Al menos tres muertos por la represión policial durante una protesta en Birmania
- Las muertes se han producido en Mandalay, en una nueva jornada de protestas masivas en el país
- Según medios locales, la policía usó fuego real para disolver la manifestación
Al menos tres personas murieron este sábado por la represión de las fuerzas de seguridad durante una protesta contra la junta militar en Mandalay, la segunda ciudad de Birmania, según han informado medios locales.
Según el portal del canal de televisión DVB, las fuerzas de seguridad disolvieron la protesta de Mandalay utilizando fuego real y, además de causar tres muertes, hirieron a al menos 15 personas, incluidos monjes budistas que participaron en la manifestación.
"Estamos perdiendo más vidas hoy. Ataques sin sentido y desalmados de los militares que tratan de disminuir el poder del pueblo. El mundo está asistiendo al ataque ilegítimo del gobierno de la junta contra sus propios ciudadanos. Debe haber una acción internacional", reclamó en Twitter la Red para la Documentación de los Derechos Humanos en Birmania tras la violencia de este sábado.
Réplicas de las protestas masivas
Las tres muertes se producen en una nueva jornada de protestas masivas por todo el país contra el golpe de Estado militar del pasado 1 de febrero y tras una noche trágica en Rangún, la ciudad más poblada, con al menos dos fallecidos durante una manifestación.
Tras los altercados nocturnos, el movimiento de desobediencia civil contra la junta militar había hecho este sábado un llamamiento en las redes sociales para replicar las protestas multitudinarias en las principales ciudades del país.
La jornada tiene un valor simbólico para el movimiento al coincidir con el aniversario de la muerte de un estudiante en 1988 a manos de los militares, lo que provocó una oleada de protestas que fueron reprimidas a sangre y fuego por los militares, con más de 3.000 muertos.
La junta militar, que han causado más de 70 muertos en las manifestaciones pacíficas debido principalmente a los disparos de la policía y los soldados, también ha acosado a los periodistas y medios que cubren las manifestaciones.
Según la Asociación para la Asistencia de Presos Políticos (AAPP) en Birmania, cerca de unos 40 periodistas han sido detenidos desde el golpe de Estado del pasado 1 de febrero entre un total de 2.045 arrestados, de los que 1.726 continúan bajo custodia.
Los uniformados justifican el golpe por un supuesto fraude electoral en los comicios del pasado noviembre, en los que arrasó el partido de la depuesta líder Aung San Suu Kyi y que fueron calificados de legítimos por los observadores internacionales.