"Es denigrante que se estén lucrando con nuestras imágenes íntimas y el juez archive el caso"
- Un centenar de mujeres interponen una denuncia colectiva tras descubrir que alguien las grabó orinando y lo difundió en páginas pornográficas
- El juez no ve delito y archiva el caso ya que las imágenes fueron tomadas en un "espacio público"
Estaban en las fiestas de A Maruxaina (Lugo) y aseguran que fueron a orinar en un callejón ya que no encontraban un aseo. Alguien las grabó y posteriormente subió sus imágenes a varias páginas pornográficas sin su consentimiento. Ahora, la justicia no ve delito en esa acción puesto que las imágenes se tomaron “en un lugar público” y ha sobreseído el caso. En ‘La Hora de La 1’ hemos estado en la manifestación que ha tenido lugar en Lugo este martes día 6 de abril, donde decenas de mujeres se han unido para protestar contra esta decisión del juez.
Más de cien mujeres comparten una denuncia colectiva
Paloma Maseda acudió a las fiestas de San Cipriano (Lugo) en 2019. Igual que el centenar de mujeres con las que ahora comparte denuncia colectiva y reivindicación. Al no encontrar un aseo disponible buscó un callejón apartado en el que miccionar. Lejos de lo que se podría esperar, meses después la alertaron de que imágenes suyas estaban circulando por varias páginas pornográficas. Ella nunca dio ningún tipo de consentimiento. “Una cosa es que te lo digan y otra verte”, asegura a TVE. “Las imágenes se ven perfectamente, así como se escuchan las conversaciones”.
Junto a ella recorremos el espacio donde estaban instaladas las cámaras encargadas de las grabaciones. “Una estaba en la esquina y otras situadas en varios coches, incluso creemos que en las ruedas de uno de ellos. De esta forma tenían una panorámica perfecta de lo que ocurría”, ha explicado con la convición de que fue totalmente premeditado.
En las grabaciones, dice Paloma, también había hombres, pero esas secuencias han sido eliminadas según las afectadas. Ahora, son ellas las que tienen que ponerse en contacto con los responsables de las páginas web: “Me parece denigrante que encima, con la difusión que está teniendo el tema, se estén lucrando más con ello y se archive el caso”, reclama.
Una sentencia del pasado
El juez ha desestimado la demanda interpuesta por más de un centenar de mujeres porque considera que, al haber sido grabadas en la calle, no se vulneran sus derechos y, por tanto, no hay delito.
La Asociación Mujeres en Igualdad Burela se ha presentado como acusación popular y ya ha presentado un recurso de apelación contra el auto del juez. Su portavoz, Jasone Lorenzo, rebate la opinión del magistrado que dictaminó que al ser vía pública no existe un ilícito penal. “No estamos de acuerdo. Además de vulnerarse los derechos fundamentales de la intimidad y de la propia imagen, se creó un ambiente íntimo para que ellas pensaran que estaban seguras y que nadie las iba a violentar”, añade.
Insiste Lorenzo que este auto establece “un precedente peligrosísimo, el de que todo lo que sea grabado en vía pública puede ser subido a internet y lucrarse a través de ello”. Por no hablar, contextualiza, de que con ella “se ha retrocedido unos diez o quince años en los derechos de las mujeres”.
La justicia sigue siendo patriarcal, según las expertas
Para la abogada María José Landaburu, esta sentencia “no tiene ni pies ni cabeza”. “El artículo 197 del Código Penal lo que intenta es proteger la intimidad. Y lo que había era una trampa con el objetivo de que se viera”, asegura. Para la jurista, se trata de “una resolución machista que vulnera los derechos de las mujeres y contrasta con otras resoluciones que nos dicen que no se pueden grabar, por ejemplo, a policías cuando están en las calles”. “Lo ancho para unos, lo estrecho para otras”, sentencia.
La periodista Marta Nebot recuerda por su parte que los sanitarios públicos estaban desbordados. Coincide con Landaburu en que este auto no viene sino a reforzar que “tenemos un sesgo de género en la justicia y que hay un Observatorio por la Igualdad en el propio Consejo General del Poder Judicial que no funciona”. “Lamentablemente todavía en la justicia española nos encontramos con cosas así, de la Edad de Piedra”, concluye.