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Coronavirus

'Libre de COVID': un eslogan del que solo pueden presumir cinco territorios en el mundo

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Los países que resisten sin coronavirus un año después
Los países que resisten sin coronavirus un año después

Un año después de que se confirmara el primer caso de coronavirus en España, donde ya se han registrado más de 3,1 millones de contagios y la cifra de fallecidos ha superado los 69.000, aunque parezca mentira, todavía existen territorios en el mundo a los que todavía no ha llegado la COVID-19

Son cinco los territorios que están libres de COVID-19: Tuvalu, Tonga, Palau, Nauru y Kiribati. Todos tienen algo en común y es que son islas que se encuentran aisladas en el Pacífico, con una accesibilidad complicada.

La pandemia ha rebasado los 113,8 millones de casos y más de 2,5 millones de personas han muerto en el mundo por la SARS-CoV-2 desde que se detectaron los primeros contagios en el mercado de Huanan, en la ciudad china de Wuhan.

Tonga, un país sin mascarillas y sin COVID

A principios de marzo de 2020, el Gobierno de Tonga, un archipiélago que se encuentra en Oceanía y que cuenta con poco más de 100.000 habitantes, decidió declarar el estado de emergencia y cerrar las fronteras, algo que junto con el hecho de estar tan apartado del resto del mundo ha permitido que el virus no entrara en la nación.

La mayoría de vuelos en este archipiélago en medio del Pacífico llegan de Nueva Zelanda y Australia, por lo que "fue muy fácil restringir" desde el principio la llegada de personas a Tonga, según explica en una entrevista a RTVE.es el director del diario Matangi Tonga, Pesi Fonua, quien afirma que el país "tiene mucha suerte".

Para entrar en Tonga es necesaria una autorización del Gobierno y los viajeros deberán contar con una prueba PCR negativa y haber realizado una cuarentena antes de abandonar Australia o Nueva Zelanda. Al llegar es obligatorio hacer otra cuarentena de 14 días y estar encerrados durante otra semana en casa.

El hecho de que estemos tan aislados y la gestión inicial para restringir los vuelos, son las razones fundamentales por las que tenemos tanta suerte

El cierre de fronteras no es la única medida que está tomando Tonga para evitar que llegue la COVID-19, ya que existe un toque de queda entre las 12 de la noche y las cinco de la mañana, así como restricciones de grupos. En el caso de los funerales, por ejemplo, tan solo puede haber 100 personas, si se trata de un lugar abierto, y 20 en lugares cerrados.

Inicialmente se cerraron los colegios, aunque más tarde se relajaron las restricciones y se redujo el número de alumnos en cada clase para poder mantener las distancias de seguridad. Los restaurantes también echaron el cierre, aunque tras las quejas del sector hostelero volvieron a abrirse con menos aforo y una distancia de un metro entre mesas.

Aquí, las personas que llevan mascarilla parece que lo hacen de broma

A pesar de todas estas medidas para evitar la propagación del coronavirus, el uso de mascarillas no es necesario en este país, algo que sorprende, ya que gran parte del resto del mundo ha olvidado ya lo que era salir de casa sin una de ellas. "Aquí, las personas que llevan mascarillas parece que lo hacen de broma. No las lleva nadie", afirma Fonua.

También hay muchas personas que ignoran las restricciones del Gobierno, aunque el periodista subraya que "poco a poco se toman las cosas más en serio". "Al ver lo que está pasando en el resto del mundo, que el virus se está expandiendo y que es más peligroso de lo que pensábamos, la gente se lo está tomando más en serio y está más concienciada", asevera.

Pesi Fonua asegura que Tonga "todavía no está preparado" para que llegue la COVID-19, ya que incluso en el hospital de la isla principal del país "no hay casi hueco". "Lo único que esperamos es que no llegue aquí", ha admitido.

Otros países libres de COVID-19

Desde finales de marzo, Palau --un archipiélago de más de 500 islas en medio del océano Pacífico-- tiene las fronteras cerradas y es uno de los cinco territorios del mundo que no tiene casos confirmados de coronavirus. Los viajeros que lleguen al país insular, deberán hacer una cuarentena de 14 días y en ese periodo también tendrán que realizarse dos pruebas PCR.

