Más rastreos ante el "efecto orilla de mar": los contagios vienen y van, pero el virus no se elimina
La amenaza de una cuarta ola de coronavirus se vuelve a cernir sobre España cuando se acerca la Semana Santa y sus días festivos. Tras un periodo de pronunciado descenso de los contagios, algunos puntos de nuestra geografía ya registran repuntes de casos. Son consecuencia del “efecto orilla de mar”, esto es, que los contagios vienen y van, pero el virus nunca se elimina del todo. Ante esto, los especialistas en medicina preventiva vuelven a llamar la atención sobre la necesidad de mejorar el rastreo.
David Nabarro, enviado especial sobre la COVID-19 de la Organización Mundial de la Salud, argüía el "efecto orilla de mar" este lunes en una entrevista en El Mundo, y lo podemos ver reflejado en situaciones como la de la localidad de Horche, en Guadalajara, donde la incidencia acumulada se ha disparado a 1.300 casos por 100.000 habitantes en los últimos 14 días. El cambio de tendencia, que ya preocupa en el Ministerio de Sanidad, se repite de forma brusca en otros lugares como en el municipio navarro de Milagros, o en Montablanc, en Tarragona. “Algo tenemos que estar haciendo mal”, se lamenta el alcalde horchano, Juan Manuel Moral Calvete, en declaraciones a TVE.
Rastreos frente a confinamientos perimetrales
Para hacer frente al citado efecto y atenuar la cuarta ola de la pandemia, Ángel Gil, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Rey Juan Carlos, cree que la clave no está tanto en los confinamientos perimetrales, como en realizar mayores esfuerzos para detectar a las personas contagiadas, rastrear a todos sus contactos y actuar con “firmeza” para aplicar cuarentenas.
“Esa tarea, por la saturación de trabajo, se ha dejado de lado. Hay que retomarlo y reformarlo. Es la mejor manera de vigilar la expansión del virus”, enfatiza Gil, que recuerda que los confinamientos perimetrales “siempre ayudan”, pero no son suficientes, en parte, por el “cansancio de la población” ante las restricciones.
“Cuando los confinamientos son perimetrales, están permitiendo la movilidad de las personas. Salimos y entramos. No es un confinamiento como el que tuvimos en marzo y abril del año pasado. Esos confinamientos un poco más laxos no impiden que se puedan producir contagios”, describe.
¿Cuánto se rastrea en España?
La "trazabilidad de los casos", esto es, el porcentaje de casos de los que se conoce el origen del contagio, es uno de los indicadores para valorar el riesgo epidemiológico. “La OMS ha publicado que al menos un 80% de los casos deben estar correctamente trazados para alcanzar una situación epidemiológica controlada”, recoge el documento de "Actuaciones de respuesta coordinada para el control de la transmisión de COVID-19", acordado por el Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas en octubre de 2020.
“Rastreadora: “El ritmo va subiendo y bajando continuamente"“
No obstante, según el último informe de Sanidad, las cifras recientes son muy variables entre comunidades autónomas. Navarra, Canarias, Cantabria, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Ceuta, Extremadura, Galicia, La Rioja y Murcia registran más de un 70 % de casos con trazabilidad, mientras Cataluña, Andalucía, Asturias o Madrid no alcanzan el 60 %.
Para mejorar ese rastreo de los casos es necesario reforzar los equipos de salud pública y de atención primaria. Ellos precisamente son quienes más sufren el llamado "efecto de orilla de mar", como relató a RNE María Bermúdez, que trabaja como rastreadora desde un centro de salud de Toledo.
“El ritmo va subiendo y bajando continuamente (...) Esta semana nos ha parecido que ha subido un pelín, pero estamos tranquilos comparados con hace semanas”, contó la enfermera de atención primaria, que confía en que el nuevo pico de contagios no sea tan alto como el de los últimos meses después de Navidad.
La cuarta ola es "inevitable"
Pese a todo, el catedrático preventivista Ángel Gil considera que la cuarta ola es ya “inevitable”, aunque podría no ser grave si conseguimos mantener la incidencia media por debajo de los 150 casos por cada 100.000 habitantes. “Lo importante es que no tenga el impacto que ha tenido la tercera ola”, valora también.
De nuevo, las previsiones son algo dispares entre comunidades autónomas, puesto que el punto de partida es diferente. Baleares, Galicia, Extremadura, Comunidad Valencia y Cantabria han logrado descender hasta un nivel de riesgo 1, pero en La Rioja más del 35 % de las camas de las unidades de cuidados intensivos (UCI) están ocupadas por pacientes de COVID-19. Y la Comunidad de Madrid permanece nivel de riesgo más elevado, el nivel 4:
“Estamos en cifras superiores a las más bajas que alcanzamos después de la segunda ola. Serían muy malas noticias iniciar una cuarta ola desde estas cifras”, alerta en ese sentido Ángela Hernández, vicesecretaria del sindicato madrileño de médicos AMYTS.
Si no se cumplen estrictamente con las medidas de prevención y se confirman los peores pronósticos, la cuarta ola llegará después de Semana Santa. Su envite sobre las cifras de hospitalizaciones y muertes dependerá también del ritmo de la vacunación.
"La ocupación de UCI se mantiene en torno al 25%, no termina de bajar del todo, porque se están produciendo continuamente casos y algunos son graves", razona Gil, que recuerda que no todos los ingresados son personas mayores. "Pueden aparecer casos graves en personas con enfermedades crónicas: respiratorias, cardiacas, renales. Mientras los enfermos crónicos no estén vacunados, el peligro de las hospitalizaciones y muertes sigue estando ahí".