'Las niñas', la educación sentimental en la trastienda de 1992
- Una sorprendente ópera prima en la que Pilar Palomero ha demostrado saber cómo rodar y qué rodar
- Premios Goya 2021
9 NOMINACIONES
Mejor película
Mejor dirección novel (Pilar Palomero)
Mejor guion original (Pilar Palomero)
Mejor canción original: Lunas de papel
Mejor actriz de reparto (Natalia de Molina)
Mejor dirección de fotografía
Mejor montaje
Mejor dirección artística
Mejor diseño de vestuario
Lo cierto es que tengo una relación con Las niñas desde antes que supiera todo lo que vino después. Un día, allá por junio de 2019, llamé a Natalia de Molina para ver si le gustaría ser invitada en Días de Cine para un nuevo formato de programa que pondríamos en marcha para septiembre. En realidad, estaba diciendo a Natalia de Molina, sin decir, si tenía a bien ser el conejillo de indias para la aventura que iba a ser la figura de los invitados en Días de Cine para la siguiente temporada, y no tardó ni un segundo en decirme que sí.
Empieza mal la cosa. Sé que se puede malinterpretar todo si hablo de mi ”relación” con las niñas”, y ese “sí” que me dio de Natalia de Molina, y que me empuja a hacer un chiste con El sí de las niñas, de Leandro Fernández de Moratín.
Pero la cosa tiene su miga, porque Natalia de Molina vino a grabar con nosotros (fue la primera persona con la que grabamos, o sea, nuestra primera “madrina”) en un día libre de rodaje que tenía de una película que estaba rodando en Zaragoza con una directora que se llamaba (y se llama) Pilar Palomero, y me estuvo contando cosas de la película.
Más tarde, cuando me mandaron imágenes de making, me pareció que tenía muy buena pinta. Y luego, más tarde, cuando por fin la pude ver pensé: efectivamente, tiene muy buena pinta. Es estupenda.
Las niñas coincide en ubicación temporal, 1992, con otra película importante de este extraño año de cine español: El año del descubrimiento. Un año en el que España deslumbraba al mundo, con la Expo 92 y con las Olimpiadas, pero en el que pasaban muchas más cosas mucho más cotidianas y prosaicas en la trastienda.
Es Las Niñas una película sorprendente para tratarse de la ópera prima de su directora, Pilar Palomero, quien, por otro lado, ha demostrado tener la cabeza muy bien amueblada. Sabe cómo rodar y qué rodar. Y lo hace con gusto. Sin cargar las tintas ni en la escritura del guion, del cual es también autora, ni en la puesta en escena. Se nota que atendió con mucho mimo las lecciones de la ECAM, donde, por cierto, se graduó como directora de fotografía, y en ese Máster en Dirección de Cine en la Film Factory en 2013, dirigido por húngaro Béla Tarr en la ciudad de Sarajevo, y de cuya experiencia me habló con entusiasmo.
En Las niñas, Pilar Palomero abunda en los temas que ya había tratado en sus cortos, con mayor profundidad y ambición. La decisión de rodar en 4:3 fue a raíz de la sugerencia de la directora de fotografía, Daniela Cajías, y así, ese mundo de 1992, a la vez lejano en el tiempo, pero no tanto, y al mismo tiempo, un retrato íntimo de sus protagonistas nos parece un acierto, pues obliga a la directora, y nos obliga a nosotros, los espectadores, a concentrar la atención en lo esencial.
Las niñas es tanto un retrato iniciático, el de Celia (una fantástica Andrea Fandós), que vive con su madre, Natalia de Molina, y va a un colegio de monjas donde esa modernidad de país que se atisba a ver por televisión, o en esos carteles de publicidad institucional a favor del uso del preservativo, parece muy lejos de entrar. Pero una niña de 11 años tiene todo el mundo por descubrir. Y, además, quiere descubrirlo, aunque desde el colegio, guste más el mundo de puertas a dentro.
Pilar Palomero nos habla de esa vida cotidiana que es, fue, la de tantas y tantas otras niñas, en aquel año triunfal, pero en el que aún había muchas cosas por hacer. Un retrato de la educación sentimental de Celia, y sus amigas, sus aventuras, sus desventuras, sus juegos inocentes y crueles. Sus miradas a lo prohibido y sus asentimientos a lo que está establecido.
Hacía tiempo que no veíamos en el cine, en general, unos ojos como los de Andrea Fandós, en cuya mirada entre inocente y curiosa la cámara se recrea, haciendo real ese milagro que se da de cuando en cuando en el cine y que es todo eso que una mirada (una buena mirada) nos invita a imaginar, que es mucho más que lo que es simplemente ver.
Retomo a mi querida Natalia de Molina para decir que está estupenda en el papel de esa madre que sabe en qué mundo está, pero que sabe también que no le queda otra que pasar por algunos aros para poder avanzar, tanto ella, como su hija. Inolvidable para mi ese momento en que en la película suena el “Because the night” en la versión de Patty Smith, que es, creo, toda una declaración de principios encubierta.
Las niñas ganó la Biznaga de Oro a mejor película en el Festival de Málaga, así como el premio a mejor fotografía. A principios de diciembre de 2020, antes que nadie, la redacción ya la había votado como mejor película española de 2020, un premio que no pudo recoger Pilar Palomero el 20 de enero, en la gala COVID de nuestros novenos Premios Días de Cine porque ese mismo día fue puesta en cuarentena por haber dado positivo un contacto estrecho por COVID. Después de nuestra elección en la redacción de Días de Cine, y como ya suele ser habitual, Las niñas ganó en los Premios Forqué, y suma 9 nominaciones a los Goya, 6 a los Feroz, y 13 en los Gaudí.