El efecto de la pandemia en las listas de espera: más tiempo para ser operado y retraso en los diagnósticos
- Al cierre de 2020, había en España al menos 650.000 personas a la espera de una operación, un 9 % menos
- La reducción de los pacientes en las listas de espera se debe al retraso en los diagnósticos
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La pandemia de la COVID-19 golpeó como un tsunami el sistema sanitario hace justo un año. Durante la primera ola -cuando los sanitarios no tenían ni mascarillas para protegerse frente al nuevo virus- se suspendió toda actividad quirúrgica no urgente. Un año después -y tras una tercera ola que también ha obligado a aplazar intervenciones- las listas de espera no se han recuperado.
La demora media para ser operado ha aumentado en todas las comunidades -entre un mes y dos meses adicionales en muchas de ellas- y, aunque al cierre de 2020 había menos pacientes en lista de espera quirúrgica que un año antes, esta disminución no se debe a una mejora de la atención sino al retraso en el diagnóstico, según todas las fuentes consultadas. Las citas con el especialista y las pruebas diagnósticas no han recuperado aún el ritmo anterior a la pandemia y, sin ellas, la entrada de pacientes en la lista quirúrgica es más lenta.
A 31 de diciembre de 2020, en España había al menos 650.000 personas pendientes de ser operadas, alrededor de un 9 % menos que un año antes, según las cifras recopiladas en las últimas semanas por Datos-RTVE de las distintas comunidades autónomas. Este dato, en cualquier caso, no incluye los pacientes de Asturias y País Vasco porque las administraciones responsables no los han facilitado. El Principado decidió no publicar los datos por el efecto de la pandemia. El último que hizo público fue el de agosto, cuando tenía en espera a 19.288 pacientes. En el caso del País Vasco, había 17.185 personas en su lista a 30 de junio de 2020, último dato facilitado por el Ministerio de Sanidad. [Consultar más detalles en la metodología].
Los descensos más acusados en el número de pacientes en las listas de espera de las autonomías se han producido en Cataluña (-20,3%), que ha pasado de estar pendiente de operar a 173.694 personas a 31 de diciembre de 2019 a tan solo 138.398 un año después, y en Andalucía (-16%) al pasar de 163.672 pacientes a 137.370 al cierre de 2020. Melilla, por su parte, ha visto reducida su lista de espera a la mitad. Algunas comunidades, en cambio, han acusado el efecto más lógico de un año de parón con el incremento de los usuarios a los que operar después de doce meses de pandemia. Es el caso de Extremadura (9,2 %), Castilla-La Mancha (8,9 %) o Cantabria (7,8 %).
En términos relativos, las tasas más altas en lista de espera quirúrgica son las de Extremadura (23,19 pacientes por cada 1.000 habitantes), Aragón (20,83), Cantabria (19,56) y Castilla-La Mancha (19,05). Cataluña y Andalucía, que en términos absolutos son las que más lista de espera tienen, se sitúan en quinta y sexta posición con 17,79 y 16,23, respectivamente. La Comunidad de Madrid, por su parte, tiene una tasa de 11,13.
"Estamos viviendo una situación en la que se alargan los tiempos y disminuye la lista, pero el problema clave es que no han entrado pacientes al ritmo que deberían haber entrado. Hay hospitales donde se ha reducido el número de gastroscopias en un 16 % y el de colonoscopias, en un 35 %. En Andalucía el número de pruebas diagnósticas solicitadas ha bajado un 20 %", señala Salvador Morales Conde, presidente de la Asociación Española de Cirujanos, que se muestra muy preocupado por "la disminución de los diagnósticos".
En este sentido, Morales Conde señala que las cifras absolutas de pacientes pendientes oficialmente de una operación no son el "reflejo de la realidad" y aboga por hablar mejor de "calidad, de tiempo de demora y del retraso en la inclusión en la lista de espera porque no se diagnostica".
Hasta dos meses más que antes para ser operado
Lo que ha aumentado en todas las comunidades autónomas es el tiempo de demora medio para ser intervenido. En Andalucía se ha pasado de 159 a 190 días; en Cataluña de 155 a 190; en Extremadura de 125 a 175; y en Castilla y León de 94 a 152.
Al margen de Asturias, en el caso de la demora media no han facilitado el dato global ni Aragón ni Castilla-La Mancha, que a 30 de junio de 2020 tenía la espera más alta (269 días, según el Ministerio de Sanidad). Por su parte, el Principado cerró el primer semestre del año pasado en 52 días y Aragón, en 171.
El secretario general de la Federación de Sanidad y Sectores Sociosanitarios de CC.OO, Antonio Cabrera, señala que la "única explicación" a que, por un lado, esté bajando el número de personas en lista de espera y, por otro, aumentando la demora media es que "no están siendo diagnosticadas" y las que sí que lo están tienen que esperar más tiempo porque en el último año "no ha habido intervenciones quirúrgicas al ritmo que se venían haciendo" antes de la pandemia. Unos retrasos que, en su opinión, tendrán un alto coste para la salud de los ciudadanos y también para el sistema sanitario porque los pacientes llegarán con patologías más agravadas.
Retraso en los diagnósticos por el "atasco" de Primaria
El coste puede ser especialmente alto para los pacientes oncológicos. "Estimamos que uno de cada cinco tumores no se ha diagnosticado o se ha diagnosticado tarde", señala Esther Díaz, desde la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC). El problema, añade, no ha sido tanto para los pacientes que ya estaban siendo atendidos antes de que estallara la pandemia, "que se han visto afectados, pero en menor medida gracias a un esfuerzo muy grande de los profesionales sanitarios", como de los que aún no tenían un diagnóstico.
