El papa Francisco visita Irak, un país castigado por la pandemia y la violencia de milicias y yihadistas
- Una visita considerada histórica y que no pudo hacer Juan Pablo II
- Refuerzan la seguridad tras el doble atentado a finales de enero en la capital y los nuevos lanzamientos de misiles
El papa Francisco inicia este viernes su primer viaje fuera de Italia desde noviembre de 2019. Visitará durante tres días Irak, un país castigado por la pandemia y la violencia de milicias y yihadistas, algo que nunca lograron los pontífices Juan Pablo II y Benedicto XVI.
La visita se produce tan solo unos días después del lanzamiento de misiles contra la base Ain al Asad de la coalición internacional con presencia española, estadounidense e iraquí, y del doble atentado del pasado 21 de enero que acabó con la vida de 32 personas en la capital de Irak, Bagdad.
El país ha reforzado la seguridad en todos los lugares que visitará Francisco en su viaje, cuyo objetivo es mostrar la solidaridad con la comunidad cristiana de Irak, donde hay cerca de 300.000 fieles.
Un viaje en "busca de la fraternidad" con otras religiones
El pontífice ha expresado este jueves su deseo de viajar a Irak, a pesar de la pandemia y de los recientes actos de violencia que ha vivido el país, en "busca de la fraternidad" con otras religiones y para recorrer lugares emblemáticos de la "cuna de la Civilización".
"Voy como peregrino de paz a repetir que vosotros sois todos hermanos. Peregrino de paz en busca de fraternidad con el deseo de rezar juntos y de caminar juntos también con los hermanos de otras religiones en el signo del Padre Abraham que reúne en una sola familia a musulmanes, judíos y cristianos", ha señalado en un vídeo dirigido al pueblo iraquí antes del inicio de su visita.
Lo que otros papas no pudieron hacer
El conflicto en Irak, lugar de nacimiento de Abraham --profeta de las tres grandes religiones monoteístas--, hizo difícil que los predecesores de Francisco viajaran el país. El papa Juan Pablo II planeó en 1999 visitar Irak, pero su intención fue frustrada por la oposición del entonces dictador Sadam Husein.
A pesar de que la guerra ha terminado, la violencia continúa en el país. A finales de enero al menos 32 personas murieron y otras 110 resultaron heridas en un doble atentado en una céntrica plaza de Bagdad y el lunes al menos diez misiles fueron lanzados contra la base militar de Ain al Asad, sin causar víctimas.
Se espera que el papa Francisco se traslade a los diferentes lugares que visitará en un vehículo cerrado y blindado, en lugar de hacerlo en 'papamóvil'.
Restricciones por la pandemia
Se trata del primer viaje del pontífice fuera de Italia desde noviembre de 2019, cuando visitó Tailandia y Japón. Los cuatro viajes que tenía planeados para 2020 fueron cancelados debido a la COVID-19.
En Irak las autoridades han prohibido gran parte de los movimientos entre provincias después de detectar este jueves más de 4.000 nuevos casos, que se suman a los más de 600.000 que ha registrado el país hasta ahora. La mayoría de los cristianos iraquíes tendrá que seguir el viaje del papa por televisión, aunque Francisco aseguró hace unos meses que lo importante es que "verán que el papa está allí en su país".
Tanto el papa como la delegación que le acompaña --incluidos los periodistas-- han sido vacunados y solo un centenar de personas participará en los actos de Francisco, aunque las autoridades han hecho excepciones y permitirán que cerca de 10.000 fieles acudan a la misa del domingo 7 de marzo en el estadio de Erbil, que puede albergar hasta 30.000 personas.
Lugares emblemáticos del sufrimiento iraquí
Durante su viaje de tres días, el papa irá a Ur de los Caldeos, la llanura de Ninive y las ciudades de Mosul y Qaraqosh, que quedaron destrozadas por el Estado Islámico y donde se concentraba la población cristiana, que ha quedado reducida a la mitad. También visitará la capital del Kurdistán iraquí, Erbil, que dio cobijo a los que huían de los yihadistas.
En Mosul, Francisco celebrará una oración por las víctimas de todas las guerras entre las ruinas de una de las iglesias destrozadas por el grupo yihadista Estado Islámico. Además, en la ciudad de Nayaf, uno de los lugares más santos del Islam, se reunirá en un encuentro de enorme trascendencia para el diálogo entre religiones, con el ayatolá Ali al Sistani, uno de los principales líderes de los chiíes en todo el mundo.