Complicaciones legales de las desapariciones: "Soy la viuda de un vivo"
- Hay más de 200.000 denuncias por desapariciones en España
- Luisa no puede cobrar ni la pensión de viudedad ni dar de baja su coche al no haber certificado de defunción
Félix José o el marido de Luisa López son algunas de las personas que engrosan el registro de desaparecidos en nuestro país. En España, desde 2010, hay un total de 202.529 denuncias. Casi el 10% de ellas seguían activas el año pasado. Son gente que se halla en paradero desconocido. Para sus familiares, al drama por no encontrarles muchas veces se une el legal. No saber si esa persona está viva o muerta o no encontrar el cuerpo puede acarrear numerosas trabas burocráticas.
La viuda de un vivo
El marido de Luisa López desapareció hace cinco meses. El 20 de septiembre salió a pescar y al llegar la hora de la vuelta a casa, no volvió. Es ahí cuando López dio la voz de alerta y empezó la búsqueda por tierra, mar y aire. La cartera, el coche, la documentación y el teléfono móvil aparecieron, pero él no.
En el móvil, una grabación de lo ocurrido. Pero sin cuerpo, no hay partida de defunción y sin ésta, no hay derechos. Es lo que está viviendo esta gallega que dice sentirse desamparada y olvidada por las administraciones y que denuncia que “me niegan mi plan de viudedad y quedé entre el cielo y la tierra, con una mano delante y otra detrás”. Tampoco puede hacer una gestión tan común como dar de baja el coche de él.
Desde el movimiento asociativo que trabaja con los familiares de las personas desaparecidas piden que se agilicen las declaraciones de ausencia para que no se den estas circunstancias. También que se provea a los juzgados de una ley de enjuiciamiento criminal más actualizada. En el caso del mar y el aire, estas declaraciones se acortan de los diez a los dos años, pero tiene que haber evidencias muy claras de que ha sido un accidente para que se logre su tramitación. Con López las autoridades no lo han estimado así por lo que -de momento- tendrá que esperar diez años para poder resolver sus conflictos legales.
Para el director de QSD Global, Paco Lobatón, es fundamental resolver estas cuestiones pues “el dolor tiene que empadronarse”. Por eso es imprescindible tanto encontrar el cuerpo -en caso de que se sepa de la muerte-, como cerrar los trámites. A esto, añade otra reivindicación: la asistencia psicológica para los familiares. “El impacto de este trauma tiene que ser atendido. Es una emergencia y si una emergencia no se resuelve se enquista", asegura el periodista.
Los datos
Según el Consejo de Europa, la persona desaparecida es la "ausente de su residencia habitual sin motivo conocido o aparente, cuya existencia es motivo de inquietud o bien que su nueva residencia se ignora, dando lugar a la búsqueda en el interés de su propia seguridad y sobre la base del interés familiar o social". Bajo esta definición hay en España 200.000 denuncias.
Si es importante tener en cuenta que, según el último informe presentado por la Secretaría de Estado de Seguridad, hay una reincidencia clara en las denuncias por desaparición correspondiendo a casi la mitad de personas desaparecidas. En concreto: 121.113. Aún así, seis de cada diez corresponden a menores. Es un grupo especialmente vulnerable que acusa las sustraciones parentales y las fugas de los centros de menores tutelados.
Con cada denuncia, como reconoce el Ministerio del Interior, se activa una unidad de investigación que quedará encargada del caso, el cual permanecerá abierto hasta que se localice al familiar. Ninguno, aseguran, se da por cerrado. Y, únicamente el 1,54% de las desapariciones tiene un fatal desenlace, bien por muerte natural, accidente u otra causa violenta.
“Al desaparecer, no desaparecen los derechos”
Isabel está en la misma situación que López. En este caso, en vez de su marido, el desaparecido es su hijo José Félix. La última vez que habló con él le dijo que se iba a pasar la jornada al monte con unas personas que había conocido por internet. Desde entonces, la nada. Eso a pesar de que la policía tiene abierta una investigación y que la interposición de la denuncia supone el inicio inmediato de las gestiones tendentes a la localización del familiar.
En ‘La Hora de la 1’, Isabel ha querido poner el foco ahí: “la policía me llamó para decirme que habían encontrado dos cadáveres pero que ninguno era el de mi hijo”. Nada más. Denuncia que “parece que les molesta que les pregunte cuando me acerco a comisaría” y que la unidad engargada del caso "solo saben decirme que les deje trabajar”.
Ante esas respuestas, son muchas las familias -como la de Isabel-, que empujadas por querer respuestas deciden contratar un detective privado para hacer la investigación por su cuenta.
Lobatón puntualiza que siempre hay excepciones en las investigaciones públicas pero que “el problema de esas excepciones es que son muy dolorosas” que insiste que “necesitamos un estatuto de la persona desaparecida porque Felix José tiene el derecho como ciudadano a que se le busque”. Un extremo, dice, extensible a la madre que “tiene derecho a ser informada”.
Isabel asegura haber contratado a un criminólogo para que busque indicios, entre otros sitios, en el entorno digital. Una investigación que, desea Lobatón, se haga conjuntamente con la policía. La importancia radica según él, en la coordinación entre esos recursos privados y los públicos. "En este caso la policía ya tiene la investigación, ahora hay que cooperar". El principio de esa cooperación, asegura Lobatón, ya está admitido por el Centro Nacional de Desaparecidos pero, añade, “a veces romper rutinas es muy difícil”. Unas rutinas que está padeciedo Isabel que solo quiere, ha insistido, que busquen a su hijo.
Otra de las claves para que se resulvan favorablemente es la difusión. Recuerda que puedes encontrar información en el canal de servicio público que tiene abierto rtve.es para estas búsquedas.