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Las claves de la semana

Tras el espejismo de marzo, España regresa al riesgo alto en tensión por la cuarta ola y a la espera de más vacunas

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Una manola controla los accesos a la catedral de Valladolid cubierta con una mascarilla
Una manola controla los accesos a la catedral de Valladolid cubierta con una mascarilla

España ha entrado en el mes de abril en riesgo alto después de permanecer apenas un mes en el relativo "oasis" del riesgo medio, es decir, por debajo de una incidencia de 150 casos de COVID-19 por 100.000 habitantes en 14 días. En la larga travesía por el desierto de la pandemia estos pequeños respiros comienzan a parecerse más a un espejismo que a un vergel ante la amenaza de la cuarta ola.

Al final del camino sigue estando la esperanza de la vacuna aunque marzo ha acabado sin que todos los mayores de 80 años estén vacunados, como se pretendía. Aun así hay datos para el optimismo: el 31 de marzo se batió récord de dosis inoculadas en un solo día, 306.995; este jueves se han recibido más de un millón de vacunas de AstraZeneca; y en abril tienen que llegar las de Jassen, que solo requieren un pinchazo.

1. España vuelve a riesgo alto

España acabó marzo con una incidencia de 152,25 casos y arrancó abril con dos puntos y medio más (154,76). Aunque las comunidades están aplicando esta semana las restricciones específicas acordadas para la Semana Santa -como la prohibición de los encuentros de no convivientes en domicilios- tras el escarmiento de lo que pasó en Navidad, en las últimas semanas muchas de ellas ya habían suavizado la mayoría de las medidas impuestas para contener la tercera ola y de aquellos viejos polvos vuelven a venir los nuevos lodos.

El 'valle' tras el pico de la tercera ola se alcanzó en España el 16 de marzo, cuando se registró una incidencia de 127,8 casos, la más baja desde mediados de agosto.

2. Navarra y Madrid, en riesgo extremo

Navarra y Madrid se encuentran a día de hoy en riesgo extremo al registrar una incidencia por encima de los 250 casos por 100.000 habitantes. Ceuta y Melilla también se encuentran en esta situación. Madrid ya estaba en riesgo alto hace dos semanas, pero Navarra ha pasado de nivel medio a extremo en los últimos días. Este viernes cerraba el interior de la hostelería para intentar frenar los contagios.

De hecho, la incidencia de Navarra es la que más ha crecido en términos absolutos desde el 16 de marzo (179 puntos, al pasar de 128,4 a 307), seguida de la de La Rioja, Ceuta, País Vasco, Madrid y Cataluña. En las dos últimas semanas, solo han mejorado las incidencias de la Comunidad Valenciana, Asturias, Galicia y Murcia.

3. El problema de partir de un suelo muy alto

Si una cosa ha demostrado el virus SARS-CoV-2 es que aprovecha cualquier oportunidad para volver a expandirse y poner en jaque al sistema sanitario. Si además se parte de una incidencia ya de por sí alta, las cifras se disparan fácilmente. Es lo que pasó con la tercera ola cuando se abrió la mano de la movilidad por Navidad con cifras de contagios aún muy elevadas.

La Comunidad de Madrid, que ha optado por mantenerse abierta la mayor parte del tiempo y no cerrar la hostelería, no ha bajado de una incidencia de 190 desde diciembre. "El problema no es que esté al alza, es que parte de un punto muy superior a la mayoría de las otras comunidades", explicaba esta semana el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, en relación a esta región. Desde septiembre, Melilla no ha bajado de una incidencia de 209 casos y País Vasco, de 174.

4. La maraña de normativa y la confusión con las mascarillas

Los epidemiólogos llevan advirtiendo meses de que la maraña de restricciones vigentes en España juega en contra de su cumplimiento. Comunidades con incidencias similares aplican medidas distintas y cambiantes de un día para otro haciendo difícil su seguimiento por parte de una población fatigada por la pandemia. [Consulta aquí nuestra guía de restricciones]

El último capítulo de esta confusión ocurrió el pasado 30 de marzo cuando el BOE publicó la nueva ley de medidas urgentes de prevención y contención de la COVID-19 que endurecía el uso de la mascarilla, al hacerla obligatoria en cualquier espacio público -incluidas las playas- aún cuando se mantenga suficiente distancia entre personas después de una enmienda introducida por el PSOE en el Senado en este sentido. Sanidad se apresuró a decir que la ley estaba "descontextualizada" y que trabajaría con las comunidades para corregirlo. Baleares y Canarias ya dejaron claro que no la iban a exigir en las playas si había distancia.

Las diferencias entre las restricciones hace que ciudades como Madrid se hayan convertido en un destino atractivo para el resto de países europeos. El debate sobre el supuesto "turismo de borrachera" de los visitantes franceses seguía esta semana cuando el presidente galo, Emmanuel Macron, anunció el pasado miércoles que extendía el confinamiento parcial a toda Francia prohibiendo los desplazamientos a más de 10 kilómetros del domicilio.

5. La carrera por la vacunación

Marzo acabó con un récord de vacunación diario -306.995 dosis inoculadas en un mismo día-, pero con el incumplimiento del objetivo de tener a toda la población de más de 80 años vacunada. Solo el 42,5 % de las personas en esta franja de edad tienen la pauta completa mientras que el 75 % ha recibido al menos una dosis.

La decisión de limitar la administración de la vacuna de AstraZeneca a menores de 65 años salvo que sean trabajadores esenciales está provocando un llamativo efecto: que sea la población de entre 70 y 79 años la que más rezagada va con las primeras dosis (4,2 %) -sin contar con los menores- a pesar de que son grupo de riesgo por su edad.

A pesar del ritmo lento de vacunación, hay un dato esperanzador para el mes de abril: la llegada de las primeras vacunas monodosis de Janssen. Por ahora, al menos un 5,91% de la población ha recibido la pauta completa [Sanidad habla del 7 % porque no cuenta los menores de 16] y el 11,72 % ha recibido al menos una dosis.

Postada

Algunos datos sobre la crisis económica que ha dejado la pandemia. El Banco de España ha advertido esta semana de que cada vez son menos efectivos los ERTE para garantizar la vuelta al empleo. La cifra de trabajadores que se reincorporaron a sus puestos bajó del 70 % de abril a junio al 32 % en el cuarto trimestre.

Por su parte, la Asociación de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales ha denunciado esta semana que tres de cada cuatro solicitudes del Ingreso Mínimo Vital han sido denegadas. Solo el 6,4 % de la población que vive por debajo del umbral de la pobreza se está beneficiando de este nuevo mecanismo. El anterior sistema de Rentas Mínimas llegaba al 8 %, aseguran.