Si el resultado es negativo, podrán trasladarse a su residencia, donde tienen que estar aislados otros siete días y después someterse una nueva prueba. Además, el uso de mascarillas es obligatorio en Palau.

En el caso de Nauru, que también se encuentra en Oceanía, tan solo podrán entrar al país aquellos pasajeros que hayan pasado al menos 14 días antes en los siguientes países: Australia -sin incluir el estado de Victoria-, Fiji, Kiribati, Micronesia, Nueva Zelanda, Niue, Samoa, Islas Salomón, Tonga, Tuvalu, Vanuatu, Taiwán, Islas Cook, Islas Marshall, Nueva Caledonia y Palau. Además, deberán presentar una prueba PCR negativa realizada al menos tres días antes de viajar a Nauru.

Por su parte, Kiribati niega la entrada a cualquier persona que haya estado o haya pasado por países con transmisión local confirmada dos semanas antes de pisar su territorio, mientras Tuvalu mantiene sus fronteras cerradas a todos los no residentes y no nacionales. Desde que empezó la pandemia, ambas naciones --localizadas en el océano Pacífico-- están libres de coronavirus.

Corea del Norte y Turkmenistán no registran oficialmente casos

Tanto Turkmenistán como Corea del Norte son países bajo regímenes dictatoriales que afirman que desde que comenzó la pandemia no han registrado oficialmente ni un solo positivo de coronavirus, aunque existe la posibilidad de que no los hayan comunicado.

El régimen norcoreano anunció que reforzaría la vigilancia en las zonas fronterizas para contener la posible propagación del coronavirus. A pesar de que el primer país en registrar un brote fue China, con quien comparte frontera y uno de los pocos países con los que tiene relaciones políticas y comerciales, Pyongyang no ha reconocido hasta ahora ningún caso.

Algo similar ocurre en Turkmenistán, que a finales de marzo prohibió que los medios de comunicación emplearan la palabra "coronavirus".

Sin casos, hasta ahora

Varios países que no habían detectado casos de coronavirus comenzaron poco a poco a relajar las medidas y eso hizo que finalmente el virus entrara, como en Samoa, donde se han registrado tres positivos; Micronesia, con uno; Islas Salomón, con 18 casos; y Vanuatu, con un único positivo.

En Vanuatu, un archipiélago en el océano Pacífico con 274.000 habitantes, se declaró el estado de emergencia a finales de abril de 2020 después de que dos pasajeros de un crucero que había visitado el país dieran positivo al llegar a Sídney, lo que provocó el cierre de colegios, restaurantes y comercios durante 20 días. El estado de emergencia se ha ido prorrogando poco a poco y ahora se ha establecido hasta el próximo 31 de julio.

En septiembre, el Gobierno vanuatuense comenzó a permitir un número pequeño de vuelos de repatriación desde Auckland, Brisbane y Noumea y, precisamente, en uno de esos vuelos llegó el único caso que ha registrado hasta el momento el país. Sin embargo, Vanuatu lo detectó "a la primera", pese a que el viajero "dio la vuelta al mundo para llegar hasta el país", evitando que la cifra de contagios aumentara en el archipiélago, según explica Ricardo Domínguez Llosa, un geógrafo español que trabaja allí para la Organización para la Alimentación y la Agricultura de la ONU (FAO).

Aunque los restaurantes solo estuvieron cerrados durante 20 días con la declaración del primer estado de emergencia, muchos hosteleros se han visto obligados a dejar sus negocios debido a la falta de turistas. El turismo aportaba un 45% al PIB del país, la mayoría de cruceros. En este sentido, a pesar de no haber registrado muertos y contar con un solo caso desde que comenzó la pandemia, la COVID-19 ha dejado a Vanuatu sin visitantes.

En Vanuatu, la transmisión comunitaria podría ser terrible

Domínguez Llosa subraya que en el país hay mucha vida social y que la transmisión comunitaria "podría ser terrible", sobre todo por la kava, una bebida tradicional que se sirve en cáscaras de coco y que se bebe en grupo.

"El país es pequeño, no tiene muchos medios, pero sí está muy concienciado", indica el español. "Muchos han dejado de ir a tomar kava porque no se sienten seguros", añade.