Enlaces accesibilidad
Bangladesh

Un incendio arrasa un campamento rohinyá en Bangladesh: al menos 15 muertos y más de 500 heridos

  • Una amplia zona arrasada por las llamas ha empujado fuera de sus hogares a unas 45.000 personas
  • Por el momento no está claro cómo comenzó el fuego, y no se descarta que haya podido ser provocado

Por
Tragedia en un campo de refugiados rohinyás: un incendio deja 15 muertos y más de 500 heridos

El masivo incendio en uno de los principales campamentos rohinyá de Bangladesh ha dejado al menos 15 muertos y 560 heridos, además de otras 400 personas que están desaparecidas. Una amplia zona arrasada por las llamas ha empujado fuera de sus hogares a unas 45.000 personas.

Esos son los datos que ha recogido Efe de la portavoz del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en Bangladesh, Louise Donovan, quien ha asegurado que el incendio ha afectado a albergues, centros de salud, puntos de distribución y otras instalaciones fundamentales para los congestionados campos de refugiados.

Se desconocen las causas de este incendio, pero no es el primero que sufren los refugiados rohinyás. Son una minoría musulmana que tuvo que huir masivamente de su país, Birmania, por la persecución de los militares.

Una zona muy vulnerable

El devastador incendio, además del campamento del área de Balukhali -en el distrito sureño de Cox's Bazar-, ha destruido también más de 10.000 refugios y ha desplazado a 45.000 personas.

Se trata de lugares vulnerables al fuego por la deficiencia de las instalaciones, su masificación, y las frágiles chozas de madera, bambú y plástico que cubren el área.

Todo lo que vi fue un gran incendio y gente llorando y huyendo

Jomadila Begum, refugiada rohinyá de 30 años, ha afirmado a Efe que el fuego ha destruido los hogares temporales de muchos de los refugiados y el pequeño negocio del que obtenían un escaso sueldo con el que mantenerse a flote.

"Vivo un poco lejos de donde empezó el fuego, pero algunos familiares viven allí. Fui corriendo tras enterarme, pero todo lo que vi fue un gran incendio y gente llorando y huyendo", recordó Begum.

Los refugiados rohinyás sobreviven pese a la desesperanza en Bangladesh.

La casa de uno de sus familiares ardió por completo junto con la pollería y las aves listas para el sacrificio, por las que habrían obtenido unos 400 dólares. "Mi suegra, que vive junto con mi cuñado, ha enfermado por culpa del trauma, hemos tenido que llevarla hoy al hospital", dijo.

El refugiado Shamsul Alam le ha explicado a Efe que el fuego destruyó también un hospital financiado por Turquía, centros de organizaciones no gubernamentales y viviendas de bangladesíes próximas al campamento.

ACNUR y World Vision movilizan la ayuda humanitaria

ACNUR, en coordinación con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), otros socios de la ONU y organizaciones gubernamentales, además con refugiados voluntarios, ha proporcionado suministros médicos a través del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) en apoyo al tratamiento de las y los pacientes quemados.

Hasta ahora ha proporcionado unas 3.000 mantas, 14.500 lámparas solares, 10.400 juegos de cocina y 11.500 mosquiteras. Junto con Oxfam, también ha puesto a disposición asistencia en materia de agua y saneamiento de emergencia. Cuatro camiones cisterna están entregando agua potable en las áreas donde se encuentran las personas desplazadas por el fuego.

"El personal de World Vision está en el terreno, brindando ayuda de emergencia a los refugiados que han perdido sus hogares y pertenencias en el incendio", ha explicado el director de operaciones de respuesta a la crisis rohiyá, Atul Mrong.

"Desde el inicio del incidente, hemos distribuido galletas de alto contenido energético a 10.031 hogares proporcionadas por el Programa Mundial de Alimentos (PMA)", ha agregado, antes de señalar que algunos de los centros educativos y de usos múltiples de World Vision se han convertido en refugios de emergencia.

Por su parte, el director de respuesta a la crisis rohinyá de World Vision en Bangladesh, Frederick Christopher, ha recordado que "los refugiados rohinyás se encuentran entre las personas más vulnerables del mundo".

"Han estado viviendo con incertidumbre constante y la amenaza de brotes de enfermedades desde que huyeron de sus hogares en 2017. Este incendio es lo último que necesitan en un momento en que el refugio es fundamental para protegerse de la inminente temporada de monzones, y la COVID-19, que amenaza con circular en los campamentos abarrotados a un ritmo alarmante", ha lamentado.

No se descarta que haya sido intencionado

El fuego comenzó el lunes hacia las 15:20 hora local (9.20 GMT) y no pudo ser extinguido hasta esta madrugada, según explicó el jefe de los servicios de bomberos locales, Shahadat Hossain.

"Llegamos en una hora al lugar desde Cox's Bazar, y para cuando llegamos el incendio ya se había extendido a una gran superficie. Se estaba propagando rápidamente a causa del viento, que soplaba en dirección este", dijo.

Los bomberos continuaban trabajando este martes para evitar que el fuego se reavive, añadió Hossain. Por el momento no está claro cómo comenzó el fuego, y no se descarta que haya podido ser provocado.

Lo que ha pasado es algo que nunca habíamos visto en un campo de refugiados, ha sido masivo

A mediados del pasado enero, un incendio dejó a unos 3.500 rohinyás sin hogar después de que las llamas redujeron a cenizas más de medio millar de chozas, y pocos días después Unicef denunció el incendio premeditado de cuatro centros educativos para rohinyás.

Estos incidentes palidecen sin embargo ante la envergadura del ocurrido este lunes. "Lo que ha pasado es algo que nunca habíamos visto en un campo de refugiados, ha sido masivo", constató Boris Cheshirkov, portavoz de ACNUR, durante una rueda de prensa el martes en Ginebra.

Una crisis humanitaria que comenzó en 2017

Además, continúa la polémica en Bangladesh por el intento de las autoridades del país de reubicar a unos 100.000 rohinyás en la remota isla de Bhasan Char, con el objetivo así de descongestionar los campamentos, un proceso que comenzó el pasado diciembre con el envío de los primeros 3.500 refugiados y que ya alcanzan los 12.400.

Unos 738.000 rohinyás llegaron a los campamentos del sureste de Bangladesh tras el estallido en agosto de 2017 de una campaña de persecución y violencia por parte del ejército de la vecina Birmania (Myanmar), que la ONU calificó de ejemplo de limpieza étnica y un posible genocidio, algo que investigan las cortes internacionales.