Nice Nailantei, cambiando los ritos que incluyen la ablación "para que cada niña pueda ser la mujer de sus sueños"
- Desde su ONG ha diseñado una ceremonia de paso a la edad adulta que elimina la mutilación genital
La historia de Nice Nailantei es la de quien crece viendo lo que no quiere para ella ni para ninguna otra niña. Por eso huyó dos veces de su emuatare, que es como llaman los masáis a la ceremonia de transición de la infancia a la edad adulta. Una tradición que viven como celebración, pero en la que las niñas son mutiladas. Nice quería estudiar, necesitaba cambiar el rumbo y para ello tuvo que dar un primer paso: convencer a su abuelo de que seguir en la escuela no le haría peor mujer.
Nació en Noomayianat, una pequeña aldea bajo el Kilimanjaro, y con 30 años es ya un referente en la lucha contra la mutilación genital femenina. Elegida en 2018 por la revista Time como una de las 100 personas más influyentes del mundo, también ha recibido la beca Mandela Washington para jóvenes líderes africanos y el Premio Princesa de Asturias de Cooperación Internacional.
Ahora forma parte de AMREF Health África y junto a las comunidades con las que trabaja han diseñado un rito alternativo. "Del rito lo único que está mal y que hay que eliminar es la mutilación, pero también hay bailes y se cantan canciones. Es una gran ceremonia que no se tiene por qué perder, así que hemos cambiado el corte por educación, para que cada niña pueda ser la mujer de sus sueños", nos cuenta a RTVE.
Pero el camino no ha sido fácil. "Lo importante es el diálogo y el respeto, hablar con los mayores, los líderes, y con los jóvenes", reconoce. Diálogo y paciencia para llegar donde las leyes, por sí solas, no pueden, y es que en Kenia se sigue practicando la mutilación genital femenina a pesar de estar prohibida desde 2011.
En su empeño por no dejar a nadie atrás, Nice acaba de fundar Nice Place, un hogar seguro que estará operativo en menos de un mes y en el que acogerán a todas las niñas que huyan de la mutilación genital o de un matrimonio forzoso. Quiere cambiar el mundo y no descarta -incluso- hacerlo mediante la política.