Periodismo desde la aldea
- Un corresponsal del Washington Post logra compaginar con soltura la vida rural y el periodismo internacional
- La pandemia multiplica por cinco la población de La Cuenca (Soria) alcanzando la decena de vecinos
Es una de las principales reclamaciones de la España vaciada: tener buena cobertura telefónica, buen acceso a internet. El caso de Juan Carlos Iragorri, corresponsal del Washington Post en España, es especialmente ilustrativo.
Juan Carlos Iragorri está en contacto con la actualidad internacional a diario y elabora y emite noticias del mundo desde un minúsculo rincón de la España vaciada, la aldea de La Cuenca, en Soria. Por causa de la pandemia, desde hace diez meses ha trasladado allí su corresponsalía. “Yo trabajo para una cadena colombiana de radio que se llama RCN radio y dirijo el programa de opinión. El programa mío empieza a las seis de la tarde, hora de Colombia, con lo cual empiezo a trabajar a las doce de la noche aquí en España, hasta las dos de la madrugada. En verano empiezo a la una de la madrugada y no termino hasta las tres y media de la mañana”.
Con todo, tener un horario a contracorriente no le supone gran problema. Nos enseña los medios técnicos con los que cuenta. “Los corresponsales utilizamos mucho esta máquina que se llama quantum y funciona en general muy bien. Es una comunicación por internet, de ahí la importancia de que haya un buen internet en un pueblo como este”, dice.
El toque divertido está en el recurso casero que utiliza para conseguir la mejor calidad de sonido. “No hay mejor sonido que echarse una manta encima”, nos adelanta. E inmediatamente despliega una manta acebrada y se cubre con ella mientras está sentado a la silla frente al ordenador, el micrófono y el quantum. Comienza a demostrarnos cómo graba su blog: “Hola, bienvenidos al Washington Post. Soy Juan Carlos Iragorri desde España. Hoy es martes... ataques personales y acusaciones que iban y venían…”
Un programa de radio para Colombia
El sonido, nos asegura, llega perfecto a los cuatro millones de seguidores del podcast en español del Washington Post. También desde La Cuenca (diez habitantes en invierno), Juan Carlos emite a diario el programa de radio dirigido a una audiencia a ocho mil kilómetros de distancia, allá en Colombia.
“En estos meses, un par de veces ha habido tormentas, un viento más o menos fuerte debió de hacer caer algún poste en alguna parte y nos quedamos sin internet. Estoy haciendo un programa en vivo, ¡a mí no se me puede caer internet! ¡No me perdonarían mis jefes que yo les dijera, ah, es que estoy en Soria y hay viento y no tengo internet!. Eso no me lo perdonaría nadie. Y lo que necesitamos realmente es que pongan un internet o fibra óptica o 5G porque muchísimos profesionales como yo podrían vivir en estos pueblos.”
A solo 20 kilómetros de Soria capital, La Cuenca hasta ahora era conocida por su arquitectura tradicional, sus características chimeneas cónicas pinariegas y los bosques de sabinas que la rodean. Ahora la pandemia ha multiplicado por cinco su población y llegan a la decena de vecinos. Todos están unidos en la reclamación de servicios. “Ayer sin ir más lejos estaba intentando matricular a mi hija en el colegio”, explica Ana Bosch, propietaria de un hotelito rural, “y tuve que intentarlo hasta las doce de la noche para tener acceso correcto a internet porque no podía entrar, era muy lento”.
Ana llegó a La Cuenca con su madre y su hija hace unos meses buscando seguridad sanitaria y refugio tras enfermar de COVID la niña, de apenas cuatro años. Ahora la familia ha fijado aquí su residencia, en una casa muy cercana a la de Juan Carlos Iragorri, un corresponsal que ha logrado compaginar con soltura la vida rural y el ejercicio del periodismo internacional. Está hiperconectado a las noticias del mundo en una llamativa pirueta tecnológica que parece todo un milagro en plena España vaciada.