Pobreza menstrual: cuando las mujeres tienen que elegir entre la alimentación y la higiene
- Dos de cada diez mujeres en España no tienen acceso a compresas y tampones
- La Universidad de Vigo democratiza la menstruación regalando productos básicos
¿Menstruas? Si es así, la estimación de los expertos es que te gastes entre 6.000 y 10.000 euros en compresas o tampones a lo largo de tu vida. Es el cálculo que ha transmitido Águeda Gómez, directora de la Unidad de Igualdad de la Universidad de Vigo, a 'La Hora de la 1'. El acceso a estos productos esenciales no está al alcance de todas. Menos tras una pandemia que no solo ha puesto en jaque el mundo como lo conocíamos hasta ahora, si no que ha acrecentado las desigualdades. En España, dos de cada diez mujeres están bajo el umbral de la pobreza. Lo que implica que un 20% no pueden tener acceso a una higiene correcta. Una cifra que aumenta al 28% en 2019 en la edad de mayor fertilidad según el Instituto Nacional de Estadística.
Pero la pobreza menstrual va más allá de tener acceso a estos productos de higiene íntima, también es la falta de disponibilidad de agua potable, jabón y otros elementos necesarios para cuidar la higiene y, por tanto, la salud. Según Unicef, solo el 40% de la población tiene a su disposición lavabos saneados. Un dato que contrasta con las cifras de Plan Internacional que calculan que, un día cualquiera, 800 millones de mujeres y niñas menstrúan.
La situación es más extrema en los países más pobres, claro, pero en Europa, una de cada cuatro mujeres también tiene que tomar esa decisión dicotómica según un estudio de la marca de copas menstruales Intimina. Para Ana Enriche, portavoz de Period, una organización sin ánimo de lucro que lucha para acabar con la pobreza y el estigma, se trata de una pobreza derivada de la económica en la que “hay quienes no pueden gastarse lo que no tienen, recurriendo a métodos para gestionar su menstruación impensables en nuestra sociedad, como cartones, periódicos o telas”.
Un negocio millonario
Un envase de compresas de absorción normal de entre 20 y 64 unidades puede alcanzar hasta los 5,38 euros según el último estudio de FACUA sobre estos productos. Y el precio puede llegar a variar hasta un 400% en función de la marca y el supermercado donde se comercialice. Fuera de la investigación, las copas menstruales que prometen rebajar la factura al ser un recipiente reutilizable y que, a pesar de su larga historia, la ciencia avaló recientemente en un estudio de la prestigiosa publicación médica The Lancet Public Health.
Aunque en España todavía no hay estudios oficiales que recojan los datos de pobreza menstrual, quienes trabajan de cerca con los colectivos más vulnerables sí remiten esa dificultad en el acceso. Es el caso de las despensas solidarias que han continuado el trabajo que estaban haciendo en los barrios con menos recursos o las que se han creado a raíz de la emergencia social por la crisis sanitaria del Covid. Aunque empezaron con el tema alimentario pronto se dieron cuenta "de la demanda que había en los repartos a personas en situaciones de vulnerabilidad y dedimos incorporarlo", cuenta Somos Tribu Vallecas, una red vecinal premiada desde el Parlamente Europeo, a RTVE.es. Este es un extremo que confirman desde la Plataforma La CuBa, donde también "se habló mucho de ese tema en la pandemia" ya que se entregaban artículos de higiene y "para algunas familias era un tema tabú".
"Las mujeres no suelen pedirlo, la mayoría de ellas por vergüenza. Y la higiene femenina es muy cara, sobre todo cuando no tienes dinero para comer", apuntan desde Somos Tribu Mujeres, un grupo creado para atender las especificidades de cada mujer. Aseguran que "no todas menstrúan igual ni necesitan lo mismo" y se daban casos en el reparto, por ejemplo, en el que "a las mujeres latinas se les daban tampones y ellas no los usan". Su apuesta será, añaden, por la copa menstrual sobre la que darán talleres informativos: "Vamos a hacer lo posible para que cada vez más mujeres se decanten por ella ya que es barata, ecológica y, sobre todo, higiénica".
