La conversación pendiente de Awa y Babacar: una madre y un hijo separados por una patera
- "No sabía que mi hijo de 14 años estaba en un barco para marcharse a Europa", relata Awa
- Babacar actualmente vive en Barcelona, tiene 29 años y es auxiliar de enfermería
Cruzar el Mediterráneo es siempre una travesía a cara o cruz en la que lo que te juegas es la vida. Por eso, muchos de los jóvenes que deciden embarcarse en busca de una oportunidad en Europa no se lo cuentan a sus padres. Prefieren ahorrarles la angustia de la incertidumbre aunque eso suponga privarles de la despedida.
Desde Senegal, Awa Diagne cuenta a RTVE.es cómo descubrió que su hijo se había marchado, quizás, para no volver. “Yo no sabía que mi hijo estaba en un barco para marcharse a Europa. Tres días después supe que se había ido. Cuando pasaron cinco días me llamó por teléfono, me dijo que había llegado bien. Pero fueron días terribles y estuve muy enferma pensando en él”.
Babacar tenía entonces tan solo 14 años y muchos sueños por cumplir. “Era la edad para educarle en el buen camino y este proceso se interrumpió con el viaje", relata. "Me preocupaba por todo, si comía y dormía. Cuando llegó, en el centro de menores le llamaba cada semana por teléfono y esto me calmaba. Me decía que estaba bien y que no tenía que preocuparme. Me daba miedo que hubiese cogido un mal camino, pero ahora estoy muy orgullosa de él”, afirma, aunque 15 años después aún recuerda su preocupación y las pesadillas de aquellos días.
Su hijo, Babacar Diop, contó con la complicidad de su padre, pero lo escondió la verdad a su madre para evitarle sufrimiento y preocupación. “Sabía que si ella se enteraba de que me iba a montar en una patera. Era su primer hijo. Me amaba y la amaba”, justifica.
Al hablar del viaje le viene en mente lo duro que fue. “Se pasa mucho miedo, estás en la nada y en un cayuco. Es vivir o morir”, explica el joven, que llegó a las Islas Canarias siendo menor.
Estuvo viviendo en un centro de acogida para Menores Extranjeros No Acompañados hasta cumplir la mayoría de edad. En el centro aprendió el idioma y pudo formarse. Una vez fuera estuvo "trabajando en todo", explica, hasta sacarse el grado medio de auxiliar de enfermería.
Babacarar actualmente vive en Barcelona, tiene 29 años y estudia Administración y Finanzas. Además, puede ayudar a su familia. “Mi vida en España es de agradecer, me han dado toda la libertad para elegir mi camino”. La suya es una historia de éxito y la dulce voz de su madre, desde la distancia, asegura: “Nunca ha dejado de estar conmigo”.
En los últimos meses se han intensificado la llegada de pateras a las Islas Canarias que se enfrentan a su mayor crisis migratoria desde el año 2006. En lo que va de año se calcula, que por esta ruta, una veintena de personas han perdido la vida. Cada vez son más las mujeres y menores los que cruzan el charco para intentar llegar a Europa.