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Ciudadanos se resquebraja antes del 4M: fugas, pérdida de poder y crisis de liderazgo

  • Edmundo Bal será finalmente el candidato el 4M, en las que el partido se juega su supervivencia política
  • Cs ha perdido el Gobierno en Madrid y Murcia mientras surgen críticas internas por la estrategia y se suceden las dimisiones

Por
Inés Arrimadas
Inés Arrimadas, tras la última Ejecutiva del partido el pasado lunes.

Ciudadanos no vivía sus mejores momentos cuando presentó hace poco más de una semana una moción de censura con el PSOE en Murcia, pero lo acontecido desde entonces ha dejado muy tocada a una formación que afronta las elecciones del 4M en Madrid, para la que faltan menos de dos meses, como una cuestión de supervivencia política. El difícil reto electoral lo afrontará finalmente -si así lo confirman las primarias del partido- el portavoz adjunto de Cs en el Congreso, Edmundo Bal.

El goteo constante de bajas de dirigentes de Cs, la sombra del transfuguismo hacia el PP, la crisis de liderazgo y la pérdida de dos gobiernos autonómicos -Madrid y Murcia- en poco más de una semana hacen que parezca una eternidad cuando, hace menos de dos años, en las elecciones generales del 28 de abril de 2019, Ciudadanos se alzaba como tercer partido político en España, con 57 diputados y aspiraciones reales de gobernar.

La baja este mismo jueves de dos senadores del partido -Ruth Goñi y Emilio Argüeso- y su marcha al Grupo Mixto dejará en junio a Ciudadanos sin grupo propio en el Senado. El partido que dirige Inés Arrimadas se queda únicamente con cuatro asientos en la Cámara Alta, a dos de los necesarios para tener entidad propia.

Mientras, en el Congreso su posición también se debilita tras la salida este miércoles del diputado Pablo Cambronero del grupo parlamentario de Ciudadanos para irse al Grupo Mixto. Cs pierde así un diputado y se queda en nueve. Podía haber sido peor tras la baja este jueves de la diputada de Cs por Alicante Marta Martín, pero ésta sí ha renunciado a su escaño, que pasará a Juan Ignacio López-Bas. Y el mismo día, en la Asamblea de Madrid, se ha dado de baja de Cs Enrique Martínez Cantero, quien ha dicho que por "dignidad personal y responsabilidad" no puede continuar en Ciudadanos: "No comparto ni defiendo el rumbo que ha tomado la dirección".

La marcha de los últimos dirigentes, al igual que las del ya exportavoz de Ciudadanos en las Cortes Valencianas, Toni Cantó, y el exsecretario de Organización del partido Francisco Hervías -quien ha fichado por el PP- ha puesto sobre la mesa un malestar que lleva rondando cierto tiempo en un sector de la formación, reacio a que Ciudadanos se avenga a pactar con el “sanchismo”.

También el expresidente de la Comunidad de Madrid y consejero de Transportes en el Gobierno de coalición Ángel Garrido ha anunciado este viernes que dejará Ciudadanos y la política activa tras las elecciones del 4 de mayo.

La última en anunciar su salida, hasta el momento, ha sido la procuradora de Cs por Salamanca María Montero, quien este viernes ha dejado el grupo parlamentario y se ha pasado al grupo mixto por la "falta de liderazgo" y de "regeneración", a tres días que el parlamento de Castilla y León debata la moción de censura planteada por el PSOE contra el Gobierno autonómico.

Cs insta a irse a quienes no crean que son el centro político

Ante las últimas fugas, Arrimadas reunió a su grupo parlamentario este jueves en el Congreso de los Diputados. "Inés nos ha dicho: 'mirad, chicos, esto es el centro, poder pactar a los dos lados'. Y ha dejado claro que los diez -diputados electos el 10N- nos presentamos con este programa político". Ese es el resumen del encuentro en palabras del portavoz parlamentario de Cs, Edmundo Bal, al ser preguntado por los medios sobre la crisis que vive el partido.

Somos coherentes, el puente entre el PP y el PSOE

“Nosotros no hemos mentido a nadie, hemos sido coherentes. Somos el puente entre el PP y el PSOE”, ha sentenciado Bal. Ha respondido así a críticas extendidas entre quienes han abandonado el partido. Goñi y Argüeso han acusado a la cúpula de haberse “abrazado al sanchismo”, un argumento similar emplearon los tres diputados de Ciudadanos que pactaron con el PP para tumbar la moción de censura que había presentado su propio grupo en Murcia: “No me eligieron para entregar el Gobierno a Sánchez”.

Bal no ha parado de repetir que Ciudadanos es el “centro moderado” y ha instado a quien no lo crea así a abandonar la formación: “Quien no se crea esto, no está en el partido correcto. Que se vaya cuanto antes, que quienes nos vamos a quedar aquí, nos lo creemos”.

Crisis de liderazgo y dudas sobre la estrategia

Pero aunque Bal ha hecho gala de “coherencia” en el partido, lo cierto es que sí ha habido importantes cambios estratégicos en los últimos dos años. El ‘no es no’ de Albert Rivera cuando estaba al frente de Cs a Pedro Sánchez aupó a la formación hasta los 57 escaños el 28A. En las autonómicas y municipales de 2019 que vinieron justo después mantuvo la estrategia y Cs pudo gobernar con el PP en cuatro comunidades -Madrid, Andalucía, Murcia y Castilla y León-. Pero las encuestas dejaron de mostrarse favorables ante la repetición electoral de las generales y Rivera cambió de estrategia pocos días antes de los comicios del 10N, abriéndose a pactar con el PSOE. El resultado de aquellas elecciones fue demoledor para Cs: perdió 47 diputados y Rivera dimitió.