Los gobiernos contra la pobreza menstrual
Escocia y Nueva Zelanda son dos de los pocos ejemplos que hay a nivel mundial de preocupación institucional por esta problemática. Hace un año que el parlamento escocés aprobó un proyecto de ley para ofrecer de forma gratuita productos de higiene como compresas y tampones a las mujeres. Lo hizo en la primera discusión y de forma casi unánime convirtiéndose en el primer país del mundo en establecer mediante una ley la gratuidad. Los artículos se ofrecen desde entonces (sin ningún coste) en centros comunitarios, farmacias y centros educativos.
En España el debate está en una fase menor. El nuestro es uno de los catorce países europeos que tienen el mismo IVA para las compresas y tampones que para el tabaco o el vino. Son un producto bajo el tipo general en el que también se encuentran productos de lujo como los referidos. Aunque el gobierno anunció su pretensión de grabarlos con el impuesto superreducido en los pasados Presupuestos, la medida sigue siendo una asignatura pendiente. No lo es desde 2004 en Kenia, por ejemplo, que fue el primer país en quitar la “tasa tampón” o en Reino Unido, Austria o Canadá.
Con los cambios legislativos que no llegan son muchas las iniciativas sociales que buscan esquivar esta penalización económica para las mujeres. La Universidad de Vigo, en Pontevedra, es la primera universidad de España en repartir compresas y tampones de forma gratuita para sus estudiantes y trabajadoras, una medida pionera en España. La socióloga Águeda Gómez, al frente de esta iniciativa, ha contado a ‘La Hora de La 1’ que en su vertiente material este proyecto pretende “apoyar a la crisis que estamos sufriendo a raíz de la pandemia y que afecta en mayor medida a las mujeres”. Tiene también, dice desde la Facultad de Ciencias de la Educación de Ourense, una dimensión de carácter simbólico que pretende “hacer una universidad más justa, más igualitaria y también más humana reconociendo una necesidad específica de las mujeres que son la mitad del personal de la universidad”.
El tabú de la menstruación
Además de luchar contra la pobreza menstrual, las alumnas que se han incorporado a este proyecto de la Universidad de Vigo quieren acabar con la estigmatización de menstruación. Casi un tercio de la población actual está en edad reproductiva y, sin embargo, aseguran, “la menstruación sigue siendo un tabú”. “Queremos visibilizarlo desde un punto positivo. A través del arte, del trabajo de otras mujeres que son activistas menstruales o de historias propias”, han añadido a TVE. En definitiva, poner en el punto de mira la menstruación porque “hay mucha negatividad y mucho oculto. Todas sangramos y no pasa nada, es natural”.
Para Gómez, elegir este tema para realizar la acción en el centro educativo es elegir "un emblema de una generación de jóvenes que escogen el cuerpo como auténtico símbolo político feminista, y el sangrado como grito contra la misoginia que anida aún en nuestra cultura".
Un cuestionamiento que también se hizo hace años la artista gráfica Moderna de Pueblo que, de puño y letra, revoluciona las redes con sus viñetas informativas que tienen miles de comentarios. Muchos de los cuales dejan ver que todavía queda camino por andar.
“Todas estas cuestiones, incluido el estigma de la menstruación, están siendo puestas en cuestión por el mercado, los Estados y los activismos feministas”, escriben en el último Atlas de las Mujeres en el Mundo escrito por 25 especialistas entre las que se incluyen demógrafas, economistas, sociólogas o antropológas que añaden que “La menstruación a lo largo del tiempo ha sido significada como una experiencia personal, íntima, privada. Un secreto asqueroso y vergonzante. Una "cosa de mujeres" que, sin embargo, “es profundamente social, cultural, económica y política”.