El "giro de guion" de la izquierda madrileña este 4M: de las "luchas intestinas" a un frente común contra el "odio"
- Los partidos plantean las elecciones como una cuestión democrática frente a la "ultraderecha" de Vox
- En lugar de enfrentarse, llaman a la movilización para tener opciones de sumar el 4M tras 25 años de derrotas
- Comparador de programas electorales de las elecciones en Madrid 2021 | Diario de Campaña | Conoce a los candidatos
La eterna división de la izquierda que se pelea, se fagocita o se divide en Madrid ha quedado aparcada por completo estas elecciones del 4M. La buena sintonía entre PSOE, Más Madrid y Unidas Podemos lleva siendo la tónica habitual en la campaña, salvo por las reticencias iniciales y ya extintas del candidato socialista, Ángel Gabilondo, a pactar con Pablo Iglesias (UP). Pero las amenazas de muerte a Iglesias y la actitud desafiante de Vox, que las pone en cuestión y las utiliza para atacar al candidato morado, han sido un punto de inflexión que ha hermanado a los tres partidos en unas elecciones planteadas en términos de democracia frente al “odio” y la “ultraderecha”.
Este viernes, la izquierda en bloque dijo ‘basta’ y se plantó ante Vox. Iglesias había abandonado nada más empezar el segundo -y ya último- debate electoral ante una Rocío Monasterio (Vox) que se negó a retractarse de poner en cuestión las amenazas con casquillos de bala que Iglesias, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska y la directora general de la Guardia Civil, María Gámez habían recibido, que insultaba y que instaba a Iglesias a marcharse “del plató y de la política”. Gabilondo y la candidata de Más Madrid, Mónica García, aguantaron un poco más pero decidieron marcharse en solidaridad con “una persona amenazada” y contra “el odio” y precipitaron el final del encuentro. Ninguno de los tres candidatos de izquierda está dispuesto a debatir más con Vox mientras no condene con claridad estas amenazas, por lo que no habrá más debates electorales.
“Esto ha cambiado el marco no solo en la izquierda, sino en la propia campaña”, que ahora se plantea “en una cuestión de calidad democrática”, explica a RTVE.es el politólogo Edu Bayón. “Esta radicalidad que está presentando Vox puede arañar votos al PP, pero va a hacer que la izquierda se movilice mucho más y les puede beneficiar si sirve de revulsivo”, añade.
Todos los mítines de PSOE, Más Madrid y Unidas Podemos desde el viernes por la tarde lo han dejado claro. Este mismo sábado, tanto Gabilondo como Iglesias han planteado estas elecciones en términos de elegir entre "democracia" y "fascismo", advirtiendo el primero de que en Madrid hay "un problema de democracia" tras lo ocurrido y el segundo de que ésta "está en peligro". “Esta ultraderecha es incompatible con la democracia”, coincide por su parte Mónica García, que ha pedido este sábado aprovechar la "oportunidad de oro" de desalojar del Gobierno al PP, y ha ofrecido "más democracia" y "más fraternidad" ante "su odio" y "su violencia".
Gabilondo deja de mirar a Cs y lo cambia por Unidas Podemos
Sin embargo, ya antes de las amenazas la campaña se estaba dando de forma bastante amable entre PSOE, Más Madrid y Unidas Podemos. Nada que ver con las autonómicas de 2019, cuando Unidas Podemos y Más Madrid competían por el mismo espacio político tras la ruptura entre Iglesias y Errejón, con la candidatura de Manuela Carmena de por medio en las municipales, y el PSOE insistía en erigirse como la verdadera izquierda frente a ambos.
Esta vez, la buena sintonía entre los tres partidos se vio claramente en el primer debate del pasado miércoles, con un frente común muy duro contra PP y Vox y sin un solo reproche entre ellos, pese a que puede haber trasvase de electorado entre unos y otros este 4M. Claves fueron las palabras de Gabilondo, quien cambió su “con este Iglesias no” -su rechazo a pactar con el líder morado por su “radicalidad”- a “Pablo, tenemos 12 días para ganar las elecciones”.
