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Diez cosas que hemos aprendido en el encuentro 'Ciencia y Medicina', Perspectiva de género

  • Carme Valls: "Las mujeres enfermamos de forma diferente a los hombres"
  • María Blasco: "Un jefe del CNIO me dijo que no me iba a hacer ni caso sólo por ser mujer"
  • Miriam Al Adib: "El 70% de las estudiantes de Medicina son mujeres pero sólo un 20 % son jefas"
  • Ya lo tienes en en la web rtve.es/ciencia, en las redes sociales y en el canal de Youtube de RTVE

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¿Por qué es necesaria la perspectiva de género en la ciencia y la medicina?

Con motivo del Día Internacional de la Mujer, desde el área de Bienestar e Igualdad de RTVE, se ha organizado un encuentro con tres grandes mujeres de ciencia: Carme Valls, médica española, especializada en endocrinología y medicina con perspectiva de género, María Blasco, bióloga molecular y científica, directora de Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) y Miriam Al Adib, ginecóloga y divulgadora.

Escuchándolas hemos aprendido diez cosas para recordar:

  • Las mujeres enfermamos de forma diferente a los hombres. En 1991 los investigadores se dieron cuenta que las investigaciones médicas con exclusividad de pacientes de varones no eran extrapolables a las mujeres aún cuando sufrieran la misma enfermedad. Se descubrió que en los hospitales se mandaba a casa sin operar a las mujeres cuando presentaban problemas coronarios. Sin embargo a los hombres se los operaba. El resultado: muchas mujeres morían por infarto en casa por este hecho.
  • A las científicas y médicas se les cuestiona más la credibilidad y autoridad que a sus colegas hombres. Las tres científicas reconocen que han sufrido machismo en el ejercicio de su profesión. "Un jefe me dijo que no me iba a hacer ni caso cuando llegué al CNIO", asegura María Blasco, bióloga molecular. "Mis pacientes se dirigen antes a un enfermero que a mí", dice Miriam Al Adib, ginecóloga. "¿Cuándo viene el médico?, me preguntaban los padres de los niños cuando empecé como pediatra?", añade Carme Vallas, médica.
  • A las mujeres se nos exige más que a los hombres para lo mismo. Las tres científicas coinciden en que tienes que demostrar más que un hombre a la hora de hacer una misma tarea, lo cual supone una discriminación profesional sólo por ser mujer. "Yo notaba que mis subordinados hombres me retaban para ver si podía reaccionar con autoridad", asegura María Blasco.
  • En Medicina el 70% de las estudiantes son mujeres pero sólo el 20% llega a ser jefa. La profesión médica se ha feminizado. Hay mayoría de mujeres entre los estudiantes de la carrera. Sin embargo el techo de cristal sigue existiendo porque sólo un 20% de mujeres ocupa puestos de responsabilidad.
  • Lo mejor es ignorar a quienes te desprecian. Esa es la táctica de María Blasco para no morir en el trabajo. Cuando su jefe la despreciaba y le dijo que no la iba a prestar atención sólo por ser mujer cuando llegó al CNIO, le llamó mucho la atención pero no se enfadó.
  • La jornada laboral flexible mejora la situación de la mujer en el trabajo. En el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas ya habían implantado el teletrabajo antes de la pandemia del coronavirus pero también han demostrado que contar con un horario flexible de entrada y salida en el trabajo funciona. La productividad no ha bajado, pero sí las peticiciones de reducción de jornada laboral, lo que significa que no se perjudica económicamente a quien quieran conciliar. Además no hay reuniones después de las cuatro de la tarde.
  • Tener buenos ejemplos en los que mirarse es muy importante. Las adolescentes se animan más a estudiar carreras científicas si ven a mujeres profesionales que han triunfado y ejercen como modelos para ellas. Por esa razón es necesario poner en contacto a través de conferencias, encuentros y charlas a ambas generaciones.
  • Muy pocas mujeres dirigen equipos en los laboratorios biomédicos. Sin embargo se da la paroja de que hay más mujeres que hombres en los laboratorios. El techo de cristal en la investigación sigue existiendo ya que muy pocas mujeres ocupan puestos de responsabiilidad.
  • Tratamos síntomas pero no vamos a la raíz del problema. "A las mujeres se nos mete en el saco de lo "psico". Y de lo "psico" al psiquiatrico solo hay un paso", afirma Miriam Al Adib. Hay enfermedades psicológicas que se podían tratar de forma no farmacológica, por ejemplo, un duelo por la muerte de un padre o madre. Al mismo tiempo hay enfermedades físicas que se diagnostican como enfermedades psicológicas erróneamente.
  • A las mujeres se les receta demasiados ansiolíticos sin necesidad. Las mujeres no se sienten escuchadas en las consultas médicas. Muchas veces cuando comunican sus problemas de dolor y cansancio, los médicos les recetan ansiolíticos porque atribuyen estos síntomas a enfermedades psicológicas. Según Carme Valls, se necesita una ciencia diferencial. Las mujeres presentan más dolencias crónicas (dolores menstruales, de cabeza y de espalda) que los hombres y la medicina, sobretodo la atención primaria, no está preparada para tratarlos.