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Elecciones Madrid

El papel de las emociones en el 4M: cuando la forma de los mensajes políticos importa más que el fondo

  • La simplificación del mensaje político contribuye a su desvirtualización
  • Los expertos señalan que la mayoría de emociones asociadas a la política son negativas

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Crónica de Madrid - Mensajes políticos: cuando las formas importan más que el fondo

No podemos comprender la vida sin las emociones. Nuestro humor y estado de ánimo juegan un papel fundamental en nuestro día a día y condicionan desde la ropa que elegimos para vestirnos hasta qué música escuchamos cuando volvemos del trabajo. Pensamos que el raciocinio se impone en las decisiones más importantes, pero no siempre suele ser así. Los científicos lo saben, los publicistas lo saben y los políticos también.

La Comunidad de Madrid decidirá el próximo 4 de mayo en las urnas quién será el presidente de la Comunidad Autónoma para la próxima legislatura. A pesar de que la campaña no comienza oficialmente hasta el sábado 17, la previa está siendo particularmente intensa tanto en el contenido de los mensajes como en la forma de los mismos, algo cada vez más recurrente en la política actual. En este contexto, el informativo Crónica de Madrid de Radio Nacional ha buscado comprender más en profundidad cómo nuestras emociones influyen a la hora de decidir un resultado electoral.

"Milan Kundera, autor de La insoportable levedad del ser, llega a describirnos ya no como el Homo sapiens sapiens, sino como el Homo sentimentalis", resume Toni Aira, profesor de Comunicación Política en la Universidad Pompeu Fabra al ser preguntado por esta cuestión. El comunicador catalán cree que actualmente se da la paradoja de ser "las generaciones que más acceso han tenido a la formación y a la formación" y que, pese a ello, somos mucho más sensibles a que apelen a nuestros sentimientos: "Nos hemos ido acostumbrando a consumir mensajes a través del audiovisual, de la publicidad… y la política ha trasladado sus mensajes a estos formatos, que giran en torno a tres señas de identidad: la personalización, la simplificación y la búsqueda del impacto emocional".

Aira ha publicado en los últimos meses el libro 'La política de las emociones: Cómo los sentimientos gobiernan el mundo' (Arpa editores), obra que aborda esta y otras cuestiones como la superficialidad de los mensajes políticos: "Cuando vivimos en una sociedad en la que el sentimiento se impone y con una política que se piensa estratégica y tácticamente desde esa perspectiva, el fondo de la cuestión queda en un cierto segundo plano". Asimismo, el autor barcelonés explica cómo las redes sociales han tenido un papel fundamental a la hora de hiperemocionalizar el discurso político: "Son plataformas que incentivan el no dejar indiferente; lo amas o lo odias. "Nunca en la historia ese imperativo de emocionar y gustar se había manifestado de manera tan sistemática en tantos ámbitos de la vida", añade Aira.

"Vivimos en una sociedad en la que el sentimiento se impone y con una política que se piensa estratégica y tácticamente desde esa perspectiva"

Por su parte, Martín Sánchez-Gómez, profesor de Psicología Social de la Universitat Jaume I, opina que esta forma de hacer discurso contribuye a la desvirtualización del mensaje y a conseguir que las cuestiones de calado queden en un segundo lugar, favoreciendo la retención de ideas mucho más sencillas y superficiales. "Por desgracia, la mayoría de las emociones asociadas a la política son negativas cuando debería ser algo que nos debería ayudar a mejorar como sociedad", explica Sánchez-Gómez, "Nos encontramos con personas que buscan políticos que den el mínimo problema posible y que les muestren medidas sencillas, que a su vez llevan a mensajes sencillos y ayudan a la polarización grupal".

La simplificación del mensaje no atrae a los jóvenes

Alrededor de 135.000 jóvenes votarán por primera vez en los comicios del 4 mayo, un grupo de edad que cada vez recibe más mensajes específicamente diseñados para apelarlos directamente. "El negativismo de las consignas unido a su poca experiencia y al poco interés general en la política quizá redunde en su alejamiento", expone Antón R. Castromil, profesor en la Sección Departamental de Sociología Aplicada en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid. "Es la versión más mamporrista de la política y les afecta".

"La mayoría de las emociones asociadas a la política son negativas cuando debería ser algo que nos debería ayudar a mejorar como sociedad"

Félix Moral, técnico de investigación del Centro de Investigaciones Sociológicas, opina que el voto joven no será decisivo a la hora de decantar los resultados electorales por una mera cuestión numérica: "Hay más de 1.200.000 votantes que tienen más de 65 años; es decir, por cada nuevo votante hay diez electores de más de 65 años". "Tampoco podemos hablar de "voto juvenil" porque como cualquier otro grupo son sumamente heterogéneo: de clase alta o baja, trabajadores o desempleados…", añade.

Crónica de Madrid - 135.000 jóvenes votarán por primera vez en las elecciones del 4M - Escuchar ahora

Sin embargo, independientemente de su grupo de edad, el profesor de Psicología de la UJI Martín Sánchez-Gómez cree que los ciudadanos tendemos a darle menos peso a las propuestas de los candidatos que a los candidatos en sí. "Al fin y al cabo vamos a tomar una decisión de vital importancia para nuestro Estado o Comunidad", argumenta, "y nuestras emociones juegan un papel más importante, al contrario de lo que podemos pensar, y nos dejamos llevar por ellas, por el momento y por la persona en la que vamos a confiar nuestro voto".