El papa Francisco llega a Irak en una visita histórica de tres días: "Venir era un deber"
- El pontífice pide "luchar contra la corrupción" en Irak, durante su primer discurso
- Se reunirá con el ayatolá Ali al Sistani, uno de los principales líderes de los chííes en todo el mundo
El papa Francisco ha llegado este viernes a la capital de Irak, la primera visita de un pontífice al país, para acercarse a la castigada comunidad cristiana del país, brutalmente perseguida por el grupo yihadista Estado Islámico.
El vuelo de la compañía Alitalia ha aterrizado en el aeropuerto de la capital iraquí, Bagdad, alrededor de las 14.00 hora local. A bordo del avión, el pontífice ha asegurado que para él "era un deber" visitar Irak, una "tierra martirizada".
La visita se produce tan solo días después del lanzamiento de misiles contra la base Ain al Asad de la coalición internacional, que cuenta con presencia española, estadounidense e iraquí, y tras el doble atentado el pasado 21 de enero que acabó con la vida de 32 personas.
Una ceremonia de bienvenida discreta
El pontífice ha sido recibido por el primer ministro de Irak, Mustafa al Kazemi, a quien ha estrechado la mano, así como por dos niños con trajes tradicionales que le han ofrecido flores. En una ceremonia de bienvenida discreta se han presentado las delegaciones de ambos estados y han sonado los himnos.
El papa Francisco ha llegado acompañado del secretario de Estado, el cardenal Prieto Parolin, el prefecto de la congregación para las Iglesias Orientales, el cardenal argentino Leonardo Sandri y el cardenal español Miguel Ángel Ayuso, entre otros.
Miles de miembros de las fuerzas de seguridad han sido desplegados en Irak para proteger al papa durante su visita. Normalmente, el pontífice insiste en emplear automóviles simples y pequeños en sus viajes, pero en esta ocasión ha sido trasladado al palacio presidencial en un BMW blindado y escoltado por decenas de vehículos.
El papa pide "luchar contra la corrupción"
El primer acto oficial del papa ha sido una reunión con el presidente, Barham Saleh, quien ha afirmado que es un "invitado apreciado" por los iraquíes. Después, Francisco ha pronunciado un discurso en el palacio presidencial ante las autoridades y miembros del cuerpo diplomático, en el que ha asegurado que "ha esperado durante mucho tiempo" su viaje a Irak, "la cuna de la civilización", y en el que ha denunciado las barbaridades "insensatas" del grupo yihadista Estado Islámico contra los yazidíes.
El pontífice ha pedido a Bagdad que "luche contra la corrupción, el abuso de poder y la ilegalidad". "Debemos, al mismo tiempo, construir justicia, aumentar la honestidad, la transparencia y fortalecer las instituciones", ha aseverado.
En su discurso, el papa también ha instado a que "nadie sea considerado un ciudadano de segunda clase" en un país en el que los cristianos representan tan solo un 1% de un total de 40 millones de habitantes. "Es fundamental asegurar la participación de todos los grupos políticos, sociales y religiosos, y garantizar los derechos fundamentales de todos los ciudadanos", ha recalcado.
Ir a Irak "era un deber"
Se trata del primer viaje del pontífice fuera de Italia desde noviembre de 2019. "Estoy feliz de volver a viajar", ha indicado el papa argentino en el vuelo a Irak. "Este viaje icónico era un deber para una tierra martirizada durante tantos años", ha añadido.
Durante el vuelo, el papa ha saludado, con mascarilla y sin estrechar las manos, a los 75 periodistas que le acompañan. Tanto el papa como la delegación que viaja con él, incluidos los periodistas, han recibido la vacuna contra la COVID-19.
El viaje del papa a Irak es uno de los más difíciles y arriesgados. Visitará durante tres días el país, castigado por la pandemia y la violencia de milicias y yihadistas, con el objetivo de mostrar solidaridad con la comunidad cristiana de Irak, donde hay cerca de 300.000 fieles.