La explosiva campaña del 4M llega a su ecuador en medio de la polarización con el debate "democracia" o "fascismo"
- El conflicto entre Iglesias y Monasterio se traduce en una unión sin precendentes en la izquierda madrileña
- El PP trata de no dar alas al incidente en el debate y Vox endurece su discurso con ataques a PP y Podemos
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Todo lo que rodea a las elecciones del 4M está resultando explosivo y abrupto: su propia convocatoria, deseada por Isabel Díaz Ayuso pero que pilló a muchos con el pie cambiado, sus candidatos 'estrella' y la movilización absoluta de todos los partidos en estos comicios clave en la política española. La campaña no iba a ser menos explosiva y este domingo ha llegado a su ecuador con algunas estrategias que parecen consolidarse tras el punto de inflexión que supuso el debate del pasado viernes que reventó la campaña por completo, y le dio un giro absoluto, con unos candidatos que ya no se verán las caras en ningún debate pero que siguen en la carretera.
Quedan aún siete días de campaña en los que parece puede pasar de todo y que serán decisivos para la cita del martes 4M, que todos los partidos plantean como un batalla que va mucho más allá de los límites de Madrid. Mucho más lejos. Está servida la pugna entre bloques y una batalla ideológica que va 'in crescendo' día a día y que supera la dicotomía izquierda/derecha para dar a elegir al elector entre la "democracia" o el "fascismo", según sostiene el bloque de la izquierda.
Un bloque que mantiene este mantra mitin tras mitin y llama a la "unión frente al fascismo", alertando de un Gobierno del PP con Vox en la región. Por su parte, la candidata del PP, subida a la ola de las encuestas, insiste en que no va a entrar en los "circos" y "guerras" de otros y sigue haciendo bandera de su "libertad", aunque, eso sí, el PP mira ya de reojo cómo el episodio vivido en el debate entre Iglesias y la candidata de Vox, Rocío Monasterio, y la inesperada unión y sintonía total de la izquierda plantada ante Vox, pueda suponer una movilización en un frente siempre desmotivado en Madrid. Vox sigue atizando con dureza a todos, erigiéndose como "el único partido que no se somete" y tratando de ganar terreno a Ayuso; y Ciudadanos busca, como puede, levantar un espacio de centralidad en medio de una batalla que se polariza más a cada paso de la campaña.
Cero ataques entre los partidos de izquierdas, por tanto, en estos últimos días, frente a un bloque conservador, que se presenta menos compacto, sobre todo por los dardos de Vox al PP.
Las próximas horas las encuestas mostrarán el reflejo del terremoto vivido en los últimos días de campaña en la intención de voto y cómo afectará a una movilización, a la que los dos frentes- derecha e izquierda- llaman sin cesar, planteando estos comicios como trascendentes para Madrid, pero no solo. Para todos los partidos, y desde muy diferentes prismas y enfoques, está en juego la "libertad", entendida esta de forma más que diversa por los candidatos.
La izquierda llama a "levantarse" contra el "fascismo"
La izquierda ha hecho de la necesidad, virtud, y ha convertido el desagradable episodio del debate del viernes, en el que Monasterio se negó a retractarse de haber puesto en duda las cartas amenazantes recibidas por Iglesias, el ministro de Interior, Fernando Grande Marlaska, y la directora de la Guardia Civil, María Gámez, en una oportunidad para unirse y plantear estos comicios como un 'o ellos o nosotros'. Ángel Gabilondo (PSOE), Mónica García (Más Madrid) y Pablo Iglesias (Unidas Podemos) piden a los madrileños elegir entre "democracia" y "fascismo" y no hay roce alguno entre ellos en sus mítines aunque cada uno se erige, claro está, como el partido que puede vencer el avance de la "ultraderecha" en Madrid.
El propio presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, muy duro en el mitin de este domingo, ha llamado a los "socialistas" pero también a "todos los demócratas" a "levantarse y frenar la amenaza extremista de la ultraderecha". "Vox es una amenaza para la democracia", ha clamado el líder del PSOE, citando a los amenazados y sin media crítica a quien fuera su vicepresidente en el Gobierno. "Los seguidores del asalto al Capitolio están muy cerca, a pocos metros", ha lamentado Sánchez.
En su línea se ha mostrado Gabilondo, que ha endurecido su tono sosegado en campaña y para quien "o se está con el fascismo o contra él" y que ha pedido convertir Madrid en una "muralla al fascismo". El candidato socialista dio un giro que refuerza día a día y si en precampaña había renegado de Iglesias por su "extremismo y radicalismo", ahora el objetivo claro es un frente común con él y con García para evitar un "Gobierno de Colón" en la Comunidad de Madrid. El "Pablo, tenemos doce días para ganar" del primer debate, que ya marcó un antes y un después en el bloque de la izquierda, se consolida y parece que Gabilondo ha olvidado, quizá por imposible, mirar a Cs para una posible coalición que saque a Ayuso de la Puerta del Sol.
