Nuet dice que apoyó las 'leyes de desconexión' porque entendía que "no se rompía ningún mandato constitucional"
- El diputado de ERC juzgado por desobedecer al TC se justifica: "Traté de que no llegara la sangre al río"
- La Fiscalía y la Abogacía rechazan que el juicio a Nuet viole su inviolabilidad parlamentaria
El diputado de ERC Joan Josep Nuet ha explicado este miércoles que al apoyar la tramitación de las llamadas 'leyes de desconexion' con España, su intención no era la de contravenir los mandatos del Tribunal Constitucional (TC), sino porque entendía que "no se rompía ningún mandato constitucional" y además, trataba así poder "convertirlas en textos constitucionales" pero "al final no salió bien" y "fue un fracaso".
Lo ha dicho durante su declaración en el juicio que se celebra contra él por un delito de desobediencia al TC por su actuación como secretario tercero de la Mesa del Parlament de Cataluña en la XI Legislatura como diputado de Catalunya Sí Que es Pot (CSQP), a favor de la determinadas resoluciones independentistas pese a las advertencias del Tribunal Constitucional.
La Fiscalía pide para Nuet 10 meses de multa (24.000 euros) y un año y cuatro meses de inhabilitación para cargo público electo por haber votado. El ahora diputado en el Congreso por ERC ha negado en todo momento que incurriera en desobediencia porque él había interpretado los requerimientos previos del TC de otra manera e, incluso, a veces "no era consciente de que votaba resoluciones inconstitucionales".
Ante las diversas preguntas tanto del fiscal Javier Zaragoza como de la abogada del Estado Rosa Maria Seoane, poniendo de manifiesto sus reiterados incumplimientos -hasta cuatro- frente a las advertencias del TC, Nuet ha insistido en que su intención nunca fue la de colaborar con el 'procés', y de hecho, ha recordado que él no votó a favor de todas las iniciativas independentistas que llegaron a la Mesa.
"Pero otras, que podrían convertirse en constitucionales, les di tramite, para usar la Constitución en su sentido amplio, que pudiera ser reformada para dar cabida a una determinada opción politica", ha explicado, añadiendo que ese era el mandato de su grupo parlamentario.
Dice que que pretendía "que no llegase la sangre al río"
A juicio, y a riesgo de que se le pueda tildar de "iluso o idealista", su intención sobre todo en los primeros pasos del 'procés, no fue la de incumplir la Constitución, ni colaborar con proceso independentista en Cataluña. Es más, ha señalado que su grupo pretendía "que no llegase la sangre al río" .
"Me equivoqué tal vez, hoy haría cosas distintas", ha continuado para admitir que tomó las decisiones que creyó "adecuadas para que se cumplieran con los requerimientos del Tribunal Constitucional no para desobedecerlos". Ha puesto como ejemplo su apoyo a la creación de una comisión "de estudios" del proceso constituyente, que inicialmente iba a ser una "comisión legislativa" con la que él no estaba de acuerdo.
"Todo para que preceptos que estaban fuera de lo constitucional pudieran vehicularse a preceptos constitucionales", ha insistido. Tenía además el convencimiento, ha subrayado, de que en todo caso el tribunal de garantías tendría la última palabra sobre la actuación parlamentaria que pudiera llevarse a cabo en la cámara catalana.
Nuet ha querido dejar claro que "no ignoraba los requisitos del TC sino que intentaba que esos requisitos se plasmaran en la política real" tratando de conseguir que "los intentos independentistas transitaran por el tema constitucional" una vez que la ley del referéndum iniciara su trámite "ordinario" que "debía de haber durado meses" pero que al final se resolvió en unas horas.
No obstante, cuando vio la deriva que estaban tomando los acontecimientos con la aprobación de las leyes, asumió su "fracaso". "Tiré la toalla, yo no puedo conseguir que lo inconstitucional se convierta en constitucional mediante la política", ha agregado Nuet para quien la DUI fue "la foto de ese fracaso, el último clavo de ese ataúd que ha significado el proceso".
Rechazan la anulación del procedimiento
El interrogatorio ha comenzado después de que el tribunal haya rechazado la solicitud la anulación del procedimiento solicitado por la defensa de Nuet en las cuestiones previas, en atención a dos premisas, la falta de competencia del alto tribunal y la vulneración de varios de los derechos fundamentales de su patrocinado, relacionados con la inviolabilidad como parlamentario autonómico cuando se produjeron los hechos.
Por otra parte, la Fiscalía ha renunciado a dos de las testificales planteadas para esta sesión del juicio, la del que fuera vicepresidente de la Mesa del Parlament hasta julio de 2017 Luis María Corominas y la de la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, condenada por sedición en el juicio por el 'procés' ya celebrado en el Supremo. La defensa no se ha opuesto a esta renuncia y el tribunal las ha acordado antes de retirarse a deliberar sobre las cuestiones previas planteadas.
A su llegada al Supremo, Nuet ha defendido que el debate sobre las 'leyes de desconexión' en el Parlament de Cataluña pudo ser "criticable" pero no un "acto delictivo", asegurando que es "inocente".
"Afronto este juicio con valentía, con convicción, convencido de que soy inocente", ha dicho Nuet en declaraciones a la prensa a su llegada al Supremo, donde ha sido recibido con aplausos por dirigentes de ERC como Carolina Telechea, Montse Bassa, Mirella Cortés y Bernat Picornell, así como de Junts, PdCat y CUP, y por el presidente del grupo parlamentario de Unidas Podemos en el Congreso de los Diputados, Jaume Asens.
Último miembro de la Mesa pendiente de juzgar
Nuet es el último miembro de la Mesa que estaba pendiente de juzgar después de que el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) condenara a 20 meses de inhabilitación para cargo público electo y a 30.000 euros de multa por desobediencia a los miembros de JxSi Lluis Corominas, Anna Simó, Ramona Barrufet y Lluís Guinó.
El acusado, que en el momento de los hechos pertenecía a Catalunya Sí Que es Pot (CSQP), iba a ser juzgado con todos ellos, si bien su situación cambió cuando fue elegido diputado en el Congreso por ERC y pasó entonces a ser aforado ante el Supremo.
En caso de ser condenado, como ya ha sucedido con el resto de procesados de la Mesa del Parlament de aquella legislatura, deberá dejar su escaño en el Congreso.