El precio de la trufa cae en Cuenca más de un 50%
- La escasa actividad de la hostelería ha provocado que se desplome la demanda del “oro negro”
- Los mayores afectados son los recolectores: han pasado de recibir 800 euros el kilo a 200
Esta temporada la calidad de la trufa negra es excelente y la cantidad la adecuada. Sin embargo, el precio del conocido como “oro negro” se ha desplomado en la provincia de Cuenca. Las restricciones en la hostelería a causa de la pandemia y el descenso de exportaciones han provocado que los precios hayan pasado de casi 800 euros el kilo a unos 200.
“La situación es dramática. Ya no solo porque la hostelería no consuma… Es que, además, Francia e Italia, los países a los que más exportamos, han estado igual que nosotros, con las mismas restricciones“
“Los restaurantes suelen comprar más de la mitad de la producción”, asegura José María Martínez, truficultor de Lagunaseca en la Serranía Conquense. “La situación es dramática. Ya no solo porque la hostelería no consuma… Es que, además, Francia e Italia, los países a los que más exportamos, han estado igual que nosotros, con las mismas restricciones. Por ello, las exportaciones han caído en picado y no hemos podido sacar nada”.
El productor, el mayor perjudicado
En la cadena alimentaria, el eslabón que más ha tenido que ajustar el precio para dar salida al producto es el truficultor. Recolectores que reciben por una trufa de mayor calidad que otros años menos de la mitad de lo que acostumbran.
“Realmente el perjudicado es el productor o recolector, porque el precio para el consumidor final es prácticamente el mismo”, se lamenta Jairo Abarca, director de la empresa “Cesta y Setas”. “Un año normal podíamos vender la trufa a un mayorista a 600 euros el kilo. Hay que tener en cuenta que es un precio de lonja, que se mueve semanalmente dependiendo de la demanda, los kilos, la calidad… Sin embargo, la trufa ha llegado a tener precios de 100-150 euros este año”.
La trufa en la gastronomía conquense
Si bien es cierto que los restaurantes de la provincia de Cuenca apuestan cada vez más por este producto, las restricciones derivadas de la pandemia han reducido la demanda de trufa en el sector. “No llega ni al 20% de lo que pedíamos en años anteriores”, cerciora Jesús Segura, chef del restaurante Trivio, el único con Estrella Michelín en la capital conquense.
“El año pasado pedíamos por kilos semanales y, ahora, vamos por gramos. Pedimos entre 300-400 porque tampoco sabes la demanda que vas a tener”. Y eso que Jesús Segura añade trufa a un alto porcentaje de sus platos. Lo hace acompañando, sobre todo, a la materia grasa que aporta la carne de caza. “Creo que es un producto en auge y que además en Cuenca somos productores de trufa por excelencia y eso se desconoce”, sentencia.
Un hongo que fija población
El desplome de los precios pone en peligro el cultivo del "oro negro" que está consiguiendo fijar población en zonas como la Serranía de Cuenca. “Para muchos jóvenes se ha convertido en una oportunidad laboral a largo plazo”, asegura José María Martínez, propietario de Viveros Vitruf en Lagunaseca. Allí vende encinas y robles en cuyas raíces hay esporas de trufa inoculadas. “Decidimos montar el vivero ya que aquí no tenemos otro tipo de cultivo que no sea la trufa. Porque en la zona donde estamos no podemos dedicarnos ni al cereal, ni el maíz...”.
“Para muchos jóvenes se ha convertido en una oportunidad laboral a largo plazo“
Gracias a sus servicios de venta y asesoramiento, decenas de familias se han animado a gestionar sus propias plantaciones de trufa. Tierras que requieren de paciencia puesto que no dan rendimiento hasta pasados diez años. No obstante, este hongo se ha convertido en un cultivo cada vez más arraigado a la provincia de Cuenca, pues su superficie ha crecido alrededor de un 30% en los últimos años.