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CEAR denuncia la política de contención migratoria en Canarias: "Son islas cárceles"

  • En la actualidad permanecen unos 5.000 adultos y unos 2.000 menores en el archipiélago,
  • El sistema de acogida está desbordado y la ONG advierte de que se está normalizando la situación de emergencia

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Varios inmigrantes en el campamento de atención a inmigrantes de El Matorral, en Fuerteventura.
Varios inmigrantes en el campamento de atención a inmigrantes de El Matorral, en Fuerteventura.

La Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) ha presentado este miércoles el informe “Migración en Canarias, la emergencia previsible”, en el que analiza cómo las Islas se han convertido en un nuevo escenario de la política de contención migratoria. Denuncia que se trata de un modelo ya utilizado en Grecia, basado en retener a las personas migrantes en territorios insulares como mecanismo disuasorio y promoviendo la deportación como principal estrategia de gestión.

2020 ha sido un año en el que, tras años con registros más discretos, Canarias ha vuelto a ser la principal ruta migratoria para llegar a Europa. El estudio recoge que un 52% de las personas llegadas por vía marítima a las Islas proviene de Marruecos, un 20% de Senegal, un 18% de Mali y una menor proporción de Costa de Marfil y Guinea Conakry.

En el último año y medio han llegado al archipiélago un total de 30.000 personas. Desde esta entidad en Canarias destacan que el aumento de las llegadas, unido a la falta de previsión y descapitalización que arrastraba el sistema de acogida en las islas, "propició la vulneración reiterada de la propia legalidad española con detenciones y privación de libertad sin amparo jurídico".

CEAR denuncia en este informe que la gestión ha estado marcada por la "improvisación y las restricciones inesperadas que las han dejado bloqueadas en un territorio insular del que no pueden salir". Por otro lado consideran que la falta de asistencia letrada a personas migrantes se produjo una falta de atención a niños y niñas que viajan solas, potenciales víctimas de trata o posibles solicitantes de asilo.

El aumento significativo de menores de edad que emprenden la ruta es otro cambio fundamental detectado en el perfil poblacional de llegadas: frente a 1.600 menores de las 31.863 personas que llegaron a las islas en 2006, que representaban el 5%, este año las cifras que se barajan, a espera de la verificación de edad de un gran número de ellos, alcanzan los 2.600, 320 de los cuales llegaron antes de 2020, lo que supone el 10%, el doble que en 2006.

El impacto de la COVID, relaciones con Marruecos, y conflictos en el Sahel: claves del repunte

La COVID-19, según CEAR, ha sido un factor que ha incrementado los flujos migratorios habituales, por su doble impacto en los países origen. En primer lugar, la pandemia "ha cerrado muchas de las rutas terrestres que los migrantes en tránsito solían utilizar para desplazarse entre países", provocando así, que las personas se vieran obligadas a quedarse en los países de la fachada atlántica (Mauritania, Senegal, Marruecos, Gambia) y con la única opción de recurrir a la ruta canaria para salir de allí. En segundo lugar, ha provocado un descenso significativo de los ingresos de las personas migrantes, especialmente aquellas en situación irregular, que se han visto completamente desprotegidas frente a la crisis.

La organización achaca la reactivación de esta ruta también a los conflictos en el Sahel que han provocado más de un millón de desplazados; la inestabilidad en Mali que ha causado más de 251.000 desplazados internos y miles en campos de refugiados en países fronterizos. También considera CEAR que el rol de Marruecos como agente de contención de las rutas hacia España es una constante. "La posición clave que se le ha otorgado en base al modelo de contención en las fronteras exteriores de la UE, hace que la vigilancia migratoria se ejerza con mayor o menor presión en base a la situación de negociaciones que trascienden al fenómeno migratorio", asegura el informe.

CEAR plantea además propuestas para que no se vuelvan a repetir “situaciones inhumanas”, como las calificó el coordinador de CEAR Canarias, Juan Carlos Lorenzo. La continuación de estas políticas supondría una “continua vulneración de derechos cuyas principales víctimas, pero no las únicas, son las personas migrantes”, añadió.

Por su parte, desde CEAR señalan que fue la gestión inadecuada desde una perspectiva de emergencia para un fenómeno que es estructural lo que provocó que el incremento de llegadas acabara convirtiéndose en una crisis humanitaria en el archipiélago, con miles de personas en condiciones infrahumanas acumuladas en un muelle portuario. Al mismo tiempo que denuncian que “se ha normalizado un trato inhumano a las personas migrantes, viéndose obligadas miles de ellas a permanecer durante semanas (en algunos casos meses) en situaciones de absoluta privación de servicios básicos y condiciones de vida digna”.

Varios inmigrantes que llegaron a Canarias desean volver a sus países de origen

Los incidentes en Tenerife, "la punta del iceberg"

Debido a esta situación, CEAR apunta que se han producido dos fenómenos opuestos. Por un lado, se ha transmitido a la ciudadanía una imagen de pérdida de control por parte de las instituciones sobre el fenómeno migratorio, dando pie a la propagación de mensajes xenófobos de forma injustificada. Y al mismo tiempo, estos mismos hechos han dado lugar a redes de solidaridad ciudadana para acompañar y dar apoyo a las personas migrantes, demostrando una vez más el espíritu de acogida de los isleños.

La Directora de CEAR ha advertido, durante la presentación del informe, de que los incidentes que se han producido en el campamento de acogida de Las Raíces, en Tenerife, son "la punta de iceberg" del deterioro que pueden producir las políticas que pretenden convertir a Canarias en "islas cárceles". "Son los más graves de toda esta crisis migratoria, la intervención de la Policía Nacional, disparando pelotas de gomas, nos parece una barbaridad que lo único que hace es sumar a esa imagen negativa y de conflicto", ha añadido.

Con este documento la ONG crítica el Plan Canarias, lo considera insuficiente. "Se centra en la creación de condiciones de alojamiento de emergencia para las personas migrantes sin tener en consideración las múltiples aristas de gestión de una situación migratoria de estas características; esto puede provocar serias consecuencias a corto y medio plazo tanto en las propias personas migrantes como la sociedad de acogida, algo que ya se está detectando, y que se ha visto en otras islas europeas que han aplicado el mismo tipo de políticas", denuncia.