“Estimamos que uno de cada cinco tumores no se ha diagnosticado o se ha diagnosticado tarde (...) Es muy difícil valorar una sospecha de diagnóstico en una llamada telefónica“
Díaz cree que hay que hablar de varios factores: el miedo de la gente a acudir al médico, sobre todo en lo más crudo de la primera ola; la suspensión de los programas de cribado en los primeros momentos; y el "atasco brutal" en Atención Primaria, la puerta de entrada al sistema. "Es muy difícil valorar una sospecha de diagnóstico en una llamada telefónica", señala esta portavoz del AECC en alusión a la sustitución de las consultas presenciales por las telefónicas en los últimos meses.
Las propias autoridades sanitarias reconocen que esta circunstancia ha hecho más difícil acceder a la primera consulta del especialista, que es el que en última instancia decide si un paciente necesita una intervención quirúrgica después de realizar las pruebas necesarias. "Lógicamente, nadie entra en una lista de espera con una consulta telefónica, sino que tiene que ser presencial", explicaba en rueda de prensa el pasado 17 de febrero el director del Servicio Canario de Salud, Conrado Domínguez, respecto a la bajada de la lista de espera para el especialista.
Y es que el número de pacientes en lista de espera para la primera consulta también ha descendido tras un año de pandemia. A 31 de diciembre de 2020, había al menos 1,8 millones de personas pendientes de acudir al especialista, un 30 % menos que doce meses antes, en las 14 comunidades autónomas que tienen este dato disponible. En este caso, faltan los números absolutos de Asturias, País Vasco y Aragón. Las tasas más altas por 1.000 habitantes son las de Andalucía (71,58), Castilla y León (69,18) y Navarra (68,30).
De las 12 comunidades que han facilitado a Datos RTVE las demoras medias en las consultas externas, los mayores aumentos se han registrado en Cataluña, al pasar de 101 días a 152, y en Castilla y León, al subir de 66 días a 113. Andalucía, aunque ha bajado de 131 a 112, es la tercera autonomía con más espera de la docena analizada.
La directora del área asistencial de CatSalut, Xènia Acebes, explica a RTVE.es que, efectivamente, el descenso de personas en lista de espera para ser operadas está directamente relacionado con el menor número de consultas y pruebas diagnósticas: "La demanda de pruebas diagnósticas cayó en el mes de abril. Están subiendo pero aún no se han recuperado los niveles prepandemia".
Según los datos facilitados por Acebes, en el último trimestre de 2020 la demanda de pruebas diagnósticas en Cataluña era del 83 % respecto a las que se pidieron en el mismo periodo de 2019. En el segundo trimestre, coincidiendo con el confinamiento estricto, solo se solicitaron un 47 % de las del año anterior. Las pruebas diagnósticas realizadas también han pasado del 50 % en el segundo trimestre al 86 % en los tres últimos meses de 2020.
La responsable de las listas de espera en Cataluña, no obstante, subraya que más allá de los datos globales que se remiten al Ministerio de Sanidad sobre listas de espera importa mirar determinados procedimientos, como los oncológicos. Al respecto, subraya que al cierre del año el 98 % de los pacientes que quedaban por operar estaban dentro de los plazos de garantía frente al 62 % de abril.
Muchas comunidades, como Cataluña, han aprobado ya planes de choque para intentar revertir en los próximos años la situación de las listas de espera. Desde CC.OO., Antonio Cabrera, insiste en que no solo hay que incentivar económicamente a los profesionales sino solventar el déficit estructural de personal que existe en España. Según los cálculos de este sindicato harían falta 62.054 profesionales más (actualmente hay unos 530.000) para revertir la situación.
Desde la Asociación Española de Cirujanos, Salvador Morales Conde, hace un llamamiento urgente para reforzar la Atención Primaria y potenciar las pruebas diagnósticas.
Metodología
Para la elaboración de esa información se han recabado los datos de las listas de espera quirúrgica y de consultas externas por comunidades autonomas a 31 de diciembre de 2019 y a 31 de diciembre de 2020 -tanto el número absoluto de pacientes como la demora media- durante las últimas semanas. Las tasas por 1.000 habitantes se han calculado con los datos de población del Instituto Nacional de Estadística.
Los datos corresponden a la llamada de lista de espera quirúrgica estructural. En ellos se incluye a los pacientes que, en un momento dado, se encuentran en situación de ser intervenidos quirúrgicamente y cuya espera es atribuible a la organización y recursos disponibles, según estableció el Real Decreto 605/2003.
En estos datos no se incluyen los pacientes en espera tras rechazar ser intervenidos en otro centro -en este caso suelen ser derivaciones a la sanidad privada- ni los pacientes transitoriamente no programables: a) por motivos clínicos que contraindican o no aconsejan temporalmente la intervención o b) porque han pedido la solicitud de aplazamiento de la operación por motivos personales/laborales.
El tiempo de demora media se facilitan con decimales. Datos-RTVE los ha redondeado, de manera que se traten como días enteros. De esta forma, si la demora media exacta de la lista de espera quirúrgica de Madrid a 31 de diciembre de 2020 era de 79,94 se ha redondeado a 80 días. Del mismo modo, si la demora en las Islas Baleares a esa misma fecha era 135,31 días se ha redondeado a 135.
No todas las comunidades autónomas han facilitado los datos solicitados a RTVE.es. Asturias ha sido la única comunidad que no ha facilitado ninguna cifra alegando que ha dejado de hacerlas públicas por la pandemia. Tras la primera ola, solo colgó en su página web los informes de julio y agosto. Otras comunidades, como Castilla-La Mancha o Aragón no han facilitado todos los datos requeridos. País Vasco, por ejemplo, ha hecho públicas las demoras medias de sus listas de espera pero no el cómputo global de pacientes.