Ahora, Inés Arrimadas lleva dos años con al frente de Ciudadanos con una tarea muy complicada de equilibrismo: mostrarse como un partido de centro capaz de pactar a ambos lados -de esta forma entró por primera vez en el Congreso en 2015- y, a la vez, seguir gobernando con el PP a nivel autonómico gracias al apoyo externo de Vox. Un apoyo, el de la formación de Santiago Abascal, que siempre resultó incómodo para Ciudadanos, reacio a ceder a algunas exigencias de Vox como las de retirar ayudas a la protección de víctimas de violencia de género o el del llamado ‘pin parental’.

En paralelo, en el Congreso Arrimadas ha ido acercándose al Gobierno de coalición PSOE-Unidas Podemos en negociaciones clave como los Presupuestos Generales del Estado. Ciudadanos dio su apoyo a algunos decretos como los del estado de alarma o de nueva normalidad y Arrimadas enterró definitivamente el ‘no es no’ de Rivera a Sánchez. También marcó distancias progresivamente con el PP y su línea de oposición dura al Ejecutivo para hacer gala de una “política útil”.

Pero esa dicotomía entre gobernar con el PP y acercarse al PSOE no ha convencido a un sector crítico dentro de Ciudadanos, que terminó de explotar después de la moción de censura que presentó Cs en Murcia el pasado 10 de marzo en el que fue el epicentro de un verdadero terremoto político que ha dado la vuelta a todos los escenarios.

La consecuencia es ya conocida: la moción ha fracasado este jueves en Murcia con el voto en contra de los tres diputados rebeldes de Ciudadanos y el partido se ha quedado fuera del Ejecutivo regional. Cs también ha sido expulsado del Gobierno de Isabel Díaz Ayuso en Madrid y ha pasado de gobernar en cuatro autonomías a quedarse con dos: Andalucía y Castilla y León. Y Ciudadanos ha roto definitivamente con el partido de Pablo Casado, salvo en lo que respecta a los dos gobiernos que mantienen juntos.

Muy cuestionada por algunos críticos, Arrimadas remodeló el pasado lunes la cúpula del partido en la reunión de la Ejecutiva que había convocado de urgencia. Incluyó a dirigentes afines a ella, como la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, y el vicepresidente de la Junta de Andalucía, Juan Marín. Renunciaron a sus funciones, sin embargo, dos vicesecretarios del partido: Jose María Espejo-Saavedra y Carlos Cuadrado. Cantó dimitió en medio de aquella Ejecutiva y comenzaron las fugas en Ciudadanos que llegan hasta día de hoy.

Temor a una nueva debacle electoral el 4M y recelo del PP

Aparte de la crisis interna, Arrimadas debe hacer frente a unas nuevas elecciones el 4M en Madrid con perspectivas nada favorables. En el tiempo que lleva al frente del partido, no ha hecho más que sumar derrotas en cada cita electoral. La última fue en Cataluña el 14F, que supuso para Cs una pérdida de 30 de los 36 escaños que obtuvo en 2017, cuando la propia Arrimadas ganó las elecciones. El pasado verano, en las autonómicas gallegas y vascas, Ciudadanos no logró ninguna representación en Galicia y solo entró en el Parlamento vasco de la mano del Partido Popular con la coalición PP+Cs, que obtuvo seis escaños -tres menos que el PP en solitario en 2016-.

En el horizonte está cómo puede afectar la sombra del PP y sus posibles fichajes en Ciudadanos a la campaña electoral y al resultado del 4M. Sobre todo, cuando los ‘populares’ no paran de mostrar sus puertas abiertas a los dirigentes de este partido. Ciudadanos acusa al PP y, sobre todo, a su secretario general, Teodoro García Egea, de orquestar una “campaña” para “destruir” a Ciudadanos y de “comprar” dirigentes naranjas como en Murcia, donde el presidente, Fernando López Miras, ha situado a los tres diputados de Ciudadanos que le han apoyado contra la moción de censura en el Ejecutivo autonómico.

El papel del exvicepresidente de la Comunidad de Madrid Ignacio Aguado al frente de Cs en la región y su posible candidatura a las elecciones madrileñas habían sido duramente cuestionados los últimos días entre dirigentes de Ciudadanos. El propio Toni Cantó había pedido ir en coalición con el PP: "No podemos ir con Ignacio Aguado". Incluso este miércoles se hablaba de una posible operación de dirigentes de Cs para que Malena Contestí, fichada por Ciudadanos tras abandonar Vox en 2019, fuese la sustituta de Aguado como candidata. Ella misma ha reconocido a Efe que desde hace “un par de días” y “de forma inesperada” ha recibido "bastantes llamadas de integrantes de Ciudadanos y de personas de la cúpula" para animarle a presentarse por Madrid.

Finalmente y pese a que recientemente había expresado su intención de ser candidato y había dicho tener el apoyo de Arrimadas, Aguado ha decidido dar "un paso al lado" a favor de Edmundo Bal, que deberá ser ratificado en las primarias que el partido celebrará este domingo o a principios de la próxima semana. Hasta ahora, solo un militante de Las Rozas, Juan Carlos Bermejo, había manifestado públicamente su intención de presentarse a las mismas.