Por su parte, en los mítines de Unidos Podemos se corea el lema "el pueblo unido, jamás será vencido" mientras Iglesias clama de nuevo su "alerta antifascista" y suena de fondo el 'Bella ciao'. Insiste en destacar como una "gran lección" el rechazo unánime de la izquierda a Vox: "No se puede consentir que cuando se producen amenazas de muerte los líderes de la ultraderecha digan que es mentira." Para el candidato 'morado' Vox no es más que una "escisión del PP" y ha ido más allá este domingo diciendo que los "25 años de gobiernos del PP se han fundamentado en la destrucción de las bases materiales de la democracia".
"Frente al fascismo, democracia, democracia, democracia. Contra el fascismo y su violencia, ahora y siempre resistencia", ha insistido, en un discurso en el que ha vuelto a llamar a esa "mayoría social que no quiere que los fascistas gobiernen con el PP". "Si la gente sale a votar les vamos a ganar", ha augurado.
Y también la candidata de Más Madrid a las elecciones autonómicas, Mónica García, se ha unido a los lemas de Gabilondo e Iglesias y ha pedido el voto contra "el odio y la intolerancia", y como cada día, ha vuelto a preguntar a Ayuso si "aspira a gobernar" con quien "pone en duda cartas amenazantes". "¿Que te llamen fascista es estar del lado bueno de la historia?", le ha espetado.
El PP sigue su "camino" y trata de alejarse del "circo"
En el momento hasta ahora 'estrella' de la campaña, el debate de la Ser, Ayuso no estaba presente- decidió que solo iría al de Telemadrid- así que ha tratado de alejarse del "circo" y el "ruido" derivado de ese encuentro, tal y como dijeron este sábado tanto la candidata como el líder del PP, Pablo Casado, pero esta estrategia está haciendo, según el resto de partidos, que Ayuso quede "fuera de juego" en la campaña.
El PP ha tratado de esquivar el choque Vox-Podemos para no dar munición a la izquierda en su estrategia de movilización y otorgar más protagonismo a una formación- la de Abascal- que le puede restar votos. Desde Génova se niegan a que ese incidente les marque la agenda y lo califican como "guerra estéril".
El camino de Ayuso pasa por seguir su estrategia "mientras los demás se pelean". "Nosotros a lo nuestro", dijo este sábado. Y lo suyo sigue siendo ir más contra Pedro Sánchez que contra su rival directo este 4M, Ángel Gabilondo, al que sigue ninguneando en los mítines. Este domingo ha alertado contra los que lanzan "mensajes negros, oscuros y divisorios" y solo ven "bloques enfrentados" y plantea el 4M como "la cuenta atrás" para que los ciudadanos digan que el proyecto de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias "está acabado".
Y si en los mítines de la izquierda se alerta contra el "fascismo", ella lo hace contra el "comunismo" y se erige como el "centro derecha". Sus dardos se dirigen hacia el frente de la izquierda y de forma muy velada a Vox, para situarse, frente a ellos, en la moderación y el "centro".
Vox busca diferenciarse con el PP y lanza duros ataques
Casado ya solo acompañará a Ayuso en el cierre de la campaña el próximo domingo 2 de mayo, frente a un Santiago Abascal que acude con su candidata a todos los mítines por Madrid, sin excepción. No solo es el líder de la formacion sino que dirige personalmente la campaña de Monasterio.
Con Ayuso muy fuerte en Madrid, según todos los sondeos, Vox está lanzando una campaña durísima contra la izquierda para arañar votos del sector más duro del PP, pero con ataques también muy directos hacia los 'populares', a pesar de que Monasterio se ha abierto a gobernar con Ayuso y esta tampoco lo descarta, aunque prefiere hablar de "gobierno monocolor" del PP con posibles fichajes de Vox y Cs.
"Llorón del moño" y "puñetero niño consentido de la política española" son algunos de los dardos contra Iglesias de Abascal- menos agresivos, eso sí, que el "coletas rata" de Macarena Olona- pero el líder de Vox también ataca al PP por ser la "veleta azul" y define a Casado como "el pato mareado" que se "acerca al PSOE".
Y en este contexto de polarización absoluta- incrementado por el conflicto entre Iglesias y Monasterio- Cs insiste en sus mensajes de centralidad y en colocar sus propuestas en medio de una batalla que no les favorece para conseguir votos. El candidato, Edmundo Bal, lamenta que la campaña se haya convertido en un "democracia o libertad" criticando los eslóganes "binaristas" donde solo caben "unos u otros".
La campaña afronta ahora su última y decisiva semana en la que no se pueden descartar nuevas sorpresas en unas elecciones en las que las formaciones se juegan mucho y algunos candidatos la vida o la muerte política.