Villahermosa del Río: el pueblo de las manzanas
- El pueblo produce su propia electricidad y se caracteriza por el consumo y venta de frutas, verduras, carne y hasta pescado
- La trucha rellena de jamón ibérico es un plato de obligada degustación
- Su entorno privilegiado es perfecto para rutas senderistas en barrancos y montañas
- Puedes ver el reportaje en Agrosfera y los sábados a las 10 horas en La 2 de TVE
Romanos, musulmanes, cristianos, varias civilizaciones han dejado su huella en Villahermosa del Río, un municipio de la provincia de Castellón, en Valencia y cuyo término municipal limita con Teruel. Amurallada en la Edad media, aún mantiene en pie algunos vestigios de esa época. Paseando por el pueblo podemos ver los restos de la muralla y aun en pie, gracias a su restauración, la torre Pórtico de la fortaleza. Antaño tenía un puente levadizo que servía de acceso a la población.
La carta poblacional
El pueblo perteneció al rey Zeyt abu Zeyt, el último gobernador almohade de Valencia, quién otorgó la carta puebla a esta villa, en 1242, 10 años después de convertirse al cristianismo. Por aquel entonces el pueblo tenía unas 800 casas.
En esa época, surgen iglesias y ermitas de reconquista, como la de San Antonio Abad de finales del siglo XIII principios del XIX. Alberga en su interior un tesoro que, durante años permaneció oculto tras una pintura azulada: se trata de las pinturas murales de finales del siglo XV, principios del XVI. Rosi Torres, una de las informadoras turísticas locales, nos cuenta que se sabía que habían existido por la documentación, pero no se veían.
“Se cree, que puede haber más pinturas y con el tiempo se intentarán sacar y restaurar todas las pinturas que hay en esta ermita“
Al descubierto ha quedado tras un difícil trabajo de restauración un mural en la que se reconoce, por las iconografías que les acompañan, a San Cristóbal y San Sebastián. "Se cree, que puede haber más pinturas y con el tiempo se intentarán sacar y restaurar todas las pinturas que hay en esta ermita", nos dice Rosi.
El pueblo de las manzanas
Conocido como "el pueblo de las manzanas", hace 70 años este fruto fue una de las principales fuentes de ingresos para muchas familias. Su aroma se percibía por todas las calles de Villahermosa. Agua, clima y altitud, 700 metros sobre el nivel del mar, dieron a sus manzanas características inconfundibles. Hasta 1965 había una docena de variedades, pero la emigración provocó la pérdida de algunas.
Luis Rubio, el presidente de la Asociación para la conservación del medio Natural de Villahermosa de Río, nos cuenta como han recuperado cuatro variedades autóctonas. Hortolana, del Jesús, Morro de liebre y Espedriega. Con la primavera, no vemos el fruto, pero sí los manzanos en flor. Luis nos dice, que antes había árboles gigantescos, que llegaron algunos manzanos a tener mil kilos de manzanas.
“Queremos hacer una explotación comercial para que la gente pueda vivir en el mundo rural, pueda vivir de sus productos“
Para recuperarlos, ahora usas nuevas técnicas. Una plantación en espaldera con distintos pies y con injertos de los árboles que los mayores cultivaban en algunas huertas.
Ahora la idea nos dice Luis, es además de la recuperación de estos frutos de diferenciadores y de gran calidad que ya no se comercializaban: “Queremos hacer una explotación comercial para que la gente pueda vivir en el mundo rural, pueda vivir de sus productos”, un ingreso extra para los más jóvenes.
Más que manzanas
En este pueblo, casi autosuficiente, se cultivan y crían otros productos y consiguen un exquisito vino, “Barranco del magro”. Sale de los viñedos de Gilberto Albella, un viticultor aficionado en sus comienzos. Dedicó toda su vida al comercio textil, vino al pueblo de su mujer y de manera autodidacta plantó viñas en unos terrenos que su suegro tenía abandonados y llenos de maleza. Ahora, ya jubilado, cuida con mimo sus cultivos de Cavernet Suvignon, Syrah y Garnacha tintorera.
“Aquí todas las manzanas, todas las verduras, las cerezas, todo sale muy bien, muy bien, muy bien“
"Sin tener ni idea, me puse a leer mucho y eso y hasta que he conseguido hacer un vinito muy aceptable y muy bueno, la última añada que es la del 2017 he embotellado 8.000 botellas. Aquí todas las manzanas, todas las verduras, las cerezas, todo sale muy bien, muy bien, muy bien", cuenta Albella.
Pero también la zona da excelentes productos cárnicos. La familia Flor cuida el proceso de crianza de sus animales en todo momento frente al Penyagolosa, el pico más alto de la provincia de Castellón. Un negocio que ya va por la cuarta generación y que no para de crecer nos cuenta, José Flor: "Los orígenes de embutidos Flor se encuentra aquí: empezaron nuestros abuelos, luego nuestros padres y ahora somos nosotros los hijos los que llevamos el negocio, nuestros abuelos empezaron con 4 o 5 cerditas, la granja muy pequeñita, luego la fábrica de embutidos, la pequeña tienda de aquí, poquito a poco fuimos creciendo y ahora ya hemos ampliado nuestras instalaciones y ya estamos en muchos puntos de lo que es la provincia de Castellón".