Gabilondo ha dejado de lado su apuesta a pactar con Ciudadanos, a quien ninguna encuesta otorga representación en la Asamblea tras el 4M, y ahora está centrado en sumar con Más Madrid y Unidas Podemos. La explicación, según Bayón, es que “había intentado captar votantes moderados, sobre todo de Ciudadanos, pero estaba siendo estéril. Los datos del CIS del jueves reflejan que más del 50% de votantes de Cs se van al PP y solo un 5% al PSOE, mientras que el Partido Socialista tenía riesgo de perder votantes por la izquierda, sobre todo yéndose a Más Madrid”.
Pero incluso el “con este Iglesias no” de Gabilondo durante los primeros días de campaña no alcanza a la “beligerancia” con la que la izquierda se ha atacado entre sí históricamente en Madrid, explica a RTVE.es la directora de la Escuela de Gobierno de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), Paloma Román Marugán. Desde que arrancó la campaña el pasado sábado 17 de abril, “el enfoque es completamente distinto al de otras elecciones” en Madrid donde “siempre ha habido luchas intestinas” en la izquierda que han debilitado a sus partidos frente “al bloque común de la derecha”.
De hecho, el principal discurso de PSOE, Más Madrid y Unidas Podemos en toda la campaña ha sido el de llamar a la movilización -la abstención es otro de los grandes enemigos de la izquierda- para combatir un posible Gobierno entre PP y Vox, sin entrar a atacarse entre ellos. Incluso sus lemas de campaña instan al voto. “Estamos viendo un giro de guion en la izquierda madrileña que puede crear unas expectativas de triunfo más plausibles que hace un mes”, añade Marugán.
“Hay un pacto claro de no agresión e incluso estrategias que convergen en la misma dirección”, coincide Bayón, para quien lo importante no es quién saque más votos sino que “es una cuestión de que sume o no el bloque entero y se saque a Ayuso en la Puerta del Sol”. “Es una campaña bastante distinta a las que estábamos acostumbrados”, añade.
La clave de la movilización en un Madrid espinoso para la izquierda
¿Realmente puede ganar la izquierda en bloque este 4M? El CIS ‘flash’ del pasado jueves acerca al bloque de PSOE, Más Madrid y Unidas Podemos a la mayoría absoluta en un escenario electoral muy reñido. Sin embargo, el promedio de las encuestas da una clara ventaja con mayoría absoluta al bloque PP-Vox.
Lo cierto es que Madrid ha sido siempre para la izquierda un territorio estéril. En 25 años, el bloque progresista solo ha superado en votos al conservador en cinco de 24 elecciones: las municipales de 1999 y 2003, las autonómicas de mayo de 2003 y 2015 y las generales de 2004. Pero ni siquiera pudo gobernar en Madrid tras ambas victorias en las autonómicas. El famoso ‘tamayazo’ hizo tropezar a la izquierda en 2003 y acabó gobernando el PP y, en 2015, la caída de Izquierda Unidas por debajo de la barrera del 5% les dejó sin escaños para sumar una mayoría.
Para Marugán, el motivo de los sucesivos fracasos en el bloque de la izquierda se da, por un lado, porque hasta ahora siempre había existido “una lucha mayor entre los propios partidos de izquierdas” que “con el bloque antagonista, que tenía que ser la derecha”. Por otro lado, porque “los liderazgos que se han presentado en la Comunidad no han sido suficientemente fuertes para cambiar esa tendencia, no han sido suficientemente atractivos para el electorado de izquierdas”.
Pero, sobre todo, por la alta abstención en este electorado de izquierdas, que entre otras cuestiones se ha visto influida por lo anteriormente mencionado. “La izquierda tiende a movilizarse menos que la derecha porque plantea un voto más reflexivo sobre lo que ha pasado o por qué, con una posición más crítica respecto a otros partidos que a veces le viene fatal”, considera Marugán. Bayón cree también que el electorado “se moviliza o participa menos” donde hay rentas más bajas y menor nivel educativo.
El politólogo considera que no se trata de que haya “más gente de derechas” que de izquierdas en la Comunidad de Madrid. “La derecha solo gana normalmente en el 30% del territorio, pero allí donde la izquierda gana habitualmente, la participación suele ser un 20 o un 25% menor que la media de toda la región”, expone. Además, “se da el hecho de que la izquierda, en los feudos de la derecha, saca muchos menos votos en comparación con lo que saca la derecha en los feudos de izquierda”.
Por todo ello, los dos politólogos ven “clave” la movilización para que la izquierda pueda tener una posibilidad de imponerse a la derecha.