Los peligros de las bebidas energéticas
- Su alto contenido en cafeína y azúcar puede ser peligroso
- Los afectados hablan: “Consumir en exceso me ha traído problemas de vejiga”
Todo empezó cuando empezó a morder los dientes durante la noche, lo que se conoce como bruxismo. Un rechinar de dientes continuado. A Óscar se lo advirtió su novia una noche porque era "demasiado exagerado", pero él no conseguía descubrir lo que le pasaba. Enseguida relacionó su alto consumo de bebidas energéticas con sus problemas de salud y decidió seguir el método empírico: según comenzó a descender su consumo, el rechinar de dientes paró.
Años más tarde, Óscar acudió al médico por problemas urinarios y el médico confirmó lo que él mismo había deducido años antes: el consumo excesivo de bebidas energéticas Hoy, Óscar recuerda esos episodios con la experiencia que le otorga haber sido consumidor habitual de estos productos: “Llegué a un momento de tolerancia en el que me las tomaba antes de ir a dormir y no me hacía ningún efecto. Me las tomaba por las mañanas de camino al trabajo”. Nuestra compañera y doctora en farmacia, Marián García analiza la composición de estas bebidas en La Hora De La 1.
Niveles peligrosos de cafeína y azúcar
Podemos encontrarlas en cualquier gran superficie, con tamaños que van desde los 250 mililitros al medio litro (500 mililitros). El problema reside en saber qué lleva cada lata que nos llevamos a la boca. Según Marián García, lo peligroso de este tipo de bebidas es la cantidad de cafeína y azúcar que contienen: “Una lata de bebida energética contiene el equivalente a dos tazas de café”, afirma la doctora, “además, las dosis de cafeína han bajado. En los años 90, era mucho mayor”. La cantidad segura de cafeína al día es de aproximadamente unos 400 miligramos “algo que superamos en cuanto nos tomamos dos latas de estas bebidas”, detalla García.
La cantidad de azúcar que llevan estos productos es otro de los inconvenientes que se esconden detrás de un llamativo envase. “Una lata puede llevar hasta 75 gramos de azúcar por lata, unos 15 terrones”, explica García al mismo tiempo que recuerda que “la cantidad de azúcar que se debe ingerir según la Organización Mundial de la Salud es de 25 gramos”. Cada lata aportaría el triple de azúcar de lo que necesita un adulto en un día.
No es la primera vez que el consumo de este tipo de bebidas salta a la palestra. La Universidad de Miami publicó un estudio en la revista ‘Pediatrics’ en la que advertía de que el exceso de cafeína podría provocar en niños y adolescentes palpitaciones, ataques, ictus o incluso la muerte súbita. Según la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), el 68 % de los adolescentes (10 a 18 años) de la UE las consumen. Entre ellos, el 12 % presenta un consumo "crónico alto" de 7 litros al mes, y otro 12 % un consumo "agudo alto".