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'Bola de nieve en Castanesa': vecinos divididos ante la ampliación de la estación de esquí

  • En el pirineo de Huesca, la empresa semipública Aramón relanza el proyecto de ampliar la estación de esquí de Cerler hacia el valle de Castanesa
  • La asociación “Queremos un futuro para el valle de Castanesa” cree que el proyecto puede frenar la despoblación con nuevas oportunidades de negocio para esta comarca, que vive de la ganadería
  • Vecinos contrarios a los planes de Aramón afirman que la ampliación de Cerler es "una acción meramente especulativa y fuera de lugar en un escenario de cambio climático"
  • Hoy a las 22.30 horas en el Canal 24 horas, 'Bola de nieve en Castanesa", un reportaje del programa Repor

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Repor - Bola de nieve en Castanesa - Avance

La consejera de Economía del Gobierno de Aragón y presidenta de la empresa semipública Aramon, Marta Chacón, afirma ante las cámaras de REPOR que en primavera ya habrán instalado un nuevo remonte en Cerler, que conectará la estación de esquí con el valle de Castanesa. De hecho, el verano pasado, ya hubo máquinas trabajando en la montaña, pero para poder llevar a cabo la ampliación de pistas necesitan terrenos que son de propiedad privada.

Este mes de enero, el Departamento de Vertebración del Territorio del Gobierno aragonés (DGA) ha iniciado los trámites de expropiación después de que a finales de septiembre del año pasado publicara una orden de expropiación de las tierras de los vecinos para poder avanzar con las obras. El monte es propiedad de 70 socios. Algunos han llegado a un acuerdo con Aramón, pero hay otros que no.

Se da la circunstancia que la posición de los partidos que forman el gobierno autonómico respecto a este tema no es unánime: mientras que PSOE y PAR son favorables al proyecto, CHA y Podemos siempre se han manifestado en contra. Además, las asociaciones ambientalistas rechazan de manera unánime la ampliación de la estación de esquí de Aramón Cerler por ese valle.

El proyecto viene de lejos

Casi coincidiendo con su creación, el grupo Aramón compró terrenos rústicos, que el ayuntamiento de Montanuy, la capital del valle de Castanesa, recalificó a urbanos para financiar con las plusvalías la que se promocionó como la estación de esquí más grande del Pirineo. Contaban con invertir 400 millones de euros para construir 4.000 viviendas, teleféricos, campos de golf… en un proyecto que diseñó el prestigioso arquitecto Norman Foster; pagaron 20 millones por 180 hectáreas de prados y el ayuntamiento recalificó 50 hectáreas. Sin embargo, el estallido de la burbuja inmobiliaria y la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Aragón ratificada por el Supremo que declaraba nula la recalificación de terrenos, dieron al traste con los planes de Aramón.

Los vecinos de Montanuy no son más de 200 repartidos en 17 núcleos de población. Entre ellos hay disparidad de opiniones y, a pesar de que ahora ese proyecto se ha visto reducido y es más modesto -la inversión prevista ahora es de 40 millones de euros-, las posturas de unos y otros están más encontradas que nunca.

Vecinos enfrentados

Hemos recorrido Castanesa, tras el paso de la perturbación Filomena. No es habitual que haya tanta nieve en el valle. Al contrario, cada vez nieva menos. Según el último informe sobre cambio climático en los Pirineos, entre 1960 y 2010 la temperatura media ha aumentado 1,2 °C y en 2050, a 1.800 metros de altitud se habrá perdido la mitad del manto de nieve. Pero se nota la ilusión por lo que el esquí puede traer.

Si la ganadería fuera rentable al 100% no me liaría con la hostelería ni con nada

Rubén Cierco, el dueño del único hotel-restaurante del valle, espera que su establecimiento se pueda llenar en invierno tanto como en verano. Rubén, que también posee la única explotación que hay en Castanesa de ovejas “xisqueta” -la raza autóctona del Pirineo-, afirma que si la ganadería fuera suficiente para vivir no necesitaría más: “Si la ganadería fuera rentable al 100% no me liaría con la hostelería ni con nada”.

Ahora Castanesa es la España desierta de Aragón

Otro ganadero, Javier Rich, quiere invertir en ladrillo “para hacer más dinero”. Y Javier Pellicer, hijo del valle, pero que vive en Viella, espera poder legar a sus hijos una segunda residencia en un lugar tan atractivo como el valle de Aran, porque asegura que “ahora Castanesa es la España desierta de Aragón”. Todos ellos son miembros de la asociación “Queremos un futuro para el valle de Castanesa” que apuesta por el proyecto de la estación de esquí.

En el otro extremo está la asociación “Naturaleza Rural” integrada en la “Plataforma por la Defensa de las Montañas de Aragón”. Denunciaron el primer proyecto de Aramón y ahora presentan batalla contra las expropiaciones. 21 propietarios han presentado alegaciones a la expropiación. Luis Infanta y Carmen Rodríguez, que desde hace 30 años viven en el núcleo de Señiu, hablan del malestar social que ha causado durante años la idea de la estación de esquí.

Hay un par de familias que nos han dejado de hablar

Desde el primer momento, ellos se posicionaron en contra del proyecto de Aramon: “A partir de entonces no solamente dejamos de ser buena gente, sino que incluso hay un par de familias que nos han dejado de hablar”.

Manel Badia, presidente de la asociación “Naturaleza Rural”, afirma que tras la ampliación de Cerler hay afán especulativo y que es un sinsentido querer frenar la despoblación con soluciones que agravan los efectos del cambio climático. Y lanza una pregunta al aire: “¿Qué queremos? ¿Modificarlo todo forzadamente? No. Esto es trampa. Esto es una demagogia de los que quieren aprovecharse de las zonas rurales para urbanizar, para sacar dinero, para vender terrenos”. Veremos quién le da respuesta.