Si gastas un tercio de tu sueldo en alquiler en Madrid, vivirás en 23 metros cuadrados
- Para la ONU una vivienda adecuada es más que un techo y unas paredes
- La vivienda precaria afecta a nivel social y psicológico
- La temporalidad laboral se ha cronificado para los jóvenes, según el politólogo Pablo Simón
Andrés vive por debajo de lo que es considerado legalmente en Madrid una vivienda mínima. Su inmueble –alquilado- tiene bastante menos de 38 metros cuadrados. Dispone de 15 metros. Eso sí, cumple con las recomendaciones internacionales: destinar un 30% de su sueldo a la vivienda.
No superar ese tercio de los ingresos en el arrendamiento es lo que señalan todos los expertos como lo ideal. Incluidos los del Banco de España, cuyo límite aumenta ligeramente al 35%. Cumplir esa regla en ciudades como Madrid significa tener que vivir en infraviviendas como la de Andrés que no tiene ni lavabo.
“Hay una grave crisis de la vivienda que se vive de forma internacional“
Para la Organización de las Naciones Unidas la vivienda adecuada debe proveer más que cuatro paredes y un techo. Se trata de un derecho incluido en la Declaración de los Derechos Humanos y el Pacto Internacional de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Y ahora mismo, reconoce en su último informe la ONU, “hay una grave crisis de la vivienda que se vive de forma internacional”. Según el texto, responde a tres causas estructurales: la mayor desigualdad económica, el mayor peso de los mercados financieros en el mercado de la vivienda y los sistemas de bienestar que priorizan a la vivienda como una mercancía.
Los alquileres siguen siendo un buen negocio
“A nivel nacional, la vivienda en alquiler aguanta la embestida de la crisis sanitaria y mantiene su precio estable”. Es el análisis de la inmobiliaria Tecnocasa que se desprende de su último informe sobre el mercado del alquiler elaborado en colaboración con la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona. Aseguran que la bajada de los precios de media en España es mínima: “la variación al comparar el segundo semestre de 2020 con el último semestre de 2019 es de un -0,26%”. Madrid y Barcelona son las que más se resienten –y quizás podrían mostrar un cambio de tendencia según los expertos- pero, aun así, en ambas ciudades, “la rentabilidad media del alquiler residencial es superior a la presentada en 2019 e, incluso, en años anteriores”.
Las consecuencias de vivir en infraviviendas
Las consecuencias de vivir en infraviviendas van más allá de la comodidad o el estilo de vida. La psicóloga Rosana Pereira advierte de que no tener espacio suficiente provoca problemas de “irritabilidad”. Según el informe 'Cuando la casa nos enferma', de la asociación Provivienda, los índices de depresión o ansiedad derivados de unas condiciones de vivienda inadecuadas son “extremadamente altos y muy superiores a los del conjunto de la población, llegando a unos máximos del 86% en caso de las mujeres y del 71% en el caso de los hombres".
Además, en el mismo estudio, que la vivienda precaria afecta a nivel social y psicológico: la degradación de la imagen de sí mismo (en relación con la devaluación del patrimonio y el cuestionamiento de la sensación de seguridad en la vivienda) está detrás del desarrollo de una sensación de "vergüenza" que afecta tanto a personas adultas como a menores.
Nuestro equipo de investigación entra en la casa de Andrés, que supera los 30 años y gana más de 1000 euros. Su vivienda se reduce a un apartamento de apenas 15 metros cuadrados. Una sola estancia hace las veces de comedor, habitación y cocina. Podrías coger cualquier cosa de la habitación sin apenas levantarte del sofá. El baño es una estancia separada del resto que ni siquiera tiene lavabo. Por esta infravivienda de Madrid paga “unos quinientos y algo”, según su propio testimonio. Antes dedicaba el 90% del salario en tener un techo bajo el que vivir. Y antes vivía con su pareja. En la actualidad, es lo máximo que se puede permitir viviendo solo.
Según los estudios de Procasa, la depresión, el desánimo, la ansiedad y los trastornos del sueño son los problemas más habituales desarrollados por los usuarios de infraviviendas. Para Pereira, uno de los problemas es la incertidumbre: “No sabemos si esto va a cambiar, no sé si voy a seguir así con 40 años...el no saber es lo que más daño nos hace a nivel emocional”.
Emprender el camino de vuelta
Muchos jóvenes deben volver a casa de sus padres tras intentar emanciparse debido a las subidas que ha experimentado el mercado del alquiler y la poca estabilidad laboral que presenta el mercado para los jóvenes. Es el caso de Ethan, que afirma que ha tenido que volver a casa de sus padres porque veía “cómo llegaba a fin de mes y el sueldo desaparecía”. La psicóloga afirma que los que emprenden el viaje de vuelta al seno familiar lo hacen “con sensación de fracaso”.
Una pequeña búsqueda en un portal inmobiliario nos hace ver la realidad de muchos de estos alquileres. Poco después de que Ethan abandonara su piso de alquiler, el precio subió 18 euros. Al menos él, asegura, tiene trabajo. La tasa de paro juvenil en España ronda el 40% según Estadística.
La temporalidad, un factor determinante
En su paso por 'La Hora de la 1' analizando la situación de los jóvenes, el politólogo Pablo Simón ha afirmado que no tienen “proceso de conversión” en su vida laboral y que pueden tardar hasta 94 meses en conseguir su primer contrato indefinido -si es que lo consiguen-, por lo que la emancipación cada vez les queda más lejos.
Según la EPA del cuarto trimestre, en la que ya se ve el efecto de la pandemia, los ocupados a tiempo parcial en esa franja de edad representan 10 puntos, pero, la tasa de temporalidad es 30 puntos superior que entre los mayores de 30 años. Una situación todavía peor en las mujeres: “Según el INJUVE no hay igualdad de oportunidades. Ellas pierden más empleo porque tienen mayor precariedad: peores contratos y peores horarios”, añade. También lo tienen más difícil los que trabajan -o trabajaban- en una ocupación manual ya que “si tú eras un asesor fiscal o un funcionario has podido tele trabajar, pero, si eres camarero, no puedes poner un café por internet”.
¿Y esto qué provoca? En opinión de Simón, que “los jóvenes más vulnerables, los mismos que en la crisis anterior sufrieron la burbuja inmobiliaria y después se han reorientado hacia el turismo o la hostelería, sean los que están sufriendo de nuevo”. Una doble crisis, dice, en la que se encuentran “con un mercado laboral cerrado para ellos”. Todo ello ha provocado que la edad de emancipación en España caiga y caiga hasta los 29 años.