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Coronavirus

Dinamarca suspende definitivamente la vacunación con AstraZeneca

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Una sanitaria prepara una dosis de AstraZeneca en una imagen de archivo.
Una sanitaria prepara una dosis de AstraZeneca en una imagen de archivo.

Dinamarca ha decidido este miércoles suspender definitivamente la vacunación contra la COVID-19 con AstraZeneca, tras haberla suspendido hace un mes a raíz de los casos de trombosis graves, pero poco frecuentes, detectados en algunas personas inoculadas.

La Dirección General de Sanidad danesa considera que existen otras vacunas en el mercado para continuar inmunizando a su población, cuando la situación epidemiológica en el país esta actualmente bajo control, con una incidencia acumulada estable en torno a los 129 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días. Hasta el momento, el grueso de las vacunas administradas en el país corresponden a la vacuna de Pfizer/BioNTech, basada en ARNm, pero no han descartado la posibilidad de volver a utilizarla en el futuro, si la pandemia empeorara poniendo en riesgo al sistema sanitario.

En cualquier caso, la directora de la Agencia del Medicamento danesa, Tanja Erichsen, ha subrayado que están "completamente de acuerdo" con la Agencia Europea del Medicamento (EMA) en que la vacuna de AstraZeneca es "segura y efectiva". Con todo, han justificado la decisión por "perspectivas sociales generales" y han recordado que la decisión final corresponde a cada país.

Casos graves, pero muy poco frecuentes

"Ahora sabemos que hay una posible explicación biológica de que la vacuna de AstraZeneca puede provocar estos casos raros de trombosis", ha explicado en la rueda de prensa el director de la Dirección General de Sanidad, Søren Brostrøm, quien ha aludido a la relación de la vacunación con los síntomas poco frecuentes registrados como una baja cantidad de plaquetas, los coágulos en los vasos sanguíneos y las hemorragias. Para Brostrøm, la evidencia es "suficiente" para tomar la decisión, sin descartar recuperar la vacuna en el futuro si fuera necesario.

Solo una persona ha fallecido en Dinamarca con ese cuadro clínico, aunque se han registrado un par de casos de decesos con síntomas similares que aún no se habían acabado de analizar a finales de marzo.

Las autoridades sanitarias del país han cifrado el riesgo de contraer estos síntomas en 1 entre 40.000, de acuerdo con sus registros sanitarios y el estudio realizado en colaboración con Noruega, el otro país europeo que mantenía suspendida la vacunación con AstraZeneca. No obstante, hasta el momento no han podido reducir a grupos de edad o sexo determinados.

La segunda dosis y más retrasos

Ahora, a cerca de 149.000 personas en Dinamarca que recibieron la primera dosis de AstraZeneca se les ofrecerá otra de las vacunas autorizadas en el país más adelante.

La decisión, tras un mes sin inocular el fármaco, supone también cierto retraso en el calendario de vacunación, que las autoridades sanitarias ya han reajustado: estiman que habrán vacunado a toda la población a principios de agosto, cuando antes lo fechaban para la segunda quincena de julio.

Con la vacuna desarrollada por la Universidad de Oxford junto a la compañía AstraZeneca, basada en un adenovirus de chimpancé, la EMA acabó confirmando un "posible vínculo" con los casos inusuales de coagulación sanguínea con bajas plaquetas detectados en algunas personas que recibieron la vacuna. Según las conclusiones del comité de seguridad (PRAC), "debían incluirse como efectos secundarios muy raros" de la vacuna de AstraZeneca, a partir de "las pruebas disponibles actualmente" y el asesoramiento de un grupo especial de expertos. Por ese carácter inusual, la EMA insistió en que los beneficios son muy superiores a los riesgos de efectos secundarios.

Tras este dictamen de los técnicos europeos, el Gobierno de España y las comunidades autónomas acordaron que las dosis de AstraZeneca se destinarían a personas a mayores de 60 años, donde los trombos son aún menos frecuentes. Otros países como Suecia y Alemania han tomado decisiones en el mismo sentido. Para completar la inmunización de los 2,2 millones de personas que recibieron una dosis y son menores de 60 años, el Gobierno alemán ha acordado igualmente inyectar una dosis de otra vacuna contra la COVID-19.