. Además, ha explicado que comenzó a realizar esta tarea en 2008 cuando, a través de una nota, Larretxea se puso en contacto con él para pedirle que empezara a colaborar con ellos pasando información.
A preguntas de la Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT), ha negado recordar donde estaba la mañana del asesinato y que se hubiera subido al Alfa Romeo robado.
Los dos acusados huyeron a Francia, donde finalmente fueron detenidos. A preguntas del fiscal, Errazquin ha manifestado que "huyó por miedo", cuando vio su nombre en las noticias "con unas acusaciones graves".
Por su parte, Garitagoitia -que sólo ha respondido a su defensa- ha negado haber secuestrado al propietario del Alfa Romeo y sólo ha reconocido que puede ser que condujera en 2008 un vehículo de la marca Volvo así como que conocía a Larretxea, si bien ha puntualizado que en muchas ocasiones no compartían información de lo que hacía el otro.
El asesinato del empresario
Los peritos que han declarado han asegurado que, de las pruebas periciales realizadas en la primera parte de la investigación, descubrieron qué tipo de arma se utilizó para llevar a cabo el asesinato.
Los miembros del comando emplearon dos vehículos para llevar a cabo los hechos, uno de ellos un Alfa Romeo gris verdoso que robaron a punta de pistola en el aparcamiento de Deba (Guipúzcoa), con el que se dirigieron al lugar y que, posteriormente, apareció quemado.
El otro coche era un Volvo granate que utilizaron para retener al propietario del vehículo robado y en el que los investigadores localizaron varios objetos empleados en el secuestro, pero ninguno de ellos permitió identificar a los autores, según han señalado los peritos.
Tras los hechos, un testigo declaró que vio a un hombre con una pistola subirse al Alfa Romeo. Los investigadores repasaron en su día las cámaras de seguridad de una empresa cercana al lugar donde los etarras quemaron el coche y comprobaron que por la carretera próxima habían circulado los dos vehículos juntos momentos antes del atentado.
Los peritos han explicado que investigaron todos los coches que respondían a esas características en Euskadi hasta que finalmente, en un registro llevado a cabo en la vivienda de Errazquin, descubrieron que tenía un coche que coincidía con el que usaron para retener al propietario del Alfa Romeo que robaron.
En la inspección del coche los investigadores hallaron dos muestras de ADN, una de Joanes Larretxea y otra de Manex Castro. El juicio continuará este martes con la declaración de más testigos.