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Herederos por sorpresa: así es la investigación detrás de los bienes que nadie reclama

  • Las empresas especializadas en derecho sucesorio trabajan sobre el árbol genealógico

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El trabajo de los 'caza herederos': en busca de la última rama del árbol genealógico

Lilith y sus cuatro hermanos recibieron hace unos meses la llamada más extraña de sus vidas. Al otro lado del teléfono hablaba Pablo Domínguez, investigador del Grupo Hereda, una empresa especializada en encontrar viviendas abandonadas y localizar a sus posibles herederos.

La noticia sorprendió a todos los hermanos. Les contaba que se han convertido en los herederos legítimos de una vivienda en Madrid. La propietaria había fallecido en 2009 y su hijo siguió viviendo en el piso como usufructuario hasta que falleció en 2017 en el domicilio. Ni los vecinos ni el administrador de la finca sabían a quién podría pertenecer la vivienda a partir de entonces, y fue tapiado para evitar ocupaciones.

Empieza la investigación

Los operarios de limpieza que se ocuparon de la vivienda tras retirar el cuerpo de su último dueño avisaron a la empresa de Pablo. Comenzó entonces la labor de investigación que culminó con la llamada a la familia de Lilith.

Las empresas especializadas en derecho sucesorio trabajan sobre el árbol genealógico, un puzle cuya primera pieza es el nombre del propietario que aparece en la nota simple que obtienen en el Registro de la Propiedad.

Pablo nos cuenta que a partir de ese momento, los investigadores comienzan a buscar el resto de las piezas. Una visita al cementerio puede ofrecer información importante sobre los nombres y apellidos de los familiares más cercanos a partir de los que seguir tirando del hilo.

Con esos datos se continúa montando el puzle con visitas al Registro Civil y a partidas de bautismo que van rellenado los huecos del árbol genealógico. No se trata de establecer la relación de parentesco, todo el proceso tiene que estar documentado y certificado para que tenga efectos legales y poder reclamar la herencia.

Herederos por sorpresa: así trabajan las empresas de genealogía sucesoria

Los últimos dueños vivos

"Localizamos a unos primos de la fallecida en Barcelona", relata Pablo, "ellos nos contaron que la mujer se había casado dos veces, y del primer matrimonio había tenido un primer hijo" que resultaba ser el hermanastro de la persona que falleció en la casa en 2017.

"Buscamos las partidas de nacimiento y defunción", cuenta Pablo, para quien este sorprendente trabajo puede ser tan habitual como rutinario. "No tardamos en dar con Lilith y sus hermanos".

Pero la investigación no iba a ser tan sencilla, no es extraño incluso que Pablo tenga que viajar a otros países de América Latina, como Venezuela, Argentina o México para encontrar descendientes de aquellos indianos que probaron fortuna en otro continente para comunicarles que tienen una herencia esperándoles en España. También en Alemania o Francia.

La investigación da un giro

Fallecida la madre y sus dos hijos de dos matrimonios distintos, descubrieron que uno de ellos -el padre de Lilith y sus hermanos- también se había casado dos veces, y que había tenido una quinta hija de ese segundo matrimonio.

Lilith nos cuenta que su padre les abandonó cuando ella tenía 9 años, y que desde entonces había perdido todo contacto con su padre, y un tiempo después también con su abuela paterna. Sabe de la existencia de esa otra hermana, pero nunca se han conocido, ni necesita verla ahora.

"La vida es asi", dice Lilith, "todos tenemos pasado y el mío es éste, ni me avergüenzo ni me enorgullezco, es lo que es", concluye levantando los hombros con las manos metidas en sus bolsillos, frente a su tienda de artesanía en un pueblo del sur de Madrid.

La apertura del piso

A las 10 de la mañana se presentan en el portal de la vivienda de la abuela de Lilith dos operarios cargados con mazas y cinceles, la propietaria de una inmobiliaria que se ocupará de vender el piso por deseo de los hermanos, y dos investigadores de herencias, uno de ellos es Pablo. Van a destapiar el piso, comprobar su estado y buscar documentación y objetos de valor. Lilith quería haber venido pero la pandemia se lo ha impedido. El resto de los hermanos prefiere no estar. Grabarán un vídeo del piso para que lo puedan ver cuando reúnan las fuerzas suficientes.

Cuando los operarios terminan de retirar los escombros la emprenden a martillazos con la vieja puerta de la casa, escondida desde hace 4 años tras un grueso muro de cemento y ladillo. No tarda en ceder y entra la luz por primera vez en años. En el interior se adivina un gran espejo, fotos, un armario y algunos cuadros de colores intensos colgados en una pared al fondo. Pasan primero Pablo y su compañero, alumbrándose con la linterna de sus móviles. Una gruesa capa de polvo lo cubre todo, las mascarillas esta vez son más necesarias que nunca, también unos guantes de látex. En la cocina hay un plato de lentejas, una lata de conservas con un tenedor apoyado en el borde, todo cubierto de polvo.

Excepto por el sonido de los pasos en toda la casa domina el silencio, también como señal de respeto a todas las vidas que ha cobijado. Fuera se oyen los murmullos de los vecinos, curiosos y alertados por el sonido de los cinceles de hace unos minutos. En el salón aparece una caja repleta de documentos bancarios; "son esenciales para seguir el rastro de cuentas ocultas", nos cuenta el otro investigador. También los recibos. Una herencia suele dejar bienes pero también deudas, y "hay que comprobarlo con las empresas de suministros", añade. Vemos que también recoge algunos recuerdos. "Estas fotos se las daremos a los herederos", aunque todo lo que hay dentro es suyo, "quizá agradezcan este detalle", concluye.

No se hace un registro exhaustivo de la vivienda, eso es tarea de los herederos si es que desean hacerlo y deciden marcharse. Antes de cerrar de nuevo la puerta -en unas horas colocarán una nueva cerradura y una alarma- pensamos en los herederos y en aquello que nos dijo Lilith en nombre de sus hermanos. "Estamos contentos pero no somos millonarios, va a servir para tapar agujeritos y ya está, a seguir con nuestra vida. Esto no cambia el pasado".