20 años sin mili: el triunfo de los insumisos
- El Real Decreto del 9 de marzo de 2001 puso fin a más de dos siglos de reclutamiento militar
- Sin embargo, la despenalización del delito de insumisión no llegaría a ser efectiva hasta 2002
Su nombre oficial era servicio militar obligatorio, pero en España siempre se le llamó 'mili'. Tal día como hoy hace 20 años, el Real Decreto del 9 de marzo de 2001 puso fin a más de dos siglos de reclutamiento militar.
El objetivo de este servicio era enseñar aptitudes militares a miles de jóvenes cada año para así engrosar la lista de reservistas. Un modelo de reclutamiento masivo ante la posibilidad de que se iniciara un conflicto bélico.
Más allá de su verdadera implementación militar, los tópicos que la mili ha dejado en la sociedad española son que servía para "hacerse más hombre" y ser más disciplinado.
Sin embargo, no todos los hombres estaban de acuerdo en realizarla. En ocasiones, distintas incapacidades médicas servían para librarse del servicio -una muy común era la de los pies planos-, pero quienes aun sin este tipo de justificaciones se negaban a realizar la mili, se convertían en insumisos.
Objetores de conciencia e insumisos
En los años 70, con la fase final del Régimen y el inicio de la Transición, los insumisos que se negaban a realizar la mili por sus ideales antimilitaristas y pacifistas se hicieron cada vez más populares. Hasta el punto que en 1977 fundaron el Movimiento de Objeción de Conciencia (MOC).
Quienes se negaban a prestar el servicio militar eran detenidos y encarcelados, pero la cantidad de insumisos crecía tanto cada año que a finales de los 80 solo se detenía al 8,5 % y la estancia media en prisión no pasaba de 18 días.
El encarcelamiento fue paradójicamente una de las "fortalezas" del movimiento insumiso. Lander Aurrekoetxea, que permaneció en prisión durante parte de 1993 y 1994, ha comentado a Efe que "el hecho de que estuviéramos en la cárcel era algo que la gente percibió como injusto y eso hizo que socialmente mucha más gente empatizara con la causa".
El Gobierno del PSOE de aquella época se vio desbordado. Las cifras de objetores iban en aumento y llegaron al 37 % del contingente militar en 1994. En 1995, la bolsa de objetores en espera de la prestación social sustitutoria (PSS) llegaba a 200.000.
Cuando el Gobierno, para aliviar la situación en las cárceles, decidió facilitar el paso de los insumisos al tercer grado, se encontró con la sorpresa de que muchos de ellos renunciaban a quedar en libertad. Finalmente, en noviembre del año 2000 -ya con el PP gobernando- se realizó el último sorteo de quintos de la historia de España.
El Gobierno aprobó el 9 de marzo de 2001 el decreto que suspendía la mili a partir de diciembre de ese año, aunque la despenalización del delito de insumisión no llegaría a ser efectiva hasta 2002.
Lo bueno y lo malo de la mili
Para millones de jóvenes aquellos meses de cuartel y maniobras sirvieron para conocer gente nueva y salir de sus pueblos por primera vez. Para otros, en cambio, suponía aparcar los planes durante casi un año -hasta 1968 la mili duraba 2 años, pasando entonces a los 18 meses; en 1984 se rebajó a 1 año y en 1991 se estableció en 9 meses-.
Los casos más especiales eran los de aquellos hombres que acudían no solo sin experiencia militar sino también académica y era en la mili donde aprendían a leer y escribir. También era una buena forma de sacarse el carnet de conducir.
Desde el sorteo de quintos que determinaba el destino de los próximos meses hasta la jura de la bandera, los jóvenes españoles pasaban por una serie de experiencias únicas que en muchos casos marcaban sus vidas: los madrugones, cortarse el pelo al cero, las noches al raso, las novatadas o incluso los arrestos por inobediencia. Unos meses de servicio que en la actualidad pueden servir para jubilarse antes.
La parte más negativa era la de aquellos jóvenes que se veían obligados a pausar sus estudios o incluso a perder su trabajo. Y no se puede olvidar que la mili implicaba una serie de riesgos, tanto es así, que desde 1986 hasta 2001 fallecieron 1.960 personas mientras realizaban el servicio militar.
La profesionalización del ejército
Con el fin de la mili, el ejército pasó de la 'cantidad' a la 'calidad'. Las guerras multitudinarias del s. XX dieron paso a los nuevos conflictos estratégicos del s. XXI, donde no prima tanto la amplitud de las cuadrillas sino su especialización.
En los últimos veinte años las Fuerzas Armadas han pasado por un gran proceso de modernización, caracterizado por el empleo de las nuevas tecnologías y los sistemas informáticos.
Además, la opinión pública sobre el Ejército es mejor ahora que la de hace 20 años -no se superaba el 6 sobre 10-, según los datos del CIS.
¿Volverá la mili en España?
A día de hoy parece difícil pensar el regreso del servicio militar español. Sin embargo, en ocasiones se alzan voces que consideran que las nuevas generaciones cada vez son más incapaces de actuar con disciplina y que una modernización de la mili podría servir de ayuda.
El ejemplo más próximo se encuentra en Francia. 21 años después de la suspensión del servicio militar, en enero de 2018, Macron confirmó su restablecimiento. Se recondujo oficialmente en junio de 2019, aunque con un concepto bastante distinto al que se tenía concebido.
Esta nueva "mili civil" está orientada a que los jóvenes aprendan los “valores republicanos” y “el gusto por el compromiso”, mediante una experiencia de unas pocas semanas.
Donde sí se tradujo en un nuevo proceso de alistamiento al ejército es en Suecia, donde los problemas para encontrar personal para las unidades militares de forma voluntaria motivó el regreso del servicio obligatorio.
En 2018, Marruecos también decidió restablecer el servicio militar doce años después de abolirla. Una decisión, tomada por el rey, que servía para paliar las protestas sociales y el paro juvenil.
Actualmente, Alemania es una de las grandes naciones que también se está planteando reiniciarlo, aunque con carácter voluntario. En total, en el mundo, según The World Factbook, hay alrededor de 60 países en los que la mili sigue siendo de obligado cumplimiento.