Vigilancia, prevención y control: claves de la nueva ley europea de sanidad animal para evitar futuras pandemias
- La respuesta rápida ante un brote y su control son algunas de las prioridades así como la creación de una legislación compartida
- Se establece una lista de enfermedades animales que será obligatorio notificar a la UE y al resto de Estados miembro
El nuevo Reglamento de sanidad animal se aplica desde este miércoles en toda la Unión Europea (UE). El objetivo de esta norma es garantizar un sistema único con el que controlar las enfermedades en las explotaciones ganaderas y evitar el traspaso de virus a los seres humanos.
En un momento en el que el control de las pandemias como la del coronavirus está al orden del día, este tipo de legislaciones pueden contribuir a mejorar la bioprotección de todos. En los últimos años, el comercio de productos animales no ha hecho más que crecer en Europa. Solo en 2020, España ha exportado más de 4 millones y medio de toneladas entre carne, leche, piensos o pieles. Una cifra que crece año tras año.
Estos productos pueden portar enfermedades y causar daños en la salud pública. Asimismo, el comercio de animales vivos puede suponer un punto de entrada de nuevas enfermedades teniendo en cuenta el mercado que existe también con países terceros. Por eso, el Consejo de Agricultura y Pesca de la Unión Europea pactó en 2016 unos puntos comunes para estandarizar la norma, facilitar el comercio y aumentar el control sanitario.
Aumento de la prevención de brotes y contagios
El nuevo reglamento hace hincapié en el sistema de prevención de enfermedades que pueden pasar de animales a humanos. La Unión Europea ha aprendido de los problemas que puede generar en la salud y en la economía mundial la propagación de una enfermedad en un animal, como en el caso de la gripe aviar.
La legislación contempla una lista de enfermedades, como la fiebre Aftosa o la peste bovina, que es obligatorio notificar a las autoridades sanitarias en caso de que se detecte en una granja o en algún animal. Asimismo, se deben facilitar los datos de la especie o el lugar donde ha surgido el brote al resto de miembros europeos para que el problema no se extienda a otras fronteras.
La vacunación en animales es otra de las prioridades que se establece, con especial énfasis en el caso de animales que vayan a ser transportados vivos a otros países. Del mismo modo se establecen planes de contingencia como las cuarentenas o el sacrificio si el riesgo es elevado, como el caso de los visones de Aragón contagiados de coronavirus.
En los últimos años, la resistencia a los antibióticos en animales ha ido en aumento por un abuso en su administración, según la Unión Europea. Esto puede suponer un problema para el ser humano si consume un producto derivado de un animal con resistencia a un medicamento, ya que puede generarla a su vez. Por ello se establece un plan de acción que evaluará cuándo se deberá combatir una infección con antibiótico.
Un papel claro para cada eslabón de la cadena
A partir de ahora, la burocracia se reducirá y la legislación será más accesible gracias a un intercambio de datos digitales entre los Estados miembro, según el texto de la nueva norma. No obstante, se ha dejado margen a cada país de aplicar cierta flexibilidad a las normas para adaptarlas a las circunstancias locales que puedan existir en cada país o a cambios climáticos.
Por otra parte, las responsabilidades de cada agente que interviene en el proceso de cría, control y comercio de animales estarán más acotadas. La Unión Europea persigue que todos sean partícipes de la bioprotección animal a la par que facilita la expedición de sanciones en caso de negligencia.
Los dueños de explotaciones o trabajadores con animales deben tener conocimiento mínimo de sanidad animal y control. Los veterinarios tomarán medidas para garantizar la detección temprana de enfermedades y fomentar la concienciación entre sanidad animal, bienestar animal y salud humana.
Los Estados miembros deben garantizar que se cumpla este Reglamento europeo. Del mismo modo, serán los encargados de facilitar personal cualificado, recursos financieros y avisar a la Unión Europea y a los estados de un nuevo brote de enfermedad, el tipo, al animal al que afecta y la zona donde se ha detectado.
Aunque la nueva legislación abarca las enfermedades de todos los animales en cautividad, los salvajes y especies acuáticas, no establece más criterios para los domésticos que el pasaporte europeo que ya es necesario. Además, este Reglamento europeo no abarca directamente el bienestar animal, aunque se reconoce y se tiene en cuenta la relación entre la salud de los animales y su bienestar al considerar el impacto de la enfermedad.