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El fenómeno del polvo del Sáhara: se imanta porque tiene hierro, no es una conspiración

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Imagen de dos vídeos sobre el fenómeno del polvo del Sáhara con el sello bulo en rojo de VerificaRTVE
Captura de dos vídeos que muestran cómo el polvo del Sáhara se pega a un imán y relacionan ese hecho con las chemtrails

Se imanta y ha dado lugar a vídeos suspicaces que se comparten en redes abiertas y de mensajería, pero el fenómeno del polvo del Sáhara (esta semana se ha dado en Colombia, la pasada en España) no tiene nada de conspirativo. Sus partículas contienen metales, lo que provoca esa reacción.

El fenómeno del polvo en suspensión o calima procedente de África ha afectado las pasadas semanas a diversas provincias españolas (1, 2, 3, 4). La preocupación por sus efectos para la salud ha aumentado en el contexto de la COVID-19, pues el virus también perjudica a las vías respiratorias. Estos días hay otros países, como Colombia, también afectados por el fenómeno.

En este contexto, una noticia sobre la presencia de metales pesados como Cesio 137, cromo y níquel en ese polvo en suspensión se ha hecho popular en redes sociales (21.000 interacciones en Facebook) y en redes de mensajería, donde la hemos visto especialmente compartida por grupos conspiracionistas. Vinculan los hechos a los chemtrails o estelas químicas, una teoría que sostiene que aviones del Gobierno fumigan con sustancias tóxicas a la población. El argumento carece de base científica, como te hemos explicado en VerificaRTVE.

También dos vídeos que hemos encontrado en Twitter y Telegram generan dudas por cómo el polvo norteafricano se queda pegado a un imán, como puedes ver en la siguiente doble captura. “Por encima de toda España nos han echado un polvo que no sabemos lo que es”, se dice en el vídeo de la izquierda. “En el imán se pega la arena. Joder el Sáhara, se ve que está también el polvo lleno de metales pesados, ¿verdad?”, se plantea en la segunda grabación, donde llaman a la gente “borreguitos” y vinculan lo sucedido a los chemtrails.

Captura de un vídeo de Twitter y un vídeo de Telegram que muestran el polvo del Sáhara pegado a un imán

Captura de un vídeo de Twitter y un vídeo de Telegram que muestran el polvo del Sáhara pegado a un imán VerificaRTVE

Dos expertos geólogos han explicado a VerificaRTVE que el polvo sahariano se queda pegado a los imanes porque contiene metales, principalmente hierro. También han señalado que tiene proporciones mínimas de metales pesados tóxicos, por lo que descartan que esa presencia suponga un riesgo para la salud.

“El hierro del polvo que viene a Canarias representa en torno al 5%. Siempre es lo mismo. Puede llegar a un 6 o un 7%. Ese 5% (de hierro) es lo que hace que el polvo se quede atrapado en el imán. Son partículas dispersas y se atrapa todo”, asegura Inmaculada Menéndez, experta en polvo del Sáhara y profesora titular de la Universidad de las Palmas de Gran Canaria (ULPGC).

Menéndez afirma que esta calima contiene “minerales silicatados normales, de los que se pueden encontrar en cualquier sitio”, y metales pesados tóxicos “en muy poca proporción”. “El hierro es un metal pesado pero no es tóxico. No hay que asustar ni crear conclusiones paranoicas. El polvo sahariano llega a Canarias desde hace millones de años y no se conoce ningún caso de intoxicación por metales pesados por la calima”, asegura. “El sustrato de Canarias tiene muchos más metales pesados que el polvo sahariano”, apostilla.

El sustrato de Canarias tiene más cantidad de metales pesados

Sobre la presencia del isótopo radiactivo Cesio 137 y de los metales pesados cromo y níquel, descrita en la noticia que se está compartiendo, esta investigadora de Geología Aplicada dice que el Cesio se ha detectado en el polvo norteafricano en proporciones “mínimas”. “Cromo y níquel en el sustrato de Canarias hay más. En cuanto al Cesio 137, es el de las explosiones nucleares y eso lleva en la atmósfera desde los años 60”, afirma.

La investigadora nos explica que el Cesio 137 presente en la atmósfera se precipita con la lluvia: “Cuando más llueve, más Cesio cae. En el Sáhara se hicieron ensayos nucleares pero en principio es muy poco lo que puede llegar”. Además, hace hincapié en que “no hay peligro para la salud por los metales que lleve la calima” del Sáhara y descarta cualquier conexión con las chemtrails. “La calima es perjudicial porque es polvo particulado que se mete en los pulmones y el tamaño de partícula es muy fino, pero es por el tamaño de partícula, no por la composición que tenga ni por los metales”, concluye.

Jorge Pey, experto geólogo e investigador ARAID en el Instituto Pirenaico de Ecología del CSIC, subraya en conversación con VerificaRTVE que “el polvo del Sáhara no es más peligroso que otras fuentes de contaminación”. “Es menos letal que las partículas asociadas al tráfico rodado, por ejemplo”, afirma, antes de precisar que los metales pesados que contiene la calima se presentan en cantidades “pequeñas, salvo excepciones”.

“Debería asustarnos más la contaminación que producimos nosotros”

“El polvo del Sáhara es frecuente en la atmósfera de nuestro país. Es un fenómeno que se registra hasta el 30% de los días del año en zonas del sur de la península, incluso más en Canarias. Estamos relativamente acostumbrados y no debería asustarnos más que otras fuentes de contaminación. De hecho, debería asustarnos más la contaminación que producimos nosotros”, argumenta. También señala que el Cesio 137 procede de los ensayos nucleares realizados por Francia en el Sáhara argelino en 1960 y 1961.

“Dependiendo de donde venga el polvo, este isótopo radiactivo se detecta. De no tener nada a detectarse cambia mucho la cosa mediáticamente. Otra cosa son las concentraciones en las que se detecta, que son irrisorias. No obstante, este hecho pone de manifiesto que tenemos que controlar muy bien lo que hacemos como sociedad porque seguramente nunca pensaron nuestros vecinos del norte que la atmósfera les devolvería parte de lo que hicieron en el Sáhara”, afirma.

El polvo del Sáhara se adhiere a los imanes porque tiene un 5% de hierro y, además, metales pesados y Cesio 137 en proporciones mínimas o “irrisorias”, por lo que los expertos descartan que esto suponga un riesgo para la salud. La presencia de esos componentes no demuestra la existencia de las chemtrails: las partículas están en el polvo de forma natural debido a los ciclos atmosféricos.