Un entorno privilegiado
Villahermosa está rodeada de Cascadas, manantiales, barrancos. Naturaleza en estado puro de la que se puede disfrutar a través de diferentes rutas senderistas. Siguiendo la de la Tosca, llegamos a un salto de agua donde el curso de la naturaleza ha moldeado a su antojo la roca calcárea dando lugar diversas formaciones geológicas. Era una zona inaccesible y el ayuntamiento la habilitó hace dos años.
Nada más llegar vemos una poza verde esmeralda y al adentrarnos en la cueva que ha formado la erosión del agua, vemos la cascada en todo su esplendor. Andrea Martínez, la informadora turística que nos acompañó en esta ocasión, nos contaba que la piedra caliza que allí vemos se usó en otros tiempos para hacer hornos y también para limpiar la piel a los cerdos tras la matanza.
“Gente mayor que vivía cerca de esta zona nos cuentan que durante la Guerra Civil utilizaron eta cueva de refugio para poder estar a salvo“
Otra de las rutas que podemos hacer es la del Barranco Magro. Que nos conduce siguiendo el curso del río hasta el puente Romano. Para hacer esta ruta hay que tener en cuenta que es una zona inundable y resbaladiza. "La gente cuando oye barranco lo asimila con hacer barranquismo, no tiene nada que ver, es un antiguo barranco donde también se puede observar en las paredes marcas de la erosión del agua y en el suelo la propia agua ha ido formando como canaleras y por ahí deriva y se une con el río Villahermosa", nos cuenta Andrea.
Trucha autóctona
Durante años el río Villahermosa ha sido un hábitat perfecto para la trucha. Aguas claras, frías y ricas en oxígeno. Sin embargo, la escasez de precipitaciones en el área mediterránea ha mermado las poblaciones de trucha común. Para recuperar esta especie autóctona, en 2012 crearon un centro de reproducción de salmónidos.
"Hemos conseguido con un proceso delicado recuperar esa trucha no solo para repoblar nuestro río sino que hemos conseguido llevarlo a otros ríos", nos cuenta Rosi Torres, nuestra guía local, también en este enclave.
A finales de año, se empieza con el proceso de desove de la trucha de manera manual, se saca el huevo de la hembra, y el semen del macho, tiene que estar mezclado durante tres minutos exactos, es importante este tiempo porque es el correcto. Cuando nacen están tapadas y no salen a las cubetas exteriores hasta que tienen unos 3 o 4 centímetros.
En la laguna que hay en la piscifactoría se puede practicar pesca recreativa y en breve estará abierta un aula de educación ambiental para explicar, entre otras cosas todo el proceso de la cría de truchas en la piscifactoría.
Gastronomía local
Fruta, verdura, carne, pescado... La amplia gama de productos para elaborar un exquisito plato muy apreciado en esta zona. Truchas rellenas de jamón ibérico que podemos degustar en el Hostal Restaurante Ruta de Aragón de la mano de Juan Benage.
"Es un plato de aquí unas truchas que se crían aquí, muy buenas por cierto y las vamos a hacer al horno rellenas con jamón ibérico, un platito sencillo, pero buenísimo", nos explica Juan, mientras nos en la cocina nos muestra cómo las elabora.
"Le vamos a poner un poquito de jamón dentro, limón, vino blanco un poquito, le queda el aceite de oliva. Ahora ya nos las llevamos al horno unos 30 o 35 minutos a 170 grados", reza su receta.
Donde alojarnos
Para rematar nuestro viaje buscamos un alojamiento, en el que no perdemos de vista el contacto con la naturaleza, "Mar de la Carrasca".
“Hay muchos valores de la naturaleza que este tipo de arquitectura da, materias naturales, formas muy relacionadas con la naturaleza... “
Y encontramos una antigua masía, en plena montaña, de la que Alberto, su cocreador, se enamoró cuando visitó está zona por primera vez. La compró para convertirla en su estudio de pintura, pero la necesidad de conseguir dinero le llevo a crear un proyecto de turismo rural, donde ha cuidado al máximo cada detalle para que desconectes de la rutina y el estrés y conectes con la naturaleza.
"Silencio, yoga, una alimentación de nuestro huerto y un espacio arquitectónico que creo que armoniza con el espacio natural en que vivimos. Hay muchos valores de la naturaleza que este tipo de arquitectura da, materias naturales, formas muy relacionadas con la naturaleza, que generan un espacio muy acorde con la naturaleza", detalla Alberto.
Un pueblo autosuficiente
Villahermosa del Río, un pueblo autosuficiente, sin paro, capaz de generar su propia electricidad, de aunar tradición y modernidad, de reinventarse creando nuevos trabajos como la fábrica de "pelets" en la que transforman los recursos que les da la naturaleza. Un entorno privilegiado entre los valles de los ríos Carbo y Villahermosa para disfrutar con todos los sentidos.