Investigador en el ARAID: "Nadie habría tomado una aspirina si se hubiesen reportado en tiempo real sus efectos adversos"
- Los expertos insisten en que la vigilancia de las vacunas está funcionando y que todos los fármacos tienen efectos adversos
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La incertidumbre está justificada. Es normal que a muchos ciudadanos les extrañe que de un día para otro se corrijan estrategias de vacunación o se suspenda temporalmente la distribución de una vacuna, pero la realidad es que este proceso es el habitual.
Lo explican los expertos, que recalcan en RNE que el sistema de evaluación de las vacunas contra la COVID-19 está funcionando bien y que es normal, en estos casos, ir dando pasos hacia adelante y hacia atrás en función a las reacciones que se vayan detectando.
Ernesto Estrada, investigador de la Fundación Aragonesa de la Investigación y Desarrollo, cree que el problema es que este proceso de vigilancia se está retransmitiendo minuto a minuto. "Si en siglo XIX hubiésemos tenido los medios de comunicación que tenemos, nadie en la vida se hubiese tomado una aspirina porque se hubiesen reportado en tiempo real hemorragias y úlceras, y en porcentaje muchos más elevados que lo que están apareciendo estos trombos", afirma.
“Nadie en la vida se hubiese tomado una aspirina porque se hubiesen reportado en tiempo real hemorragias y úlceras“
El epidemiólogo Oriol Mitjà apunta a que hay que aprovechar esta expectación mediática para hacer pedagogía y conseguir que los ciudadanos tengan más confianza en las vacunas. "Hay que explicar a la ciudadanía que es posible que aparezcan [efectos adversos] de forma rara y que cuando aparezcan, lo tratarán y lo curarán", sostiene.
Los efectos secundarios de medicamentos comunes
AstraZeneca es la que ha soportado hasta ahora más escrutinio público al detectarse un vínculo entre su administración y casos "muy raros" de trombosis. Algo que ha llevado a países como Dinamarca a tomar este miércoles la drástica decisión de dejar de usarla y sacarla de su calendario de vacunación pese a la que la Agencia Europea del Medicamento ha sido contundente al respecto: la vacuna es "eficaz" y "segura" y los beneficios superan los riesgos.
Si nos fijamos en algunos medicamentos seguros y de uso extendido -como el paracetamol, el nolotil, la aspirina o el ibuprofeno- comprobamos que también tienen efectos secundarios y que, sin embargo, aceptamos que el beneficio de un tratamiento supera al riesgo. En el caso del ibuprofeno, tomarlo en dosis altas se asocia a un mayor riesgo de trombosis arterial.
Los casos generales de trombo reportados tras la vacunación de AstraZeneca son de 0,65 por cada 100.000 vacunados. Con el uso de anticonceptivos orales combinados pueden producirse entre 50 y 120 casos por cada 100.000 mujeres al año. El prospecto de algunos corticoides y antipsicóticos señala que pueden provocar trombos en 1 de cada 100.000 personas
Las vacunas de vector viral son imprescindibles
Se da la circunstancia de que las vacunas AstraZeneca y Janssen son del tipo vector viral. Al contrario que las inyecciones de Pfizer o Moderna (ARN mensajero), estas vacunas utilizan una versión inofensiva de adenovirus para introducir en el organismo un fragmento del coronavirus y producir así una respuesta inmunitaria. La secretaria de la Sociedad Española Epidemiología, Carmen Cámara, sostiene que lo más importante ahora es mejorar la seguridad de este tipo de vacunas porque se antojan imprescindibles para acabar con la pandemia.
"No tenemos vacunas basadas en ARN suficientes para vacunar a la población mundial, ni siquiera para vacunar a la población europea y americana, que parece que es lo único que nos importa a la gente del primer mundo. Va a morir más gente esperando a que esa producción llegue que utilizando esas vacunas", concluye.