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Crisis migratoria

El final de un trágico viaje

  • Eléne Habiba perdió la vida cuando ya había conseguido llegar a Gran Canaria
  • Su madre le dio el último adiós mientras la enterraban en el cementerio de San Lázaro

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Sus sueños acabaron en Gran Canaria tras una complicada travesía

Eléne Habiba, la niña maliense de 2 años que llegó a Gran Canaria hace unas semanas al borde de la muerte y que, pese a los intentos de reanimación, no consiguió sobrevivir,  recibió sepultura en el cementerio de San Lázaro es Las Palmas de Gran Canaria, bajo un montoncito de tierra y piedras, sin una lápida que lleve su nombre, por deseo de su madre y para cumplir con la tradición que establece su fe.

En el interior de un coche fúnebre y dentro de un pequeño ataúd blanco estaba el cuerpo de la niña que nos hizo estremecer hace solo unas semanas, tumbada en el muelle de Arguinegín mientras los servicios de emergencia intentaban reanimarla.

Tras el coche su madre, Massa, vestida de luto de la cabeza a los pies, acompañada por un puñado de personas procedentes de la Federación de Asociaciones Africanas en Canarias (FAAC), la comunidad maliense en las islas y la Cruz Blanca, la organización franciscana que la ha acogido desde que se sobrepuso al viaje.

La mirada triste daba cuenta del dolor sufrido desde que saliese de su país intentando buscar una vida mejor. Ahora la hija de 13 años que también viajaba en la patera y logró sobrevivir y ella, probablemente sean trasladadas a la Península al ser personas vulnerables.

El entierro de Eléne Habiba se ha demorado unas semanas por múltiples causas. Primero, tenía que autorizarlo un juez y, segundo, Massa y la comunidad africana querían que se hiciese lo más cercano posible al rito musulmán. No querían un nicho para la niña, Querían que descansase en la tierra a donde llegó, pero "en la tierra", algo que finalmente hizo posible la Comunidad Musulmana en las islas.