Marruecos "deplora la actitud de España" por acoger al líder del Frente Polisario
- Brahim Ghali recibe atención médica en un hospital de Logroño tras contagiarse de coronavirus
- Rabat convocó el sábado al embajador español para pedir explicaciones sobre "la actitud de su Gobierno"
El Gobierno del Marruecos ha asegurado este domingo en un comunicado que "deplora la actitud de España" por acoger al líder del Frente Polisario, Brahim Ghali -hospitalizado en territorio español para recibir atención médica tras contagiarse de coronavirus-, en un gesto que Rabat considera "contrario al espíritu de vecindad de ambos países.
La reacción del Ejecutivo marroquí se produce un día después de que el embajador español en Rabat, Ricardo Díez-Hochleitner, fuera convocado "para exigirle las explicaciones necesarias sobre la actitud de su Gobierno", afirma el comunicado.
Rabat critica que España acoja a Ghali -ingresado en el Hospital San Pedro de Logroño, según pudo confirmar RTVE- cuando es "buscado por crímenes de guerra graves y atentados contra los Derechos Humanos" y muestra su decepción con este gesto, que el Gobierno español ha justificado por "razones humanitarias".
Además, afirma el comunicado, "afecta a una cuestión fundamental para el pueblo marroquí y sus fuerzas vivas", en referencia al Sáhara Occidental, cuya soberanía reivindica Marruecos y que España, antigua potencia colonial, no reconoce, como sí hizo el pasado diciembre Estados Unidos.
"Dudas legítimas"
En el Gobierno marroquí, "la actitud de España suscita una gran incomprensión" así como algunas "dudas legítimas" como el hecho de que Ghali viajara a "escondidas y con un pasaporte falso" o el que el Ejecutivo "consideró útil no avisar a Marruecos".
Igualmente, Rabat cuestiona por qué "la justicia española no ha reaccionado a las numerosas denuncias presentadas por las víctimas" del Polisario.
Se refiere de este modo a que la Audiencia Nacional citó en 2016 a Ghali en calidad de investigado por la comisión de delitos de genocidio, asesinato, torturas y desapariciones cometidos presuntamente contra la población saharaui disidente refugiada en los campamentos de Tinduf (Argelia).
Nuevo bstáculo para las relaciones bilaterales
El sábado, fuentes diplomáticas españolas informaron de que el Gobierno marroquí había pedido "detalles" sobre la presencia de Ghali en España y que Díez-Hochleitner se había reunido con un alto cargo de dicho departamento, enmarcando todo ello en la "normalidad" de la relación.
De hecho, la propia ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, había descartado el viernes que el traslado de Ghali a España pudiera tensar la relación con Marruecos,.
La jefa de la diplomacia confirmó ese mismo día que el también presidente de la autoproclamada República Árabe Saharui Democrática (RASD) está en España "para recibir tratamiento médico" y se le permitió viajar "por razones estrictamente humanitarias", pero evitó entrar en más detalles.
El incidente de Ghali se suma a otros episodios en los últimos años que parecen poner fin a la "luna de miel" que han vivido en la pasada década las relaciones bilaterales entre España y Marruecos.
Esto quedó de manifiesto desde el pasado diciembre cuando ambos países suspendieron la celebración de la Reunión de Alto Nivel (RAN) invocando la razón del repunte de la pandemia, pero ello no impidió que solo un mes después, Marruecos recibiera con todos los honores a una delegación del gobierno estadounidense que viajó a la ciudad saharaui de Dajla.
Las relaciones bilaterales se vieron también afectadas por la actitud de Madrid al desmarcarse de la nueva postura del expresidente estadounidense, Donald Trump, que reconoció la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental en los últimos días de su mandato.